domingo, 25 de abril de 2010

lunes, 1 de marzo de 2010

Los Salmos / Versión Reina-Valera 1989.

El Libro de los Salmos

El justo y los pecadores
1 1 Bienaventurado el hombre que
no anda según el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la silla de los burladores.
2 Más bien, en la ley de Jehovah está su delicia,
y en ella medita de día y de noche.
3 Será como un árbol
plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto a su tiempo
y cuya hoja no cae.
Todo lo que hace prosperará.
4 No sucede así con los impíos,
que son como el tamo que arrebata el viento.
5 Por tanto, no se levantarán los impíos en el juicio,
ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehovah conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos perecerá.
El ungido asume el trono

2 1 ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos traman cosas vanas?
2 Se presentan los reyes de la tierra,
y los gobernantes consultan unidos
contra Jehovah y su ungido, diciendo:
3 "¡Rompamos sus ataduras!
¡Echemos de nosotros sus cuerdas!"
4 El que habita en los cielos se reirá;
el Señor se burlará de ellos.
5 Entonces les hablará en su ira
y los turbará en su furor:
6 "¡Yo he instalado a mi rey
en Sion, mi monte santo!"
7 Yo declararé el decreto:
Jehovah me ha dicho:
"Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones,
y por posesión tuya los confines de la tierra.
9 Tú los quebrantarás con vara de hierro;
como a vasija de alfarero los desmenuzarás."
10 Y ahora, oh reyes, sed sabios;
aceptad la corrección, oh gobernantes de la tierra.
11 Servid a Jehovah con temor
y alegraos con temblor.
12 Besad al hijo, no sea que se enoje
y perdáis el camino;
pues se enciende de pronto su ira.
¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!
Oración para la hora de levantarse

3 (Salmo de David compuesto cuando huía de su hijo Absalón)
1 ¡Oh Jehovah, cuánto se han multiplicado mis enemigos!
Muchos son los que se levantan
contra mí.
2 Muchos dicen acerca de mí:
"¡Dios no lo librará!" (Selah)
3 Pero tú, oh Jehovah,
eres escudo alrededor de mí;
eres mi gloria y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé a Jehovah,
y él me respondió desde su santo monte. (Selah)
5 Yo me acosté y dormí.
Desperté, porque Jehovah me sostuvo.
6 No temeré a las decenas de millares del pueblo que han puesto sitio
contra mí.
7 ¡Levántate, oh Jehovah!
¡Sálvame, Dios mío!
Porque a todos mis enemigos has golpeado en la mejilla,
y has quebrantado los dientes de los impíos.
8 De Jehovah viene la salvación.
¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! (Selah)
Oración para la hora de acostarse

4 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David)

1 ¡Respóndeme cuando clamo,

oh Dios de mi justicia!

Tú que en la angustia ensanchaste mi camino,

ten misericordia de mí

y oye mi oración.


2 Oh hijos del hombre,

¿hasta cuándo convertiréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad y buscaréis el engaño? (Selah)


3 Sabed que Jehovah ha apartado al piadoso para sí;

Jehovah oirá cuando yo clame a él.

4 Temblad y no pequéis.

Reflexionad en vuestro corazón sobre vuestra cama y estad en

silencio. (Selah)

5 Ofreced sacrificios de justicia

y confiad en Jehovah.


6 Muchos dicen:

"¿Quién nos mostrará el bien?"

Haz brillar sobre nosotros, oh Jehovah, la luz de tu rostro.

7 Tú has dado tal alegría a mi corazón

que sobrepasa a la alegría que ellos tienen con motivo de su siega y de su vendimia.


8 En paz me acostaré y dormiré;

porque sólo tú, oh Jehovah,

me haces vivir seguro.

Oración para comenzar el día


5 (Al músico principal. Para Nejilot. Salmo de David)

1 Escucha, oh Jehovah, mis palabras;

considera mi suspiro.

2 Atiende a la voz de mi clamor,

Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.

3 Oh Jehovah, de mañana oirás mi voz;

de mañana me presentaré ante ti y esperaré.


4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la perversidad;

la maldad no habitará junto a ti.

5 Los arrogantes no se presentarán ante tus ojos;

aborreces a los que obran iniquidad.

6 Destruirás a los que hablan mentira;

al hombre sanguinario y engañador abomina Jehovah.

7 Pero yo, por la abundancia de tu gracia, entraré en tu casa

y en tu temor me postraré hacia tu santo templo.


8 Guíame, oh Jehovah, en tu justicia,

a causa de mis enemigos.

Endereza tu camino delante de mí.

9 Porque no hay sinceridad en su boca;

sus entrañas están llenas de destrucción.

Su garganta es un sepulcro abierto,

y con su lengua hablan lisonjas.

10 Decláralos culpables, oh Dios;

caigan por sus propios consejos.

Echalos por la multitud de sus rebeliones,

porque se rebelaron contra ti.


11 Se alegrarán todos los que confían en ti;

para siempre gritarán de júbilo,

pues tú los proteges.

Los que aman tu nombre se regocijarán en ti,

12 porque tú, oh Jehovah, bendecirás al justo;

como un escudo lo rodearás con tu favor.

Oración en tiempo de prueba


6 (Al músico principal. Con Neguinot. Sobre Seminit. Salmo de David)

1 Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor,

ni me castigues con tu ira.

2 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco.

Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos.

3 También mi alma está muy turbada;

y tú, oh Jehovah, ¿hasta cuándo?


4 Vuelve, oh Jehovah; libra mi alma.

Sálvame por tu misericordia,

5 porque en la muerte no hay memoria

de ti;

¿quién te alabará en el Seol?


6 Me he agotado de tanto gemir.

Toda la noche inundo mi cama

y con mis lágrimas empapo mi lecho.

7 Mis ojos están debilitados por el pesar;

se han envejecido a causa de todos mis adversarios.


8 Apartaos de mí, todos los que obráis iniquidad,

porque Jehovah ha oído la voz de mi llanto.

9 ¡Jehovah ha escuchado mi ruego!

¡Jehovah ha aceptado mi oración!

10 Todos mis enemigos se avergonzarán y se aterrarán.

Retrocederán y de repente serán avergonzados.

Oración pidiendo vindicación


7 (Sigayón de David, que cantó a Jehovah con respecto a las palabras de Cus el benjaminita)

1 Oh Jehovah, Dios mío, en ti me he refugiado.

Sálvame de todos los que me persiguen y líbrame.

2 No sea que arrebaten mi alma

como el león que despedaza,

sin que haya quien libre.


3 Oh Jehovah, Dios mío,

si yo he hecho esto,

si hay en mis manos iniquidad,

4 si recompensé mal al que estaba en paz conmigo,

si despojé sin razón a mi adversario,

5 entonces persiga el enemigo a mi alma,

y que la alcance;

pise en tierra mi vida,

y mi honor eche por tierra. (Selah)


6 ¡Levántate, oh Jehovah, con tu furor!

Alzate contra la ira de mis angustiadores,

y despierta el juicio que has ordenado para mí.

7 Entonces te rodeará la congregación de los pueblos,

y hacia ella vuélvete en lo alto.


8 Jehovah juzgará a los pueblos;

júzgame, oh Jehovah, de acuerdo con mi justicia y mi integridad.

9 Acábese ya la maldad de los impíos,

y establece al justo;

pues el Dios justo pone a prueba

los corazones y las conciencias.


10 Mi escudo está en Dios,

quien salva a los de recto corazón.

11 Dios es el que juzga al justo;

es un Dios que emite sentencia cada día.


12 Si el impío no se arrepiente,

afilará su espada;

ha dispuesto su arco y lo ha preparado.

13 También ha alistado para sí armas de muerte

y ha hecho incendiarias sus flechas.

14 He aquí que gesta maldad,

concibe afanes y da a luz mentira.

15 Cava un pozo y lo ahonda;

pero en la fosa que hace caerá.

16 Su afán se volverá contra su propia cabeza;

y la violencia que ha practicado recaerá sobre su coronilla.


17 Pero yo alabaré a Jehovah por su justicia,

y cantaré al nombre de Jehovah el Altísimo.

La gloria divina y la dignidad humana


8 (Al músico principal. Sobre Guitit. Salmo de David)

1 Oh Jehovah, Señor nuestro,

¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Has puesto tu gloria sobre los cielos.

2 De la boca de los pequeños

y de los que todavía maman

has establecido la alabanza

frente a tus adversarios,

para hacer callar al enemigo y al vengativo.


3 Cuando contemplo tus cielos,

obra de tus dedos,

la luna y las estrellas

que tú has formado,

4 digo: ¿Qué es el hombre,

para que de él te acuerdes;

y el hijo de hombre,

para que lo visites?

5 Lo has hecho un poco menor que los ángeles

y le has coronado de gloria y de honra.

6 Le has hecho señorear sobre las obras de tus manos;

todo lo has puesto debajo de sus pies:

7 ovejas y vacas, todo ello,

y también los animales del campo,

8 las aves de los cielos y los peces del mar:

todo cuanto pasa por los senderos del mar.


9 Oh Jehovah, Señor nuestro,

¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Alabanza al Dios de justicia


9 (Al músico principal. Sobre Mut-laben. Salmo de David)

1 Te alabaré, oh Jehovah, con todo mi corazón;

contaré todas tus maravillas.

2 Me alegraré y me regocijaré en ti;

cantaré a tu nombre, oh Altísimo.

3 Cuando mis enemigos volvieron atrás,

cayeron y perecieron ante ti.

4 Porque has defendido mi juicio y mi causa;

te has sentado en el trono del Juez de justicia:

5 Reprendiste a las naciones;

destruiste a los impíos;

el nombre de ellos has borrado para siempre.

6 El enemigo ha sucumbido para siempre;

sus ciudades has destruido;

con ellas pereció su recuerdo.


7 Pero Jehovah permanecerá para siempre;

ha dispuesto su trono para juicio.

8 El juzgará al mundo con justicia;

hará juicio a los pueblos con rectitud.

9 Jehovah será un alto refugio para el oprimido,

un refugio en los tiempos de angustia.

10 En ti confiarán los que conocen tu nombre;

pues tú, oh Jehovah, no abandonaste a los que te buscaron.


11 Cantad a Jehovah, que habita en Sion;

contad en los pueblos sus hechos.

12 Porque el Vengador de la sangre

se acordó de ellos;

no se olvidó del clamor de los pobres.


13 Ten compasión de mí, oh Jehovah.

Mira la aflicción que me han causado los que me aborrecen;

tú, que me levantas de las puertas de la muerte,

14 para que cuente todas tus alabanzas

en las puertas de la hija de Sion

y me goce en tu salvación.


15 Las naciones se hundieron en la fosa que hicieron;

en la red que escondieron fue atrapado su pie.

16 Jehovah se dio a conocer por el juicio que hizo;

los impíos fueron atrapados en la obra de sus propias manos.

(Higayón, Selah)

17 Los impíos serán trasladados al Seol,

todas las naciones que se olvidan de Dios.

18 Porque el necesitado no será olvidado para siempre,

ni la esperanza de los pobres perecerá eternamente.


19 ¡Levántate, oh Jehovah!

¡Que no prevalezca el hombre!

Sean juzgadas las naciones delante de ti.

20 Infúndeles pánico.

Que sepan las naciones que no son más que hombres. (Selah)

Clamor por causa de los impíos


10 1 Oh Jehovah, ¿por qué te mantienes lejos,

y te escondes en los tiempos de angustia?

2 Con arrogancia el impío persigue al pobre.

¡Sean atrapados en los artificios que han maquinado!

3 Porque el impío se gloría del apetito de su alma

y el codicioso maldice y desprecia a Jehovah.

4 El impío, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;

no está Dios en ninguno de sus pensamientos.

5 En todo tiempo son torcidos sus caminos;

tus juicios están muy por encima de su vista,

y a todos sus adversarios desprecia.


6 Dice en su corazón: "No seré movido;

de generación en generación nunca estaré en infortunio."

7 Su boca está llena de maldición, engaño y fraude;

debajo de su lengua hay vejación e iniquidad.

8 Pone emboscadas a las aldeas;

en los escondrijos mata a los inocentes;

sus ojos vigilan a los desdichados.

9 Acecha desde un escondite,

como el león desde la espesura.

Acecha para arrebatar al pobre;

arrebata al pobre atrayéndolo a su red.

10 Se agacha, lo aplasta;

y en sus fuertes garras caen los desdichados.


11 Dice en su corazón:

"Dios se ha olvidado.

Ha ocultado su rostro; nunca lo verá."

12 ¡Levántate, oh Jehovah Dios;

alza tu mano!

No te olvides de los pobres.

13 ¿Por qué desprecia el impío a Dios?

En su corazón piensa que tú no lo llamarás a cuenta.

14 Ciertamente tú ves la vejación y la provocación;

las miras para dar la recompensa.

A tus manos se acoge el desdichado;

tú eres el amparo del huérfano.

15 Quebranta el brazo del impío y del malo;

castígalos por su perversidad,

hasta que desistan de ella.


16 ¡Jehovah es Rey para siempre!

De su tierra desaparecerán las naciones.

17 El deseo de los humildes escuchas,

oh Jehovah;

tú dispones sus corazones

y tienes atento tu oído,

18 para juzgar al huérfano y al oprimido,

a fin de que el hombre de la tierra

no vuelva más a hacer violencia.

Jehovah, refugio del justo


11 (Al músico principal. Salmo de David)

1 En Jehovah me he refugiado.

¿Por qué, pues, decís a mi alma:

"Escapa cual pájaro al monte"?

2 Pues he aquí, los impíos han preparado su arco y han colocado las flechas en la cuerda, para atravesar en oculto a los rectos de corazón.


3 Si son destruidos los fundamentos,

¿qué podrá hacer el justo?

4 Jehovah está en su santo templo;

Jehovah tiene su trono en los cielos.

Sus ojos ven;

su vista examina a los hijos del hombre.


5 Jehovah prueba al justo,

pero su alma aborrece al impío

y al que ama la violencia.

6 Sobre los impíos hará llover brasas;

fuego, azufre y vientos huracanados

serán la porción de la copa de ellos.

7 Porque Jehovah es justo y ama la justicia;

los rectos contemplarán su rostro.

Jehovah, protector de los pobres


12 (Al músico principal. Sobre Seminit. Salmo de David)

1 Salva, oh Jehovah,

porque se han acabado los piadosos.

Han desaparecido los fieles de entre los hijos del hombre.

2 Cada uno habla falsedad con su prójimo, con labios lisonjeros;

hablan con doblez de corazón.


3 Jehovah destruirá todos los labios lisonjeros,

la lengua que habla grandezas.

4 Dijeron: "Por nuestra lengua prevaleceremos.

Si nuestros labios están a nuestro favor,

¿quién más se hará nuestro señor?"


5 Dice Jehovah: "Por la opresión de los pobres,

por el gemido de los necesitados

me levantaré ahora.

Los pondré a salvo del que se ensaña contra ellos."

6 Las palabras de Jehovah son palabras puras,

como plata purificada en horno de tierra, siete veces refinada.


7 Tú, oh Jehovah, los guardarás.

Guárdalos para siempre de esta generación.

8 Los impíos andan alrededor,

pero tú desprecias a los hijos del hombre.

Petición de ayuda en la desesperación


13 (Al músico principal. Salmo de David)

1 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?

¿Me olvidarás para siempre?

¿Hasta cuándo esconderás tu rostro

de mí?

2 ¿Hasta cuándo tendré conflicto en mi alma,

y todo el día angustia en mi corazón?

¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?


3 ¡Mira; respóndeme, oh Jehovah, Dios mío!

Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte.

4 No sea que mi enemigo diga:

"¡Lo vencí!"

Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalo.

5 Pero yo confío en tu misericordia;

mi corazón se alegra en tu salvación.

6 Cantaré a Jehovah,

porque me ha colmado de bien.

El hombre necio y corrupto


14 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Dijo el necio en su corazón:

"No hay Dios."

Se han corrompido;

han hecho cosas abominables.

No hay quien haga el bien.


2 Jehovah miró desde los cielos

sobre los hijos del hombre

para ver si había algún sensato

que buscara a Dios.

3 Pero todos se habían desviado;

a una se habían corrompido.

No había quien hiciera el bien;

no había ni siquiera uno.


4 ¿Acaso todos los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,

y que a Jehovah no invocan?

5 Allí temblarán de espanto,

porque Dios está con la generación de los justos.

6 Del consejo del pobre os habéis mofado,

pero Jehovah es su refugio.


7 ¡Quién hiciera que de Sion viniese la salvación de Israel!

Cuando Jehovah restaure de la cautividad a su pueblo,

se gozará Jacob; se alegrará Israel.

El hombre piadoso


15 (Salmo de David)

1 Oh Jehovah, ¿quién habitará en tu tabernáculo?

¿Quién residirá en tu santo monte?


2 El que anda en integridad y hace justicia,

el que habla verdad en su corazón,

3 el que no calumnia con su lengua,

ni hace mal a su prójimo,

ni hace agravio a su vecino;

4 aquel ante cuyos ojos es menospreciado el vil,

pero que honra a los que temen a Jehovah;

aquel que a pesar de haber jurado en perjuicio suyo, no por eso cambia;

5 aquel que no presta su dinero con usura

ni contra el inocente acepta soborno.

¡El que hace estas cosas no será movido jamás!

Expresión de fidelidad y confianza


16 (Mictam de David)

1 Guárdame, oh Dios, porque en ti me he refugiado.

2 Oh alma mía, dijiste a Jehovah:

"¡Tú eres el Señor!

Para mí no hay bien aparte de ti.

3 Para con los santos que están en la tierra,

y para con los íntegros,

es toda mi complacencia."


4 Se multiplicarán los dolores

de quienes se apresuran tras otro dios.

Yo no ofreceré sus libaciones de sangre,

ni con mis labios mencionaré sus nombres.


5 Oh Jehovah, porción de mi herencia, y mi copa,

¡tú sustentas mi destino!

6 Los linderos me han tocado en lugar placentero;

es hermosa la heredad que me ha tocado.


7 Bendeciré a Jehovah, que me aconseja;

aun en las noches me corrige mi conciencia.

8 A Jehovah he puesto siempre delante

de mí;

porque está a mi mano derecha,

no seré movido.

9 Por tanto, se alegró mi corazón,

y se gozó mi lengua.

También mi cuerpo descansará en seguridad.

10 Pues no dejarás mi alma en el Seol,

ni permitirás que tu santo vea corrupción.

11 Me mostrarás la senda de la vida.

En tu presencia hay plenitud de gozo,

delicias en tu diestra para siempre.

La oración de un hombre justo


17 (Oración de David)

1 Escucha, oh Jehovah, una causa justa; atiende a mi clamor.

Presta oído a mi oración que es de labios sin engaño.

2 Proceda de tu presencia mi vindicación;

vean tus ojos la rectitud.


3 Tú has examinado mi corazón;

me has visitado de noche.

Me has probado y nada infame has hallado,

porque me he propuesto que mi boca no se exceda.

4 En cuanto a las obras de los hombres,

por la palabra de tus labios me he guardado de las sendas de los violentos.

5 Mis pasos se han mantenido en tus caminos,

para que mis pies no resbalen.


6 Yo te invoco, porque tú oirás, oh Dios.

Inclina a mí tu oído;

escucha mi palabra.

7 Muestra tus maravillosos actos de misericordia,

tú que a los que confían

libras con tu diestra de los que se levantan contra ti.

8 Guárdame como a la niña de tu ojo;

escóndeme bajo la sombra de tus alas

9 de la vista de los impíos que me oprimen,

y de mis enemigos mortales que me rodean.


10 Ellos están protegidos con su propio sebo;

con su boca hablan con soberbia.

11 Han rodeado nuestros pasos;

sobre nosotros ponen sus ojos para echarnos por tierra.

12 Se parecen al león que anhela la presa,

o al cachorro de león que se agacha en secreto.


13 ¡Levántate, oh Jehovah!

¡Hazle frente! ¡Somételo!

Con tu espada libra mi alma de los impíos.

14 Oh Jehovah, líbrame con tu mano de los hombres,

de los hombres de este mundo,

cuya parte está en esta vida;

cuyos vientres llenas con tus tesoros,

cuyos hijos se sacian

y aun dejan para sus pequeños.


15 En cuanto a mí,

en justicia veré tu rostro;

quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Cántico de liberación


18 (Al músico principal. De David, siervo de Jehovah, quien dirigió a Jehovah las palabras de este cántico, el día que Jehovah le libró de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. El dijo:)

1 Te amo, oh Jehovah, fuerza mía.

2 Jehovah es mi roca,

mi fortaleza y mi libertador.

Mi Dios es mi peña; en él me refugiaré.

El es mi escudo, el poder de mi liberación y mi baluarte.


3 Invocaré a Jehovah, quien es digno de ser alabado,

y seré librado de mis enemigos.

4 Me rodearon los dolores de la muerte,

y los torrentes de la perversidad me atemorizaron.

5 Me rodearon las ligaduras del Seol;

me confrontaron los lazos de la muerte.


6 En mi angustia invoqué a Jehovah

y clamé a mi Dios.

El oyó mi voz desde su templo,

y mi clamor llegó delante de él,

a sus oídos.


7 La tierra se estremeció y tembló;

se conmovieron los cimientos de las montañas.

Se estremecieron, porque él se airó.

8 Humo subió de su nariz;

de su boca salió fuego consumidor,

y carbones encendidos saltaban de él.

9 Inclinó los cielos y descendió;

una densa oscuridad había debajo de sus pies.

10 Cabalgó sobre un querubín y voló;

se remontó sobre las alas del viento.

11 Puso tinieblas alrededor de sí como su morada secreta;

su cubierta es oscuridad de aguas y densas nubes.

12 Por el resplandor de su presencia

fueron atravesadas las nubes,

por el granizo y los carbones de fuego.


13 Jehovah tronó en los cielos;

el Altísimo dio su voz:

granizo y carbones de fuego.

14 Envió sus flechas y los dispersó;

arrojó relámpagos y los desconcertó.

15 A tu reprensión, oh Jehovah,

por el soplo del aliento de tu nariz,

se hicieron visibles los lechos de las aguas,

y se descubrieron los cimientos del mundo.


16 Envió desde lo alto y me tomó;

me sacó de las aguas caudalosas.

17 Me libró de mi poderoso enemigo

y de los que me aborrecían,

pues eran más fuertes que yo.

18 Se enfrentaron a mí el día de mi desgracia,

pero Jehovah fue mi apoyo.

19 El me sacó a un lugar espacioso;

me libró, porque se agradó de mí.


20 Jehovah me ha pagado conforme a mi justicia;

conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

21 Porque he guardado los caminos de Jehovah,

y no me he apartado impíamente de mi Dios.

22 Porque delante de mí han estado todos sus juicios,

y no he apartado de mí sus estatutos.

23 Fui íntegro para con él,

y me guardé de mi maldad.

24 Por tanto, Jehovah me ha recompensado conforme a mi justicia,

conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos.


25 Con el misericordioso

te muestras misericordioso,

e íntegro con el hombre íntegro.

26 Con el limpio te muestras limpio,

y eres sagaz con el perverso.

27 Salvas al pueblo humilde,

y humillas los ojos altivos.

28 Ciertamente haces que mi lámpara alumbre.

Jehovah, mi Dios, ilumina mis tinieblas.

29 Contigo desbarataré ejércitos;

con mi Dios saltaré murallas.


30 Perfecto es el camino de Dios;

probada es la palabra de Jehovah.

El es escudo a todos los que en él se refugian.

31 Porque, ¿quién es Dios fuera de Jehovah?

¿Quién es Roca aparte de nuestro Dios?

32 Dios es el que me ciñe de vigor,

y hace perfecto mi camino.

33 Hace que mis pies sean ágiles como los del venado,

y me mantiene firme sobre mis alturas.

34 Adiestra mis manos para la batalla;

así mis brazos pueden tensar el arco de bronce.


35 Me has dado el escudo de tu salvación;

tu mano derecha me ha sustentado,

y tu condescendencia me ha engrandecido.

36 Tú has ensanchado mis pasos debajo

de mí,

para que no tiemblen mis tobillos.

37 Perseguí a mis enemigos y los alcancé;

no volví sino hasta acabarlos.

38 Los golpeé, y no pudieron levantarse;

cayeron debajo de mis pies.

39 Me ceñiste de poder para la batalla;

doblegaste a mis enemigos debajo de mí.

40 Hiciste que mis enemigos me dieran las espaldas,

y destruí a los que me aborrecían.

41 Clamaron, pero no hubo quien los salvase.

Clamaron a Jehovah, pero él no les respondió.

42 Los desmenucé como polvo ante el viento;

los deshice como lodo de la calle.


43 Tú me libraste de las contiendas del pueblo,

y me pusiste como jefe de las naciones.

Aun los pueblos que yo no conocía me sirvieron.

44 Apenas oían de mí, me rendían obediencia.

Los hijos de los extranjeros me adulaban.

45 Los hijos de los extranjeros se desvanecían

y salían temblando de sus escondrijos.


46 ¡Viva Jehovah! ¡Bendita sea mi Roca!

Sea ensalzado el Dios de mi salvación,

47 el Dios que ejecuta mi venganza;

sujeta a los pueblos debajo de mí

48 y me libra de mis enemigos.

Tú me has enaltecido sobre mis adversarios,

y me has librado del hombre violento.

49 Por eso te confesaré entre las naciones, oh Jehovah,

y cantaré salmos a tu nombre.


50 El engrandece las victorias de su rey

y muestra misericordia a su ungido:

a David y a sus descendientes, para siempre.

Las obras y la palabra de Dios


19 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,

y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

2 Un día comunica su mensaje al otro día,

y una noche a la otra declara sabiduría.

3 No es un lenguaje de palabras,

ni se escucha su voz;

4 pero por toda la tierra salió su voz

y hasta el extremo del mundo sus palabras.


En ellos puso un tabernáculo para el sol;

5 y éste, como un novio que sale de su dosel,

se alegra como un valiente que emprende la carrera.

6 En un extremo del cielo está su salida,

y en el otro está su punto de retorno.

¡Nada hay que se esconda de su calor!


7 La ley de Jehovah es perfecta;

restaura el alma.

El testimonio de Jehovah es fiel;

hace sabio al ingenuo.

8 Los preceptos de Jehovah son rectos;

alegran el corazón.

El mandamiento de Jehovah es puro;

alumbra los ojos.

9 El temor de Jehovah es limpio;

permanece para siempre.

Los juicios de Jehovah son verdad;

son todos justos.

10 Son más deseables que el oro,

más que mucho oro fino.

Son más dulces que la miel que destila del panal.


11 Además, con ellos es amonestado tu siervo;

en guardarlos hay grande galardón.

12 ¿Quién entenderá los errores?

¡Líbrame de los que me son ocultos!

13 Asimismo, guarda a tu siervo de los arrogantes,

que ellos no se enseñoreen de mí.

Entonces seré íntegro y limpio de gran rebelión.


14 Sean gratos los dichos de mi boca

y la meditación de mi corazón

delante de ti, oh Jehovah,

Roca mía y Redentor mío.

Anhelo de liberación y victoria


20 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Jehovah te responda en el día de angustia;

el nombre del Dios de Jacob te defienda.

2 El te envíe ayuda desde su santuario,

y te sostenga desde Sion.

3 Tenga él memoria de tus ofrendas

y acepte tu holocausto. (Selah)

4 El te dé conforme a tu corazón,

y cumpla todos tus planes.

5 Nosotros nos alegraremos por tu salvación,

y en el nombre de nuestro Dios alzaremos bandera.

Cumpla Jehovah todos tus anhelos.


6 Ahora reconozco que Jehovah da la victoria a su ungido;

le responderá desde su santo cielo

con la fuerza liberadora de su diestra.

7 Estos confían en carros,

y aquéllos en caballos;

pero nosotros confiamos

en el nombre de Jehovah nuestro Dios.

8 Ellos se doblegan y caen,

pero nosotros nos levantamos y estamos firmes.


9 ¡Salva, oh Jehovah!

¡Que el Rey nos oiga el día en que le invoquemos!

Jehovah da vida y liberación


21 (Al músico principal. Salmo de David)

1 ¡Oh Jehovah, el rey se alegra en tu poder!

¡Cuánto se goza en tu salvación!

2 Le has concedido el deseo de su corazón,

y no le has negado la petición de sus labios. (Selah)

3 Le has salido al encuentro con las mejores bendiciones;

corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

4 Te pidió vida, y se la concediste;

vida extensa, eternamente y para siempre.

5 Gloria grande halla en tu liberación;

honra y esplendor has puesto sobre él.

6 Porque le has dado bendiciones para siempre,

y le has colmado con la alegría de tu rostro.

7 Por eso el rey confía en Jehovah;

por la misericordia del Altísimo no será removido.


8 Tu mano alcanzará a todos tus enemigos;

tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

9 Los pondrás como horno de fuego

en el tiempo en que te presentes.

Jehovah los destruirá en su furor,

y el fuego los consumirá.

10 Destruirás el fruto de ellos en la tierra;

sus descendientes, de entre los hijos del hombre.

11 Porque se volvieron contra ti para hacerte daño;

idearon maquinaciones, pero no prevalecerán.

12 En la cuerda de tu arco alistarás las flechas contra sus caras;

ciertamente les harás volver las espaldas.


13 ¡Enaltécete, oh Jehovah, con tu poder!

Cantaremos y alabaremos tu poderío.

Testimonio de sufrimiento y victoria


22 (Al músico principal. Sobre Ayélet ha-sájar. Salmo de David)

1 ¡Dios mío, Dios mío!

¿Por qué me has desamparado?

¿Por qué estás tan lejos de mi salvación

y de las palabras de mi clamor?

2 Dios mío, clamo de día, y no respondes;

clamo de noche, y no hay sosiego para mí.


3 Pero tú eres santo.

¡Tú, que habitas entre las alabanzas de Israel!

4 Nuestros padres esperaron en ti:

Esperaron, y tú los libraste.

5 Clamaron a ti y fueron librados;

confiaron en ti y no fueron defraudados.


6 Pero yo soy un gusano y no un hombre,

objeto de la afrenta de los hombres y despreciado del pueblo.

7 Todos los que me ven se burlan de mí.

Estiran los labios y mueven la cabeza diciendo:

8 "En Jehovah confió; que él lo rescate.

Que lo libre, ya que de él se agradó."


9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;

me has hecho estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

10 Sobre ti fui echado desde la matriz;

desde el vientre de mi madre,

tú eres mi Dios.

11 No te alejes de mí,

porque la angustia está cerca,

y no hay quien ayude.


12 Muchos toros me han rodeado;

fuertes toros de Basán me han cercado.

13 Contra mí abrieron sus bocas,

como león voraz y rugiente.

14 Soy derramado como el agua;

todos mis huesos se han desarticulado.

Mi corazón está como cera

y se ha derretido en medio de mis entrañas.

15 Mi vigor se ha secado como un tiesto,

y mi lengua se ha pegado a mi paladar.

Me has puesto en el polvo de la muerte.

16 Los perros me han rodeado;

me ha cercado una pandilla de malhechores,

y horadaron mis manos y mis pies.

17 Puedo contar todos mis huesos;

ellos me miran y me observan.

18 Reparten entre sí mis vestidos,

y sobre mi ropa echan suertes.


19 Pero tú, oh Jehovah, no te alejes.

Fortaleza mía, apresúrate para ayudarme.

20 Libra mi alma de la espada;

libra mi única vida de las garras de los perros.

21 Sálvame de la boca del león

y de los cuernos de los toros salvajes.


¡Me has respondido!

22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos;

en medio de la congregación te alabaré.

23 Los que teméis a Jehovah, alabadle;

glorificadle, todos los descendientes de Jacob.

Temedle vosotros, todos los descendientes de Israel.

24 Porque no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido,

ni de él escondió el rostro.

Más bien, le oyó cuando clamó a él.


25 Tuya es mi alabanza en la gran congregación.

Mis votos pagaré delante de los que le temen.

26 Los pobres comerán y serán saciados.

Alabarán a Jehovah los que le buscan.

¡Que viva vuestro corazón para siempre!

27 Ellos se acordarán y volverán a Jehovah

de todos los confines de la tierra.

Delante de ti se postrarán

todas las familias de las naciones.

28 Porque de Jehovah es el reino,

y él se enseñoreará de las naciones.


29 Ciertamente ante él se postrarán todos los ricos de la tierra.

Se doblegarán ante él todos los que descienden al polvo,

los que no pueden conservar la vida a su propia alma.

30 La posteridad le servirá;

esto le será referido al Señor por generaciones.

31 Vendrán y anunciarán su justicia a un pueblo que ha de nacer:

"¡El hizo esto!"

Jehovah: el buen pastor


23 (Salmo de David)

1 Jehovah es mi pastor;

nada me faltará.

2 En prados de tiernos pastos

me hace descansar.

Junto a aguas tranquilas me conduce.

3 Confortará mi alma

y me guiará por sendas de justicia

por amor de su nombre.


4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,

no temeré mal alguno,

porque tú estarás conmigo.

Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.


5 Preparas mesa delante de mí

en presencia de mis adversarios.

Unges mi cabeza con aceite;

mi copa está rebosando.


6 Ciertamente el bien y la misericordia

me seguirán todos los días de mi vida,

y en la casa de Jehovah

moraré por días sin fin.

Jehovah: el Rey de gloria


24 (Salmo de David)

1 De Jehovah es la tierra y su plenitud,

el mundo y los que lo habitan.

2 Porque él la fundó sobre los mares

y la afirmó sobre los ríos.


3 ¿Quién subirá al monte de Jehovah?

¿Quién permanecerá en su lugar santo?

4 El limpio de manos y puro de corazón,

que no ha elevado su alma a la vanidad

ni ha jurado con engaño.

5 El recibirá la bendición de Jehovah,

y la justicia del Dios de su salvación.

6 Tal es la generación de los que le buscan,

de los que buscan tu rostro,

oh Dios de Jacob. (Selah)


7 ¡Levantad, oh puertas, vuestras cabezas!

Levantaos, oh puertas eternas,

y entrará el Rey de gloria.

8 ¿Quién es este Rey de gloria?

¡Jehovah, el fuerte y poderoso!

¡Jehovah, el poderoso en la batalla!


9 ¡Levantad, oh puertas, vuestras cabezas!

Levantaos, oh puertas eternas,

y entrará el Rey de gloria.

10 ¿Quién es este Rey de gloria?

¡Jehovah de los Ejércitos!

¡El es el Rey de gloria! (Selah)

Plegaria en medio de la aflicción


25 (Salmo de David)

1 A ti, oh Jehovah,

levantaré mi alma.

2 ¡Dios mío, en ti confío!

No sea yo avergonzado.

No triunfen sobre mí mis enemigos.

3 Ciertamente ninguno de los que confían en ti será avergonzado.

Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.


4 Muéstrame, oh Jehovah, tus caminos;

enséñame tus sendas.

5 Encamíname en tu verdad y enséñame,

porque tú eres el Dios de mi salvación.

En ti he esperado todo el día.


6 Acuérdate, oh Jehovah,

de tu compasión y de tu misericordia, que son perpetuas.

7 No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis rebeliones.

Conforme a tu misericordia

acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehovah.


8 Bueno y recto es Jehovah;

por eso él enseñará a los pecadores el camino.

9 Encaminará a los humildes en la justicia

y enseñará a los humildes su camino.

10 Todas las sendas de Jehovah son misericordia y verdad

para con los que guardan su pacto y sus testimonios.

11 Por amor de tu nombre, oh Jehovah,

perdona también mi iniquidad,

porque es grande.


12 ¿Qué hombre es el que teme a Jehovah?

El le enseñará el camino que ha de escoger.

13 Su alma reposará en bienestar,

y sus descendientes heredarán la tierra.

14 El secreto de Jehovah es para los que le temen;

a ellos hará conocer su pacto.

15 Mis ojos están siempre puestos en Jehovah,

porque él sacará mis pies de la red.


16 Mírame y ten misericordia de mí,

porque estoy solitario y afligido.

17 Las angustias de mi corazón se han aumentado;

sácame de mis congojas.

18 Mira mi aflicción y mis afanes;

perdona todos mis pecados.

19 Mira cómo se han multiplicado mis enemigos,

y con odio violento me aborrecen.

20 Guarda mi alma y líbrame;

no sea yo avergonzado,

porque en ti me he refugiado.

21 La integridad y la rectitud me guarden,

porque en ti he esperado.


22 Redime, oh Dios, a Israel

de todas sus angustias.

Oración del que anda en integridad


26 (Salmo de David)

1 Hazme justicia, oh Jehovah,

porque yo en mi integridad he andado.

Asimismo, he confiado en Jehovah;

no vacilaré.

2 Examíname, oh Jehovah, y pruébame.

Purifica mi conciencia y mi corazón;

3 porque tu misericordia está delante de mis ojos,

y camino en tu verdad.


4 No me he sentado con los hombres falsos

ni tengo tratos con los hipócritas.

5 Aborrezco la reunión de los malhechores;

nunca me he sentado con los impíos.

6 Lavaré mis manos en inocencia,

e iré alrededor de tu altar, oh Jehovah,

7 para proclamar con voz de agradecimiento

y contar todas tus maravillas.


8 Oh Jehovah, he amado la habitación de tu casa,

el lugar de la morada de tu gloria.

9 No recojas mi alma junto con los pecadores,

ni mi vida con los hombres sanguinarios,

10 en cuyas manos hay infamia,

y cuya mano derecha está llena de soborno.


11 Pero yo andaré en mi integridad;

redímeme y ten misericordia de mí.

12 Mis pies se han afirmado en suelo llano;

en las congregaciones te bendeciré, oh Jehovah.

La confianza del que busca a Jehovah


27 (Salmo de David)

1 Jehovah es mi luz y mi salvación;

¿de quién temeré?

Jehovah es la fortaleza de mi vida;

¿de quién me he de atemorizar?


2 Cuando se acercaron a mí los malhechores,

mis adversarios y mis enemigos,

para devorar mis carnes,

tropezaron y cayeron.

3 Aunque acampe un ejército contra mí,

mi corazón no temerá.

Aunque contra mí se levante guerra,

aun así estaré confiado.

4 Una cosa he pedido a Jehovah;

ésta buscaré:

que more yo en la casa de Jehovah

todos los días de mi vida,

para contemplar la hermosura de Jehovah,

y para inquirir en su templo.

5 Porque en su enramada me esconderá en el día del mal;

me ocultará en lo reservado de su tabernáculo;

me pondrá en alto sobre una roca.

6 Ahora levantará mi cabeza

sobre mis enemigos que me rodean,

y en su tabernáculo ofreceré sacrificios de júbilo.

Cantaré y entonaré salmos a Jehovah.


7 Escucha, oh Jehovah,

mi voz con que clamo a ti.

Ten misericordia de mí y respóndeme.

8 Mi corazón ha dicho:

"Buscad su rostro."

¡Tu rostro buscaré, oh Jehovah!

9 No escondas de mí tu rostro;

no apartes con ira a tu siervo.

Tú has sido mi ayuda;

no me dejes ni me desampares,

oh Dios de mi salvación.


10 Aunque mi padre y mi madre me dejen,

con todo, Jehovah me recogerá.

11 Enséñame, oh Jehovah, tu camino;

guíame por sendas de rectitud

a causa de los que me son contrarios.

12 No me entregues a la voluntad de mis adversarios,

porque contra mí se han levantado

testigos falsos que respiran violencia.

13 ¡Oh, si yo no creyese que he de ver la bondad de Jehovah

en la tierra de los vivientes!


14 Espera en Jehovah.

Esfuérzate, y aliéntese tu corazón.

¡Sí, espera en Jehovah!

Jehovah escucha la oración


28 (Salmo de David)

1 A ti clamaré, oh Jehovah;

Roca mía, no te hagas sordo para conmigo.

No suceda que por quedarte en silencio ante mí,

yo llegue a ser semejante a los que descienden a la fosa.

2 Escucha la voz de mis ruegos cuando clamo a ti,

cuando alzo mis manos hacia tu lugar santísimo.


3 No me arrastres junto con los impíos,

con los que hacen iniquidad,

los cuales hablan de paz a su prójimo,

pero la maldad está en su corazón.

4 Dales conforme a sus hechos

y conforme a la maldad de sus actos.

Dales conforme a la obra de sus manos.

¡Dales su recompensa!

5 Porque no atendieron a los hechos de Jehovah,

ni a la obra de sus manos,

él los derribará y no los volverá a edificar.


6 Bendito sea Jehovah,

que oyó la voz de mis ruegos.

7 Jehovah es mi fuerza y mi escudo;

en él esperó mi corazón.

Fui ayudado, y se gozó mi corazón;

con mi canción le alabaré.


8 Jehovah es la fuerza de su pueblo,

la fortaleza de salvación para su ungido.

9 Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad;

pastoréalos y enaltécelos para siempre.

La voz de Jehovah en la tormenta


29 (Salmo de David)

1 Dad a Jehovah, oh hijos de los fuertes;

dad a Jehovah la gloria y el poder.

2 Dad a Jehovah la gloria debida a su nombre.

Adorad a Jehovah en la hermosura de la santidad.


3 Voz de Jehovah sobre las aguas:

¡Truena el Dios de gloria!

¡Es Jehovah sobre las caudalosas aguas!


4 Voz de Jehovah con poder;

voz de Jehovah con gloria.

5 Voz de Jehovah que quiebra los cedros;

Jehovah despedaza los cedros del Líbano.

6 Los hace saltar como terneros;

al Líbano y al Sirión hizo saltar

como crías de toros salvajes.


7 Voz de Jehovah que aviva las llamas de fuego.

8 Voz de Jehovah que estremece al desierto.

Jehovah estremece al desierto de Cades.

9 La voz de Jehovah estremece las encinas y desnuda los bosques.

Y en su templo todos los suyos proclaman su gloria.


10 Jehovah se sentó ante el diluvio;

Jehovah se sentó como rey para siempre.

11 Jehovah dará fortaleza a su pueblo;

Jehovah bendecirá a su pueblo con paz.

Alabanza al Dador de la vida


30 (Salmo. Cántico para la dedicación del templo. De David)

1 Te glorificaré, oh Jehovah,

porque me has levantado

y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.

2 Oh Jehovah, Dios mío, a ti clamé,

y me sanaste.

3 Oh Jehovah, tú has hecho subir mi alma del Seol;

me has dado vida para que no descienda a la fosa.


4 Cantad a Jehovah, vosotros sus fieles;

celebrad la memoria de su santidad.

5 Porque su ira dura sólo un momento,

pero su favor dura toda la vida.

Por la noche dura el llanto,

pero al amanecer vendrá la alegría.


6 Yo dije en medio de mi tranquilidad:

"No seré movido jamás."

7 Tú, oh Jehovah, por tu buena voluntad

estableciste mi monte con poder.

Pero escondiste tu rostro, y quedé turbado.


8 A ti, oh Jehovah, invocaré;

al Señor suplicaré:

9 "¿Qué provecho hay en mi muerte,

cuando descienda a la sepultura?

¿Te alabará el polvo?

¿Anunciará tu verdad?

10 Escucha, oh Jehovah, y ten misericordia de mí;

Jehovah, sé tú mi ayudador."


11 Has convertido mi lamento en una danza;

quitaste mi vestido de luto y me ceñiste de alegría.

12 Por eso mi alma te cantará y no callará.

Oh Jehovah, Dios mío, te alabaré para siempre.

Declaración de confianza en Jehovah


31 (Al músico principal. Salmo de David)

1 En ti, oh Jehovah, me he refugiado;

no sea yo avergonzado jamás.

Líbrame en tu justicia.

2 Inclina a mí tu oído; líbrame pronto.

Sé tú mi roca fuerte,

mi fortaleza para salvarme.

3 Porque tú eres mi roca y mi fortaleza,

por amor de tu nombre me guiarás

y me encaminarás.

4 Sácame de la red que han escondido para mí,

porque tú eres mi fortaleza.


5 En tus manos encomiendo mi espíritu;

tú me has redimido, oh Jehovah, Dios de verdad.

6 Aborrezco a los que esperan en los ídolos vanos,

pero yo en Jehovah he confiado.

7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,

porque has visto mi aflicción.

Has conocido mi alma en las angustias

8 y no me entregaste en mano del enemigo.

Hiciste que mis pies se posasen en lugar espacioso.


9 Ten misericordia de mí, oh Jehovah,

porque estoy en angustia.

Mis ojos, mi alma y mis entrañas

se han debilitado por el pesar.

10 Porque mi vida se va gastando de dolor,

y mis años de suspirar.

Mi fuerza me falla a causa de mi iniquidad,

y mis huesos se han debilitado.

11 Para todos mis enemigos he sido objeto de oprobio.

He sido objeto de horror para mis vecinos,

y de miedo para mis conocidos.

Los que me veían huían de mí.

12 He sido olvidado en sus corazones como un muerto;

he venido a ser como un objeto inútil.

13 Porque he oído la calumnia de muchos;

el terror está por todas partes,

mientras traman unidos contra mí,

y planean quitarme la vida.


14 Pero yo he confiado en ti, oh Jehovah.

He dicho: "Tú eres mi Dios;

15 en tus manos están mis tiempos."

Líbrame de la mano de mis enemigos

y de mis perseguidores.

16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;

sálvame por tu misericordia.

17 Oh Jehovah, no sea yo avergonzado,

ya que te he invocado.

Sean avergonzados los impíos;

desciendan en silencio al Seol.

18 Enmudezcan los labios mentirosos

que hablan insolencias contra el justo,

con soberbia y desprecio.


19 ¡Cuán grande es la bondad

que has guardado para los que te temen,

que has obrado para los que en ti se refugian contra los hijos del hombre.

20 En el refugio de tu presencia

los esconderás de la conspiración del hombre.

En un tabernáculo los guardarás

de las contiendas de la lengua.


21 ¡Bendito sea Jehovah!

Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.

22 En mi apresuramiento yo dije:

"¡Cortado soy de tu presencia!"

Pero cuando clamé a ti,

oíste la voz de mis ruegos.


23 Amad a Jehovah, todos vosotros sus santos.

A los fieles guarda Jehovah,

pero retribuye en abundancia al que actúa con soberbia.

24 Esforzaos, todos vosotros los que esperáis en Jehovah,

y tome aliento vuestro corazón.

Experiencia de la dicha del perdón


32 (Salmo de David. Masquil)

1 Bienaventurado aquel

cuya transgresión ha sido perdonada,

y ha sido cubierto su pecado.

2 Bienaventurado el hombre a quien Jehovah no atribuye iniquidad,

y en cuyo espíritu no hay engaño.


3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir, todo el día.

4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;

mi vigor se convirtió en sequedades de verano. (Selah)


5 Mi pecado te declaré

y no encubrí mi iniquidad.

Dije: "Confesaré mis rebeliones a Jehovah."

Y tú perdonaste la maldad de mi

pecado. (Selah)

6 Por eso orará a ti todo fiel

en el tiempo en que puedas ser hallado.

Ciertamente en la inundación las caudalosas aguas no llegarán a él.

7 Tú eres mi refugio;

me guardarás de la angustia

y con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)


8 "Te haré entender y te enseñaré

el camino en que debes andar.

Sobre ti fijaré mis ojos.

9 No seáis sin entendimiento,

como el caballo, o como el mulo,

cuya boca ha de ser frenada con rienda y freno;

de otro modo, no se acercan a ti."


10 Muchos dolores tendrá el impío;

pero la misericordia cercará al que espera en Jehovah.

11 Oh justos, alegraos en Jehovah y gozaos;

cantad con júbilo, todos los rectos de corazón.

Alabanza al Dios creador y providente


33 1 Alegraos, oh justos, en Jehovah;

a los rectos es hermosa la alabanza.

2 Dad gracias a Jehovah con lira;

cantadle con arpa de diez cuerdas.

3 Cantadle un cántico nuevo;

hacedlo bien, tocando con júbilo.

4 Porque recta es la palabra de Jehovah,

y toda su obra ha sido hecha con verdad.

5 El ama la justicia y el derecho;

de la misericordia de Jehovah está llena la tierra.


6 Por la palabra de Jehovah fueron hechos los cielos;

todo el ejército de ellos fue hecho por el soplo de su boca.

7 El junta como un montón las aguas de los mares,

y guarda en depósitos los océanos.

8 Tema a Jehovah toda la tierra;

témanle todos los habitantes del mundo.

9 Porque él dijo, y fue hecho;

él mandó, y existió.


10 Jehovah hace nulo el consejo de las naciones,

y frustra las maquinaciones de los pueblos.

11 El consejo de Jehovah permanecerá para siempre,

y los pensamientos de su corazón,

por todas las generaciones.

12 ¡Bienaventurada la nación de la cual Jehovah es Dios,

el pueblo al cual escogió como posesión suya!


13 Jehovah ve desde los cielos;

mira a todos los hijos del hombre.

14 Desde el lugar de su morada observa

a todos los habitantes de la tierra.

15 El que formó el corazón de todos ellos

comprende todas sus obras.

16 El rey no es librado por la multitud del ejército;

el valiente no escapa por su mucha fuerza.

17 Vano es el caballo para la victoria,

y a pesar de su gran fuerza, no podrá librar.


18 El ojo de Jehovah está sobre los que le temen,

sobre los que esperan en su misericordia,

19 para librar sus almas de la muerte

y para darles vida en tiempos de hambre.

20 Nuestra alma espera en Jehovah:

El es nuestra ayuda y nuestro escudo.

21 Por eso, nuestro corazón se alegra en él,

porque en su santo nombre hemos confiado.

22 Sea tu misericordia, oh Jehovah, sobre nosotros,

según lo esperamos de ti.

Evidencias de la bondad de Jehovah


34 (Salmo de David, cuando cambió su conducta ante Abimelec, y éste lo echó, y él se fue)

1 Bendeciré a Jehovah en todo tiempo;

su alabanza estará siempre en mi boca.

2 En Jehovah se gloriará mi alma;

lo oirán los mansos y se alegrarán.

3 Engrandeced a Jehovah conmigo;

ensalcemos juntos su nombre.


4 Yo busqué a Jehovah, y él me oyó,

y de todos mis temores me libró.

5 Los que a él miran son iluminados;

sus rostros no serán avergonzados.

6 Este pobre clamó, y Jehovah le escuchó

y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel de Jehovah acampa en derredor de los que le temen, y los libra.


8 Probad y ved que Jehovah es bueno.

¡Bienaventurado el hombre que se refugia en él!

9 Temed a Jehovah, vosotros sus santos,

porque nada falta a los que le temen.

10 Los leones tienen necesidades y sufren hambre,

pero los que buscan a Jehovah

no tendrán falta de ningún bien.


11 Venid, oh hijos, escuchadme;

el temor de Jehovah os enseñaré:

12 ¿Quién es el hombre que desea vida?

¿Quién anhela años para ver el bien?

13 Guarda tu lengua del mal,

y tus labios de hablar engaño.

14 Apártate del mal y haz el bien;

busca la paz y síguela.


15 Los ojos de Jehovah están sobre los justos;

sus oídos están atentos a su clamor.

16 El rostro de Jehovah está contra los que hacen mal,

para cortar de la tierra su memoria.

17 Clamaron los justos, y Jehovah los oyó;

los libró de todas sus angustias.

18 Cercano está Jehovah a los quebrantados de corazón;

él salvará a los contritos de espíritu.


19 Muchos son los males del justo,

pero de todos ellos lo librará Jehovah.

20 El guardará todos sus huesos;

ni uno de ellos será quebrantado.

21 Al impío le matará la maldad,

y los que aborrecen al justo serán desolados.


22 Jehovah redimirá el alma de sus siervos.

No serán desolados cuantos confían

en él.

Súplica de un justo calumniado


35 (Salmo de David)

1 Contiende, oh Jehovah, con los que contienden contra mí;

combate a los que me combaten.

2 Echa mano de escudo y defensa;

levántate en mi ayuda.

3 Saca lanza y jabalina al encuentro de mis perseguidores.

Di a mi alma: "Yo soy tu salvación."


4 Sean avergonzados y afrentados los que buscan mi vida;

vuelvan atrás y sean humillados los que planean hacerme daño.

5 Sean como el tamo ante el viento,

y acóselos el ángel de Jehovah.

6 Sea su camino tenebroso y resbaladizo,

y persígalos el ángel de Jehovah.

7 Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;

sin causa pusieron trampa para mi vida.

8 Alcáncele la destrucción que no imagina,

y préndale la red que él mismo escondió.

Caiga él en aquella destrucción.


9 Entonces mi alma se gozará en Jehovah,

y se alegrará en su salvación.

10 Todos mis huesos dirán:

"Oh Jehovah, ¿quién hay como tú?

Libras al pobre del más fuerte que él;

al pobre y necesitado, del que lo despoja."


11 Se han levantado testigos falsos,

y me interrogan de lo que no sé.

12 Me han pagado mal por bien.

¡Desolación para mi alma!

13 Sin embargo, cuando se enfermaron,

yo me vestí de aflicción.

Me afligí a mí mismo con ayuno,

y mi oración se volvía a mi seno.

14 Como por mi compañero,

como por mi hermano actuaba;

como el que hace luto por una madre,

enlutado me humillaba.

15 Pero cuando yo tropecé,

ellos se alegraron y se reunieron.

Se reunieron contra mí los calumniadores, sin que yo lo supiera.

Me despedazaban y no cesaban.

16 Con impiedad se dedicaron al escarnio;

crujieron sus dientes contra mí.


17 Oh Señor, ¿hasta cuándo consentirás esto?

Rescata de sus destrucciones mi alma;

libra mi única vida de los leones.

18 Te confesaré en la gran congregación;

te alabaré en medio de un pueblo numeroso.

19 No se alegren de mí los que sin razón son mis enemigos,

ni guiñen el ojo los que me aborrecen sin causa.

20 Porque no hablan paz,

y contra los mansos de la tierra traman engaños.

21 Ensanchan contra mí sus bocas, diciendo:

"¡Ajá, ajá, nuestros ojos lo han visto!"


22 Tú lo has visto.

Oh Jehovah, no calles;

oh Señor, no te alejes de mí.

23 Despierta y levántate para hacer justicia

a mi causa, Dios mío y Señor mío.

24 Oh Jehovah, Dios mío,

hazme justicia conforme a tu rectitud.

Que no se alegren de mí,

25 ni digan en su corazón:

"¡Ajá, esto es lo que queríamos!"

Ni digan: "¡Lo hemos devorado!"


26 Sean avergonzados y humillados a una

los que se alegran de mi mal.

Vístanse de vergüenza y confusión

los que se engrandecen contra mí.

27 Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,

y digan siempre:

"¡Sea ensalzado Jehovah,

que se complace en el bienestar de su siervo!"

28 Mi lengua hablará de tu justicia

y de tu alabanza, todo el día.

Maldad del impío y bondad de Jehovah


36 (Al músico principal. Salmo de David, siervo de Dios)

1 La transgresión habla al impío dentro de su corazón;

no hay temor de Dios delante de sus ojos.

2 Por eso se lisonjea en sus propios ojos,

hasta que su iniquidad sea aborrecimiento.

3 Las palabras de su boca son maldad y engaño;

ha dejado de ser sensato y de hacer el bien.

4 Sobre su cama piensa iniquidad;

está en un camino que no es bueno

y no desprecia el mal.


5 Oh Jehovah, hasta los cielos alcanza tu misericordia;

y hasta las nubes, tu fidelidad.

6 Tu justicia es como las montañas de Dios;

y tus juicios, como el gran océano.

Oh Jehovah, que conservas al hombre y al animal,

7 ¡cuán preciosa es, oh Dios, tu bondad!

Por eso los hijos del hombre

se refugian bajo la sombra de tus alas.

8 Se sacian de la abundancia de tu casa;

les das a beber del torrente de tus delicias.

9 Ciertamente contigo está el manantial de la vida;

en tu luz veremos la luz.


10 Extiende tu bondad a los que te conocen,

y tu justicia a los rectos de corazón.

11 Que no venga contra mí el pie de la soberbia,

ni me mueva la mano de los impíos.

12 Entonces caerán los que obran iniquidad;

serán derribados y no podrán levantarse.

Dos conductas y dos destinos


37 (Salmo de David)

1 No te impacientes a causa de los malhechores,

ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

2 Porque como la hierba pronto se secan,

y se marchitan como el pasto verde.

3 Confía en Jehovah y haz el bien.

Habita en la tierra

y apaciéntate de la fidelidad.

4 Deléitate en Jehovah,

y él te concederá los anhelos de tu corazón.

5 Encomienda a Jehovah tu camino;

confía en él, y él hará.

6 El exhibirá tu justicia como la luz,

y tu derecho como el mediodía.

7 Calla delante de Jehovah,

y espera en él.


No te alteres con motivo de los que prosperan en su camino,

por el hombre que hace maldades.

8 Deja la ira y abandona el enojo;

de ninguna manera te apasiones por hacer lo malo.

9 Porque los malhechores serán destruidos,

pero los que esperan en Jehovah heredarán la tierra.

10 Dentro de poco no quedará el impío.

Contemplarás su lugar, y no aparecerá.

11 Pero los mansos heredarán la tierra

y se deleitarán por la abundancia de paz.


12 El impío maquina contra el justo

y cruje sus dientes contra él.

13 El Señor se reirá de él,

porque ve que viene su día.

14 Los impíos desenvainan la espada y entesan el arco

para derribar al pobre y al necesitado,

para matar a los de recto proceder.

15 Pero la espada de ellos entrará en su propio corazón,

y su arco será roto.


16 Mejor es lo poco del justo

que las riquezas de muchos impíos.

17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados;

pero es Jehovah quien sostiene al justo.

18 Jehovah conoce los días de los íntegros,

y la heredad de ellos será para siempre.

19 No serán avergonzados en el tiempo malo;

en los días de hambre serán saciados.


20 Pero los impíos perecerán,

y los enemigos de Jehovah serán consumidos como el sebo de los carneros;

se disiparán como el humo.

21 El impío toma prestado y no paga,

pero el justo tiene compasión y da.

22 Los que él bendiga heredarán la tierra,

y los que él maldiga serán eliminados.

23 Por Jehovah son afirmados los pasos del hombre,

y él se complacerá en su camino.

24 Si cae, no quedará postrado,

porque Jehovah sostiene su mano.


25 Yo he sido joven y he envejecido;

pero no he visto a un justo desamparado,

ni a sus descendientes mendigando pan.

26 En todo tiempo tiene compasión y presta,

y su descendencia es para bendición.


27 Apártate del mal y haz el bien,

y vivirás para siempre.

28 Porque Jehovah ama la rectitud

y no desampara a sus fieles.

Para siempre serán guardados,

pero la descendencia de los impíos será exterminada.

29 Los justos heredarán la tierra

y vivirán para siempre sobre ella.


30 La boca del justo expresará sabiduría,

y su lengua proferirá juicio.

31 La ley de su Dios está en su corazón;

por eso sus pasos no vacilarán.


32 El impío acecha al justo

y procura matarlo.

33 Jehovah no lo dejará caer en su mano,

ni dejará que lo condenen cuando sea juzgado.

34 Espera en Jehovah y guarda su camino.

El te exaltará para heredar la tierra,

y cuando los impíos sean destruidos,

tú lo verás.


35 Yo he visto al impío enaltecido,

que se levantaba como un cedro del Líbano.

36 Pero pasó y ya no apareció.

Lo busqué, y no fue hallado.

37 Considera al íntegro y mira al justo;

que la posteridad de ese hombre es paz.

38 Pero los transgresores serán todos juntos destruidos;

la posteridad de los impíos será eliminada.


39 La salvación de los justos proviene de Jehovah;

él es su fortaleza en el tiempo de angustia.

40 Jehovah les ayudará y los librará;

les librará de los impíos y los salvará,

porque en él se han refugiado.

Plegaria en el sufrimiento


38 (Salmo de David. Para conmemorar)

1 Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor,

ni me castigues en tu ira.

2 Porque tus flechas han penetrado en mí,

y sobre mí ha descendido tu mano.

3 No hay parte sana en mi cuerpo

a causa de tu ira;

no hay paz en mis huesos

a causa de mi pecado.

4 Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza;

como carga pesada me agobian.

5 Hieden y supuran mis heridas

a causa de mi locura.

6 Estoy encorvado y abatido en gran manera;

ando enlutado todo el día.

7 Porque mis espaldas están inflamadas,

y no hay parte sana en mi cuerpo.

8 Estoy debilitado y totalmente molido;

gimo a causa de la conmoción de mi corazón.


9 Oh Señor, delante de ti están todos mis deseos,

y mi gemido no te es oculto.

10 Mi corazón palpita fuertemente,

y mi vigor me ha abandonado.

Aun la luz de mis ojos ya no está conmigo.

11 Mis amigos y compañeros se han apartado de mi plaga;

mis parientes se han mantenido alejados.

12 Los que buscaban mi vida

armaron trampas,

y los que procuraban mi mal

profirieron amenazas.

Maquinaban fraudes todo el día.


13 Pero yo, como si fuera sordo, no escuchaba,

y era como un mudo que no abre la boca.

14 Actué como un hombre que no oye,

y en cuya boca no hay amonestación.

15 Pues en ti, oh Jehovah, he esperado;

tú responderás, oh Jehovah, Dios mío.

16 Porque dije:

"No sea que se alegren de mí,

y cuando resbale mi pie,

se enaltezcan sobre mí."

17 Porque yo estoy a punto de caer,

y mi dolor está delante de mí continuamente.

18 Por eso confesaré mi iniquidad;

me acongojaré por mi pecado.

19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes;

se han aumentado los que me aborrecen sin motivo.

20 Los que pagan mal por bien me son hostiles,

por seguir yo lo bueno.


21 No me desampares, oh Jehovah.

Dios mío, no te alejes de mí;

22 apresúrate a socorrerme,

oh Señor, salvación mía.

La brevedad de la vida


39 (Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David)

1 Yo dije: "Cuidaré mis caminos

para no pecar con mi lengua.

Guardaré mi boca con freno,

en tanto que el impío esté frente a mí."

2 Enmudecí, quedé en silencio;

me callé aun respecto de lo bueno,

pero mi dolor se agravó.

3 Mi corazón se enardeció dentro de mí;

fuego se encendió en mi suspirar,

y así hablé con mi lengua:


4 Hazme saber, oh Jehovah, mi final,

y cuál sea la medida de mis días.

Sepa yo cuán pasajero soy.

5 He aquí, has hecho que mis días sean breves;

mi existencia es como nada delante

de ti.

De veras, sólo vanidad es todo hombre en su gloria. (Selah)

6 En la oscuridad deambula el hombre;

de veras, en vano se inquieta por acumular,

y no sabe quién lo recogerá.


7 Ahora, oh Señor, ¿qué esperaré?

Mi esperanza está en ti.

8 Líbrame de todas mis rebeliones;

no me pongas por burla del insensato.

9 Enmudecí; no abrí mi boca,

porque tú eres quien lo hizo.

10 Aparta de mí tu plaga;

por el movimiento de tu mano soy consumido.

11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,

y deshaces como polilla su hermosura.

Ciertamente vanidad es todo

hombre. (Selah)


12 Escucha mi oración, oh Jehovah;

oye mi clamor y no calles ante mis lágrimas.

Porque forastero soy para ti,

un advenedizo, como todos mis padres.

13 Aparta de mí tu mirada, de modo que me alegre

antes que me vaya y deje de ser.

Testimonio de la salvación divina


40 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Pacientemente esperé a Jehovah,

y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.

2 Y me hizo subir del pozo de la desesperación,

del lodo cenagoso.

Puso mis pies sobre una roca

y afirmó mis pasos.

3 Puso en mi boca un cántico nuevo,

una alabanza a nuestro Dios.

Muchos verán esto y temerán,

y confiarán en Jehovah.

4 Bienaventurado el hombre que pone su confianza en Jehovah,

y no vuelve la mirada a los soberbios,

ni a los que se enredan con la falsedad.


5 Oh Jehovah, Dios mío,

tú has multiplicado tus maravillas

y tus pensamientos para con nosotros.

No hay nadie comparable a ti.

Si intentara referirme y hablar de ellos,

serían demasiados como para ser contados.


6 El sacrificio y la ofrenda no te agradan;

tú has abierto mis oídos.

Holocaustos y sacrificios por el pecado no has pedido.

7 Entonces dije: "He aquí, yo vengo.

En el rollo de pergamino está escrito acerca de mí:

8 ’El hacer tu voluntad, oh Dios mío, me ha agradado;

y tu ley está en medio de mi corazón.’ "


9 He anunciado justicia en la gran congregación;

he aquí, no he detenido mis labios.

Oh Jehovah, tú lo sabes.

10 No he encubierto tu justicia dentro de mi corazón;

he proclamado tu fidelidad y tu salvación.

No he ocultado tu misericordia

ni tu verdad en la gran congregación.


11 Tú, oh Jehovah, no detengas de mí tu compasión;

que tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

12 Porque me han rodeado males incontables;

me han alcanzado mis iniquidades,

y no puedo levantar la vista.

Son más numerosos que los cabellos de mi cabeza,

y mi corazón me ha fallado.

13 ¡Ten a bien, oh Jehovah, librarme!

¡Oh Jehovah, apresúrate a socorrerme!

14 Sean avergonzados y humillados a una

los que buscan mi vida para cortarla.

15 Vuelvan atrás y sean confundidos

los que desean mi mal.

Sean desolados a causa de su vergüenza

los que dicen: "¡Ajá, ajá!"


16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan.

Digan siempre los que aman tu salvación:

"¡Jehovah sea engrandecido!"

17 Aunque yo sea pobre y necesitado,

Jehovah pensará en mí.

Tú eres mi ayuda y mi libertador;

¡Oh Dios mío, no te tardes!

Oración desde el lecho de dolor


41 (Al músico principal. Salmo de David)

1 ¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre!

En el día malo lo librará Jehovah.

2 Jehovah lo guardará y le dará vida,

para que sea feliz en la tierra.

No lo entregará a la voluntad de sus enemigos.

3 Jehovah lo sustentará en el lecho de dolor.

En su enfermedad, tú transformarás su postración.


4 Yo dije: "Oh Jehovah,

ten misericordia de mí;

sana mi alma,

porque contra ti he pecado."

5 Mis enemigos hablan mal de mí y preguntan:

"¿Cuándo se morirá, y perecerá su nombre?"

6 Si alguien viene a verme, habla mentira.

Su corazón acumula iniquidad para sí,

y saliendo afuera, lo divulga.

7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;

contra mí traman el mal.

8 "Algo abominable se ha derramado sobre él.

El que cayó en la cama

no se volverá a levantar."

9 Aun mi amigo íntimo,

en quien yo confiaba y quien comía de mi pan,

ha levantado contra mí el talón.


10 Pero tú, oh Jehovah,

ten misericordia de mí;

haz que me levante,

y les daré su merecido.

11 En esto conoceré que de mí te has agradado:

en que mi enemigo no cante victoria sobre mí.

12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado,

y me haces estar delante de ti para siempre.


13 ¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel,

desde la eternidad hasta la eternidad!

Amén y amén.



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SEGUNDA PARTE: SALMOS 42-72



Anhelo por la presencia de Dios


42 (Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré)

1 Como ansía el venado las corrientes de las aguas,

así te ansía a ti, oh Dios, el alma mía.

2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.

¿Cuándo iré para presentarme delante de Dios?

3 Mis lágrimas han sido mi alimento día y noche,

mientras me dicen todos los días:

"¿Dónde está tu Dios?"


4 Recuerdo estas cosas y derramo mi alma dentro de mí:

cuando pasaba con la muchedumbre, guiándolos hasta la casa de Dios,

con voz de alegría y de acción de gracias

de la multitud en fiesta.

5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

y te turbas dentro de mí?

Espera a Dios, porque aún le he de alabar.

¡El es la salvación de mi ser, 6 y mi Dios!


Mi alma está abatida dentro de mí.

Por esto me acordaré de ti

en la tierra del Jordán y del Hermón,

en el monte de Mizar.

7 Un abismo llama a otro por la voz de tus cascadas;

todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.


8 De día, mandará Jehovah su misericordia;

y de noche, su canción estará conmigo,

la oración al Dios de mi vida.

9 Diré a Dios: "Roca mía,

¿por qué te has olvidado de mí?

¿Por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?"

10 Mientras mis huesos se quebrantan,

mis enemigos me afrentan diciéndome cada día:

"¿Dónde está tu Dios?"


11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

y por qué te turbas dentro de mí?

Espera a Dios, porque aún le he de alabar.

¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!

Anhelo por la casa de Dios


43 1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa.

Líbrame de una nación impía,

del hombre de engaño e iniquidad.

2 Siendo tú el Dios de mi fortaleza,

¿por qué me has desechado?

¿Por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?

3 Envía tu luz y tu verdad;

éstas me guiarán.

Ellas me conducirán a tu monte santo

y a tus moradas.


4 Llegaré hasta el altar de Dios,

a Dios, mi alegría y mi gozo.

Te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.

5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

y por qué te turbas dentro de mí?

Espera a Dios, porque aún le he de alabar.

¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!

Plegaria por la liberación nacional


44 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Masquil)

1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído;

nuestros padres nos han contado de la obra que hiciste en sus días, en tiempos antiguos.

2 Con tu mano echaste a las naciones para plantarlos a ellos;

abatiste a los pueblos y los arrojaste.

3 No se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró;

sino tu diestra, tu brazo,

y la luz de tu rostro;

porque tú los favorecías.


4 Tú, oh Dios, eres mi Rey;

manda liberación a Jacob.

5 Por medio de ti embestiremos a nuestros enemigos;

en tu nombre pisotearemos a los que se nos oponen.


6 No confiaré en mi arco,

ni mi espada me librará;

7 pues tú nos libras de nuestros enemigos

y avergüenzas a los que nos aborrecen.

8 En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,

y alabaremos su nombre para

siempre. (Selah)


9 Sin embargo, nos has desechado

y nos has confundido;

ya no sales con nuestros ejércitos.

10 Nos has hecho retroceder ante el enemigo,

y los que nos aborrecen nos han saqueado.

11 Nos has puesto como ovejas para el consumo,

y nos has esparcido entre las naciones.

12 Has vendido de balde a tu pueblo,

y ningún provecho has ganado con su precio.

13 Nos has puesto como afrenta ante nuestros vecinos,

por burla y ridículo ante los que están

a nuestro alrededor.

14 Nos has puesto como refrán en medio de las naciones,

y como objeto de burla en medio de los pueblos.


15 Cada día mi confusión está delante

de mí,

y mi cara se cubre de vergüenza,

16 por la voz del que injuria y deshonra,

por causa del enemigo y del vengativo.


17 Todo esto nos ha venido,

pero no nos hemos olvidado de ti,

ni hemos faltado a tu pacto.

18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón,

ni tampoco nuestros pasos se han apartado de tu camino,

19 para que nos abatas en el lugar de los chacales

y nos cubras con densa oscuridad.


20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios

o alzado nuestras manos a un dios extraño,

21 ¿no averiguaría esto Dios,

quien conoce los secretos del corazón?

22 Más bien, por tu causa nos matan cada día;

somos tratados como ovejas para el matadero.


23 Despierta; ¿por qué duermes, oh Señor?

Despierta; no nos abandones para siempre.

24 ¿Por qué escondes tu rostro

y te olvidas de nuestra aflicción y opresión?

25 Nuestra alma está agobiada hasta el polvo;

nuestro vientre está pegado a la tierra.

26 Levántate, socórrenos

y redímenos por tu misericordia.

Canción para las bodas del rey


45 (Al músico principal. Sobre Sosanim. Para los hijos de Coré. Masquil. Canción de amor)

1 Mi corazón rebosa de palabras buenas;

dedico al rey mi canto.

Mi lengua es como pluma de un veloz escriba.


2 Tú eres el más hermoso de los hijos del hombre;

la gracia se ha derramado en tus labios.

Por eso Dios te ha bendecido para siempre.

3 Ciñe tu espada sobre tu muslo, oh valiente, en tu gloria y majestad.

4 En tu majestad cabalga y triunfa por causa de la verdad, de la humildad y de la justicia.

Tu mano derecha te mostrará cosas asombrosas.

5 Pueblos caerán debajo de ti;

tus flechas agudas penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.


6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre;

cetro de justicia es el cetro de tu reino.

7 Has amado la justicia y aborrecido la injusticia;

por eso te ha ungido Dios, el Dios tuyo,

con aceite de gozo, más que a tus compañeros.

8 Mirra, áloe y casia exhalan todas tus vestiduras;

en palacios de marfil te han recreado los instrumentos de cuerda.

9 Hijas de reyes hay en tu corte de honor;

la reina está de pie a tu derecha con oro de Ofir.


10 Oye, hija, y mira; inclina tu oído:

Olvida tu pueblo y la casa de tu padre.

11 El rey desea tu hermosura;

inclínate hacia él, porque él es tu señor.

12 Las hijas de Tiro vienen con presentes,

y los ricos del pueblo imploran tu favor.


13 Toda gloriosa está la hija del rey;

de perlas engastadas en oro es su vestido.

14 Con vestido bordado será llevada ante el rey.

Vírgenes irán detrás de ella;

sus compañeras serán traídas a ti.

15 Serán traídas con alegría y con gozo,

y entrarán en el palacio del rey.


16 En lugar de tus padres estarán tus hijos,

a quienes harás príncipes en toda la tierra.

17 Haré perpetua la memoria de tu nombre

en todas las generaciones,

por lo cual te alabarán los pueblos

eternamente y para siempre.

Jehovah, protector de su pueblo


46 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Sobre Alamot. Cántico)

1 Dios es nuestro amparo y fortaleza,

nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

2 Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble,

aunque los montes se derrumben en el corazón del mar,

3 aunque sus aguas rujan y echen espuma,

y se estremezcan los montes por su braveza. (Selah)


4 Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios,

el santuario, morada del Altísimo.

5 Dios está en medio de ella;

no será movida.

Dios la ayudará al clarear la mañana.

6 Las naciones se conmocionan,

se tambalean los reinos.

El emite su voz, y se derrite la tierra.

7 Jehovah de los Ejércitos está con nosotros;

nuestro refugio es el Dios de

Jacob. (Selah)


8 Venid y ved los hechos de Jehovah,

quien ha causado desolaciones en la tierra.

9 Hasta los confines de la tierra hace cesar las guerras;

quiebra el arco, rompe la lanza

y quema los carros en el fuego.

10 "Estad quietos y reconoced que yo soy Dios.

Exaltado he de ser entre las naciones;

exaltado seré en la tierra."

11 Jehovah de los Ejércitos está con nosotros;

nuestro refugio es el Dios de

Jacob. (Selah)

Jehovah, Rey de toda la tierra


47 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Salmo)

1 ¡Pueblos todos, aplaudid!

¡Aclamad a Dios con voz de júbilo!

2 Porque Jehovah, el Altísimo, es temible,

gran Rey sobre toda la tierra.

3 El someterá los pueblos a nosotros,

las naciones debajo de nuestros pies.

4 Porque él ha elegido nuestra heredad,

el orgullo de Jacob, al cual

amó. (Selah)


5 Subió Dios en medio de aclamación;

Jehovah, con sonido de corneta.

6 ¡Cantad a Dios, cantad!

¡Cantad a nuestro Rey, cantad!

7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra,

cantad con entendimiento.


8 ¡Dios reina sobre las naciones!

¡Dios se ha sentado sobre su santo trono!

9 Se han reunido los gobernantes de los pueblos

con el pueblo del Dios de Abraham,

10 porque de Dios son las defensas de la tierra.

¡El es muy enaltecido!

La gloria de la ciudad del Gran Rey


48 (Cántico. Salmo de los hijos de Coré)

1 ¡Grande es Jehovah

y digno de suprema alabanza,

en la ciudad de nuestro Dios,

en el monte de su santuario!


2 ¡Qué hermosa altura!

El gozo de toda la tierra es el monte Sion por el lado norte,

la ciudad del Gran Rey.

3 Dios es conocido por refugio

en sus palacios.

4 Porque, he aquí, los reyes se han aliado;

han avanzado juntos.

5 Pero viéndola así, se quedaron atónitos;

se turbaron y se dieron prisa a huir.

6 Allí se apoderó de ellos el estremecimiento;

tuvieron dolor como de mujer

que da a luz.

7 Con el viento del oriente

rompes las naves de Tarsis.


8 Como lo oímos, así lo hemos visto

en la ciudad de Jehovah de los Ejércitos,

la ciudad de nuestro Dios:

Dios la afirmará para siempre. (Selah)

9 Oh Dios, hemos pensado en tu misericordia,

en medio de tu templo.

10 Conforme a tu nombre, oh Dios,

así es tu alabanza hasta los confines de la tierra.

Tu diestra está llena de justicia.


11 Se alegrará el monte Sion;

las hijas de Judá se regocijarán

a causa de tus juicios.

12 Id alrededor de Sion y rodeadla;

contad sus torres.

13 Observad detenidamente su muro exterior;

examinad sus palacios, para que lo contéis a la generación venidera.

14 Porque Dios es nuestro Dios eternamente y para siempre;

por siempre nos guiará.

La vanidad del rico insensato


49 (Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré)

1 Oíd esto, todos los pueblos;

escuchad, todos los habitantes del mundo,

2 tanto la gente común como la gente notable,

el rico juntamente con el pobre:


3 Mi boca hablará sabiduría;

y el pensamiento de mi corazón, inteligencia.

4 Inclinaré a los proverbios mi oído;

expresaré con el arpa mi enigma.


5 ¿Por qué habré de temer en los días de la adversidad,

cuando me rodee la iniquidad de mis opresores?

6 Los que confían en sus posesiones

y se jactan de la abundancia de sus riquezas,

7 ninguno de ellos puede redimir a su hermano,

ni pagar a Dios por su rescate.

8 La redención de su vida es muy costosa;

se ha de abandonar para siempre el intento

9 de vivir eternamente

y jamás ver corrupción.

10 Cuando él los mira, los sabios mueren;

contempla al necio y al torpe,

y ellos perecen y dejan a otros sus riquezas.

11 De los que llaman sus tierras con sus nombres,

sus tumbas son sus casas para siempre,

y sus moradas de generación en generación.

12 Pero el hombre no permanecerá en sus riquezas;

más bien, es semejante a los animales que perecen.

13 Este camino suyo es necedad.

No obstante, sus seguidores se complacen en sus dichos. (Selah)


14 Como ovejas que fueron apartadas para el Seol,

los pastorea la muerte;

los rectos se enseñorearán de ellos.

Al amanecer se desvanecerá su buen aspecto,

y el Seol será su morada.

15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,

porque me llevará consigo. (Selah)


16 No temas cuando alguno se enriquece,

cuando aumenta la gloria de su casa.

17 Porque al morir no llevará nada,

ni descenderá tras él su gloria.

18 Aunque su alma lo bendiga mientras vive,

y reconozcan que ella le prospera,

19 entrará en la generación de sus padres,

y nunca más verá la luz.

20 El hombre que vive con honores,

pero sin entendimiento,

es semejante a los animales que perecen.

Dios, el Juez de buenos y malos


50 (Salmo de Asaf)

1 Jehovah, el Dios de dioses, ha hablado;

ha convocado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se pone.

2 Desde Sion, perfección de la hermosura,

Dios ha resplandecido.

3 Nuestro Dios viene y no callará.

Fuego consumidor le precede,

y alrededor de él hay gran tormenta.

4 Convoca a los cielos en lo alto;

y a la tierra, para juzgar a su pueblo.


5 "Reunidme a mis fieles,

los que han hecho conmigo pacto mediante sacrificio."

6 Los cielos proclamarán su justicia,

porque Dios es el Juez. (Selah)


7 "Escucha, oh pueblo mío, y hablaré;

testificaré contra ti, oh Israel.

Yo soy Dios, el Dios tuyo.

8 No te reprocharé con respecto a tus sacrificios,

ni por tus holocaustos, que siempre están delante de mí.

9 No tomaré toros de tu casa,

ni machos cabríos de tus rediles;

10 porque míos son todos los animales del bosque,

los millares del ganado en mis montes.

11 Conozco todas las aves de las alturas,

y las criaturas del campo son mías.

12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti,

porque mío es el mundo y su plenitud.

13 ¿He de comer la carne de los toros?

¿He de beber la sangre de los machos cabríos?

14 ¡Sacrifica a Dios acciones de gracias!

¡Paga tus votos al Altísimo!

15 Invócame en el día de la angustia;

yo te libraré, y tú me glorificarás."


16 Pero al impío Dios le dijo:

"¿Por qué tienes tú que recitar mis leyes

y mencionar mi pacto con tu boca?

17 Tú detestas la instrucción

y echas a tus espaldas mis palabras.

18 Si ves a un ladrón, te complaces con él,

y tu parte está con los adúlteros.

19 Con maldad das rienda suelta a tu boca,

y tu lengua urde engaño.

20 Tomas asiento y hablas contra tu hermano;

contra el hijo de tu madre arrojas infamia.

21 Estas cosas has hecho, y yo he callado.

Ciertamente pensabas que yo sería

como tú,

pero yo te reprenderé y las pondré ante tus ojos.


22 "Entended pues esto, los que os olvidáis de Dios;

no sea que yo os arrebate sin que nadie os libre.

23 El que ofrece sacrificio de acción de gracias me glorificará,

y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios."

Oración de arrepentimiento


51 (Al músico principal. Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a él, después que David tuvo relaciones con Betsabé)

1 Ten piedad de mí, oh Dios,

conforme a tu misericordia.

Por tu abundante compasión,

borra mis rebeliones.

2 Lávame más y más de mi maldad,

y límpiame de mi pecado.

3 Porque yo reconozco mis rebeliones,

y mi pecado está siempre delante de mí.

4 Contra ti, contra ti solo he pecado

y he hecho lo malo ante tus ojos.

Seas tú reconocido justo en tu palabra

y tenido por puro en tu juicio.


5 He aquí, en maldad he nacido,

y en pecado me concibió mi madre.

6 He aquí, tú quieres la verdad en lo íntimo,

y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.


7 Quita mi pecado con hisopo,

y seré limpio;

lávame, y seré más blanco que la nieve.

8 Hazme oír gozo y alegría,

y se regocijarán estos huesos que has quebrantado.

9 Esconde tu rostro de mis pecados

y borra todas mis maldades.


10 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro

y renueva un espíritu firme dentro

de mí.

11 No me eches de tu presencia,

ni quites de mí tu Santo Espíritu.

12 Devuélveme el gozo de tu salvación,

y un espíritu generoso me sustente.

13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,

y los pecadores se convertirán a ti.


14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación,

y con regocijo cantará mi lengua tu justicia.

15 Señor, abre mis labios,

y proclamará mi boca tu alabanza.

16 Porque no quieres sacrificio;

y si doy holocausto, no lo aceptas.

17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado.

Al corazón contrito y humillado

no desprecias tú, oh Dios.

18 Haz bien a Sion, con tu benevolencia;

edifica los muros de Jerusalén.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,

el holocausto u ofrenda del todo quemada.

Entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.

Final del hombre vil


52 (Al músico principal. Masquil de David cuando Doeg el edomita fue y le informó a Saúl diciendo: "David ha ido a la casa de Abimelec.")

1 ¿Por qué te jactas, oh poderoso,

de la maldad contra el piadoso?

Todo el día 2 tu lengua maquina agravios;

como navaja afilada produce engaño.

3 Has amado el mal más que el bien;

la mentira, más que el hablar

justicia. (Selah)

4 Has amado toda palabra perversa,

oh lengua engañosa.

5 Por eso Dios te derribará para siempre;

te aplastará y te arrancará de tu morada.

El te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah)


6 Los justos lo verán y temerán.

Se reirán de él diciendo:

7 "¡Ved al hombre que no puso a Dios como su fortaleza,

sino que confió en sus muchas riquezas

y se refugió en su maldad!"


8 Pero yo seré como un olivo verde en la casa de Dios;

en la misericordia de Jehovah confiaré eternamente y para siempre.

9 Por siempre te daré gracias por lo que has hecho.

En presencia de tus fieles esperaré en tu nombre, porque es bueno.

Necedad y corrupción del hombre


53 (Al músico principal. Sobre Majalat. Masquil de David)

1 Dijo el necio en su corazón:

"No hay Dios."

Se han corrompido

y han hecho abominable maldad.

No hay quien haga el bien.


2 Dios miró desde los cielos

sobre los hijos del hombre,

para ver si había algún sensato

que buscara a Dios.

3 Pero cada uno se había descarriado;

a una se habían corrompido.

No había quien hiciera el bien;

no había ni siquiera uno.


4 ¿Acaso los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,

y que a Dios no invocan?

5 Allí donde no hubo nada que temer,

temieron grandemente;

porque Dios esparció los huesos de los blasfemos.

Los avergonzaste, porque Dios los rechazó.


6 ¡Quién hiciera que de Sion viniese la salvación de Israel!

Cuando Dios restaure de la cautividad a su pueblo,

se gozará Jacob; se alegrará Israel.

Clamor de un perseguido


54 (Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David, cuando fueron los de Zif y dijeron a Saúl: "¿Acaso no está David escondido entre nosotros?")

1 Oh Dios, sálvame por tu nombre

y defiéndeme con tu poder.

2 Oh Dios, escucha mi oración;

atiende las palabras de mi boca.

3 Porque los extraños se han levantado contra mí,

y los violentos buscan mi vida.

No toman en cuenta a Dios. (Selah)


4 He aquí, Dios es quien me ayuda;

el Señor está con los que sostienen mi vida.

5 El hará volver el mal contra mis enemigos.

¡Destrúyelos por tu verdad!


6 Te ofreceré sacrificios voluntarios.

Daré gracias a tu nombre, oh Jehovah, porque es bueno;

7 porque me has librado de toda angustia.

Mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.

Plegaria de una persona traicionada


55 (Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David)

1 Atiende, oh Dios, mi oración;

no te escondas ante mi súplica.

2 Escúchame y respóndeme.

En mi pensar estoy deprimido y turbado

3 por la voz del enemigo,

por la presión de los impíos

que me inculpan de iniquidad

y me odian con furor.

4 Mi corazón se estremece dentro de mí;

terrores de muerte me han caído encima.

5 Temor y temblor me han sobrevenido,

y me cubre el espanto.

6 Dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!

Volaría y hallaría reposo.

7 Ciertamente huiría lejos y pasaría las noches en el desierto. (Selah)

8 Me apresuraría a buscar refugio del viento tempestuoso, de la tempestad.

9 Destrúyelos, oh Señor, y confunde sus lenguas;

porque violencia y rencilla he visto en la ciudad.

10 Día y noche hacen rondas sobre sus muros,

y la maldad y el abuso están adentro.

11 Agravio hay en medio de ella;

el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.


12 Si un enemigo me hubiera afrentado,

yo lo habría soportado.

Si el que me aborrece se hubiera levantado contra mí,

yo me habría ocultado de él.

13 Pero fuiste tú, un hombre igual a mí,

mi compañero, mi íntimo amigo;

14 que juntos compartíamos dulcemente los secretos,

y con afecto nos paseábamos en la casa de Dios.


15 Que la muerte los sorprenda

y desciendan vivos al Seol.

Porque el mal está en sus moradas,

instalado en medio de ellos.

16 No obstante, yo clamaré a Dios,

y Jehovah me salvará.

17 Al anochecer, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré;

y él oirá mi voz.

18 Ha rescatado en paz mi alma

de la guerra que han desatado en contra de mí,

aunque son muchos los que han estado contra mí.

19 Dios oirá, y luego los humillará:

¡El, que permanece desde la

antigüedad! (Selah)

Porque no cambian de actitud ni temen a Dios.


20 Más bien, aquél extiende sus manos contra sus propios aliados, y viola su pacto.

21 Ellos ablandan su boca más que mantequilla,

pero en su corazón hay contienda.

Suavizan sus palabras más que el aceite,

pero son como espadas desenvainadas.


22 Echa tu carga sobre Jehovah, y él te sostendrá.

Jamás dejará caído al justo.

23 Tú, oh Dios, harás descender a aquéllos

al pozo de la destrucción.

Los hombres sanguinarios y engañadores

no llegarán a la mitad de sus días,

pero yo confiaré en ti.

Confianza en Dios y en su palabra


56 (Al músico principal. Sobre "La paloma silenciosa de la lejanía". Mictam de David compuesto cuando los filisteos lo apresaron en Gat)

1 Ten misericordia de mí, oh Dios,

porque me pisotea el hombre;

me oprime combatiéndome todo el día.

2 Todo el día me pisotean mis enemigos,

porque muchos son los que me combaten con altanería.


3 El día en que tengo temor,

yo en ti confío.

4 En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado.

¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!


5 Todo el día pervierten mis palabras;

contra mí son todos sus pensamientos, para mal.

6 Ellos conspiran; se ocultan.

Observan atentamente mis pasos en acecho de mi vida.

7 ¿Escaparán ellos por su iniquidad?

¡Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor!

8 Mis andanzas tú has contado:

Pon mis lágrimas ante ti.

¿Acaso no están escritas en tu libro?


9 El día que yo clame a ti,

mis enemigos retrocederán.

Esto sé: que Dios está a mi lado.

10 En Dios, cuya palabra alabo,

en Jehovah, cuya palabra alabo,

11 en Dios he confiado.

No temeré lo que me pueda hacer el hombre.


12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos;

te pagaré sacrificios de acción de gracias.

13 Porque has librado mi vida de la muerte y mis pies de la caída,

para que ande delante de Dios en la luz de la vida.

Oración para ser librado del opresor


57 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David compuesto cuando huyó de Saúl a la cueva)

1 Ten misericordia de mí, oh Dios;

ten misericordia de mí,

porque en ti ha confiado mi alma.

En la sombra de tus alas me ampararé,

hasta que pasen las calamidades.


2 Clamaré al Dios Altísimo,

al Dios que me favorece.

3 El enviará desde los cielos

y me librará de la infamia del que me oprime. (Selah)

¡Dios enviará su misericordia y su verdad!


4 Mi vida está entre leones;

estoy tendido entre hombres que devoran.

Sus dientes son lanzas y flechas,

y su lengua es como espada afilada.

5 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;

y sobre toda la tierra, tu gloria!


6 Una red han tendido ante mis pasos

para doblegar mi alma.

Una fosa han cavado delante de mí,

y en medio de ella han caído ellos mismos. (Selah)


7 Mi corazón está firme, oh Dios;

está firme mi corazón.

Cantaré y entonaré salmos.

8 ¡Despierta, oh alma mía!

¡Despertad, oh arpa y lira!

Despertaré al alba.

9 Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;

a ti cantaré salmos entre las naciones.

10 Porque grande, hasta los cielos, es tu misericordia;

y hasta las nubes, tu verdad.

11 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;

y sobre toda la tierra, tu gloria!

Dios, el Juez de la tierra


58 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David)

1 Oh magistrados, ¿en verdad pronunciáis justicia?

¿Juzgáis rectamente a los hijos del hombre?

2 Más bien, con el corazón obráis iniquidad en la tierra

y a la violencia abrís camino con vuestras manos.


3 Los impíos se alienaron desde la matriz;

se descarriaron desde el vientre, hablando mentira.

4 Tienen veneno como veneno de serpiente;

son como una cobra sorda que tapa sus oídos

5 y no oye la voz de los encantadores,

aun del más experto encantador.


6 Oh Dios, rompe sus dientes en sus bocas;

quiebra, oh Jehovah, los colmillos de los leones.

7 Escúrranse como aguas que se pierden;

que cuando apunten con sus flechas,

éstas queden despuntadas.

8 Pasen como la babosa que se deshace;

y como un abortivo de mujer, no vean el sol.

9 Antes que sus espinos produzcan espinas,

con su ira los arrebatará cual vendaval.


10 El justo se alegrará cuando vea la venganza,

y lavará sus pies en la sangre del impío.

11 Entonces dirá el hombre:

"Ciertamente el justo tiene frutos;

ciertamente hay un Dios que juzga la tierra."

Dios, baluarte del justo


59 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David, compuesto cuando Saúl mandó que ellos acecharan la casa para matarlo)

1 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;

ponme a salvo de los que se levantan contra mí.

2 Líbrame de los que hacen iniquidad;

sálvame de los hombres sanguinarios.

3 Porque he aquí, acechan mi vida;

los prepotentes me atacan,

no por transgresión o por pecado mío, oh Jehovah.

4 Sin que yo sea culpable,

corren y se preparan.

Despierta para venir a mi encuentro y mira.

5 Tú, oh Jehovah Dios de los Ejércitos, Dios de Israel,

despierta para castigar a todas las naciones.

No tengas misericordia de ningún inicuo traidor. (Selah)


6 Vuelven al anochecer,

aúllan como perros

y rodean la ciudad.

7 He aquí, profieren con sus bocas;

espadas hay en sus labios.

Porque dicen: "¿Quién oye?"

8 Pero tú, oh Jehovah, te reirás de ellos;

te burlarás de todas las naciones.


9 Fortaleza mía, en ti esperaré;

porque Dios es mi alto refugio.

10 Mi Dios misericordioso me saldrá al encuentro.

Dios me hará ver mi deseo cumplido en mis enemigos.

11 No los mates, para que mi pueblo no se olvide.

Hazles andar errantes, por tu poder.

Abátelos, oh Jehovah, escudo nuestro.

12 Por el pecado de sus bocas,

por la palabra de sus labios sean presos;

por su soberbia, por la maldición

y por la mentira que profieren.

13 Acábalos con furor;

acábalos de modo que dejen de existir.

Que se sepa que Dios domina en Jacob,

hasta los confines de la tierra. (Selah)


14 ¡Que vuelvan al anochecer y aúllen como perros! ¡Que rodeen la ciudad!

15 Ellos andan errantes para hallar qué comer;

y al no saciarse, se quejan.


16 Pero yo cantaré a tu poder

y alabaré de mañana tu misericordia;

porque fuiste para mí un alto refugio

y un amparo en el día de mi angustia.

17 Fortaleza mía, a ti cantaré salmos;

porque Dios es mi alto refugio,

el Dios que tiene misericordia de mí.

Súplica en medio de la derrota


60 (Al músico principal. Sobre "La Rosa del Testimonio". Mictam de David, para ser enseñado. Compuesto cuando provocó la confrontación con Siria mesopotámica y Siria de Soba, y Joab volvió y derrotó a 12.000 de Edom en el valle de la Sal)

1 Oh Dios, tú nos has desechado;

has roto nuestras defensas.

Te has airado. ¡Vuelve a nosotros!

2 Hiciste temblar la tierra;

la has agrietado.

Restaura sus fallas, porque se desmorona.

3 Has hecho ver duras cosas a tu pueblo;

nos has hecho beber vino de aturdimiento.

4 Has dado bandera a los que te temen,

para que alcancen seguridad ante el arco. (Selah)

5 Salva con tu diestra y respóndenos,

de modo que sean librados tus amados.


6 Dios ha hablado en su santuario:

"¡Cómo me regocijo!

Repartiré Siquem

y mediré el valle de Sucot.

7 Mío es Galaad, y mío es Manasés.

Efraín es la fortaleza de mi cabeza;

Judá es mi cetro.

8 Moab es la vasija en que me lavo;

sobre Edom echaré mis sandalias,

y sobre Filistea lanzaré mi grito de victoria."


9 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?

¿Quién me conducirá hasta Edom?

10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,

y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?

11 Danos socorro ante el enemigo,

pues vana es la liberación que da el hombre.

12 Con Dios haremos proezas,

y él aplastará a nuestros enemigos.

Anhelo de la protección de Dios


61 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David)

1 Escucha, oh Dios, mi clamor;

atiende a mi oración.

2 Desde el extremo de la tierra

clamaré a ti cuando mi corazón desmaye.

Llévame a la roca que es más alta

que yo.

3 Porque tú me has sido refugio

y torre fortificada delante del enemigo.


4 Que yo habite en tu tabernáculo para siempre,

y me refugie al amparo de tus

alas. (Selah)

5 Pues tú, oh Dios, has oído mis votos;

has dado heredad a los que temen tu nombre.


6 Días sobre días añadirás al rey;

sus años serán como generación tras generación.

7 Estará para siempre delante de Dios;

designa la misericordia y la verdad para que lo guarden.

8 Entonces cantaré salmos a tu nombre para siempre,

para pagar mis votos día tras día.

Dios, el único refugio


62 (Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David)

1 Sólo en Dios reposa mi alma;

de él proviene mi salvación.

2 Sólo él es mi roca y mi salvación;

él es mi refugio;

no seré grandemente movido.


3 ¿Hasta cuándo os ensañaréis contra un hombre?

¿Lo destrozaréis todos vosotros como a una pared inclinada o una cerca derribada?

4 Solamente consultan cómo derribarlo de su eminencia.

Se complacen con la mentira.

Con sus bocas bendicen,

pero en su interior maldicen. (Selah)


5 Oh alma mía, reposa sólo en Dios,

porque de él es mi esperanza.

6 Sólo él es mi roca y mi salvación;

es mi alto refugio; no seré movido.

7 Dios es mi salvación y mi gloria;

en Dios está la roca de mi fortaleza y mi refugio.

8 Oh pueblos, esperad en él en todo tiempo;

derramad delante de él vuestro corazón,

porque Dios es nuestro refugio. (Selah)


9 Por cierto, vanidad son los hombres comunes;

mentira son los hombres notables.

Si se los pesa a todos juntos en balanza,

serán menos que un soplo.

10 No confiéis en la opresión,

ni os envanezcáis con la rapiña.

Aunque se incremente la riqueza,

no pongáis en ella el corazón.


11 Una vez habló Dios;

dos veces he oído esto:

que en Dios hay fortaleza.

12 También en ti, oh Señor, hay misericordia;

pues tú pagas a cada uno según su obra.

Oración de un alma sedienta de Dios


63 (Salmo de David, compuesto cuando estaba en el desierto de Judá)

1 ¡Oh Dios, tú eres mi Dios!

Con diligencia te he buscado;

mi alma tiene sed de ti.

Mi cuerpo te anhela

en tierra árida y sedienta, carente de agua.

2 Te he contemplado en el santuario,

para admirar tu poder y tu gloria.

3 Porque mejor es tu misericordia que la vida;

mis labios te alabarán.

4 Por eso te bendeciré en mi vida,

y en tu nombre alzaré mis manos.

5 Como de sebo y de gordura se saciará mi alma;

mi boca te alabará con labios de júbilo.


6 Cuando en mi cama me acuerdo de ti,

medito en ti en las vigilias de la noche.

7 Porque tú eres mi socorro,

bajo la sombra de tus alas cantaré de gozo.

8 Mi vida está apegada a ti;

tu mano derecha me sostiene.


9 Los que buscan mi alma para destruirla

caerán en las profundidades de la tierra.

10 Los destruirán a filo de espada,

y serán la porción de las zorras.

11 Pero el rey se alegrará en Dios.

Será alabado cualquiera que jura por él,

pero será cerrada la boca de los que hablan mentira.

Dios prende al impío en su maldad


64 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración;

guarda mi vida del miedo al enemigo.

2 Escóndeme del consejo secreto de los malhechores,

del tumulto de los que obran iniquidad.


3 Ellos afilan sus lenguas como espadas,

y disponen palabras amargas como flechas,

4 para tirarlas a escondidas contra el inocente.

De repente tiran contra él, y no temen.

5 Se alientan unos a otros en perverso designio,

y planean esconder trampas.

Dicen: "¿Quién nos ha de ver?"

6 Traman maldad,

hacen un minucioso complot,

hasta el íntimo pensamiento de

cada uno de ellos

y lo profundo del corazón.


7 Pero Dios los herirá con sus propias flechas.

De repente les sobrevendrán sus heridas.

8 Los hará caer por sus propias lenguas;

todos los que los vean moverán la cabeza.

9 Todos los hombres temerán;

anunciarán la obra de Dios y entenderán sus hechos.


10 El justo se alegrará en Jehovah y confiará en él.

Se gloriarán todos los rectos de corazón.

Alabanza a Dios por su providencia


65 (Al músico principal. Salmo. Cántico de David)

1 En Sion, oh Dios, te corresponde la alabanza;

a ti serán pagados los votos.

2 Tú oyes la oración;

a ti acudirá todo ser.

3 Las palabras de iniquidad prevalecen contra mí,

pero tú perdonarás nuestras rebeliones.


4 Bienaventurado el hombre que tú escoges y haces que se acerque a ti,

para que habite en tus atrios.

Seremos saciados del bien de tu casa,

de tu santo templo.


5 Con hechos tremendos nos responderás en justicia,

oh Dios de nuestra salvación,

esperanza de todos los confines de la tierra

y de todos los mares más distantes.

6 Tú eres el que afirmas las montañas

con poder, ceñido de poderío.

7 Tú eres el que sosiegas el estruendo de los mares,

el estruendo de las olas

y el tumulto de los pueblos.

8 Por eso los habitantes de los confines de la tierra tienen temor de tus maravillas.

Tú haces cantar de júbilo a las salidas de la mañana y de la noche.


9 Visitas la tierra y la riegas;

en gran manera la enriqueces.

El río de Dios está lleno de aguas.

Produces los trigales,

porque así lo has preparado.

10 Haces que se empapen sus surcos

y allanas sus crestas.

Disuelves los terrones con aguaceros

y bendices sus brotes.


11 Coronas el año con tus bondades,

y tus recorridos fluyen abundancia.

12 Los pastizales del desierto fluyen abundancia,

y las colinas se ciñen de alegría.

13 Los prados se visten de rebaños

y los valles se cubren de grano.

Gritan de júbilo y cantan.

Alabanza a Dios por sus hechos


66 (Al músico principal. Cántico y salmo)

1 ¡Aclamad a Dios con alegría,

toda la tierra!

2 Cantad a la gloria de su nombre;

dadle la gloria en la alabanza.

3 Decid a Dios:

"¡Cuán admirables son tus obras!

Por tu gran poder se someterán a ti tus enemigos.

4 ¡Toda la tierra te adorará y cantará a ti!

¡Cantarán a tu nombre!" (Selah)


5 Venid y ved los actos de Dios,

admirable en sus hechos

para con los hijos del hombre.

6 El convirtió el mar en tierra seca,

y por el río pasaron a pie.

¡Regocijémonos en él!

7 Se enseñorea con su poder para siempre;

sus ojos observan a las naciones

para que los rebeldes no se enaltezcan contra él. (Selah)


8 ¡Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios!

Haced que se escuche la voz de su alabanza.

9 El es quien preservó la vida a nuestra alma

y no permitió que resbalasen nuestros pies.


10 Tú nos has probado, oh Dios;

nos has purificado como se prueba la plata.

11 Nos metiste en la red,

y pusiste apretura sobre nuestros lomos.

12 Hiciste que los hombres cabalgaran encima de nuestras cabezas.

Pasamos por el fuego y por el agua,

pero luego nos sacaste a abundancia.


13 Entraré en tu templo con holocaustos;

te pagaré mis votos

14 que pronunciaron mis labios

y que mi boca prometió cuando yo estaba angustiado.

15 Te ofreceré holocaustos de animales engordados,

con incienso de carneros.

Sacrificaré toros y machos

cabríos. (Selah)


16 Venid; oíd, todos los que teméis a Dios,

y contaré lo que ha hecho por mi vida.

17 A él invoqué con mi boca

y con mi lengua lo ensalcé.

18 Si en mi corazón yo hubiese consentido la iniquidad,

el Señor no me habría escuchado.

19 ¡Pero de veras Dios me ha escuchado!

El atendió a la voz de mi oración.

20 ¡Bendito sea Dios,

que no echó de sí mi oración

ni de mí su misericordia!

Alabanza al Salvador universal


67 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo y cántico)

1 Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga.

Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; (Selah)

2 para que sea reconocido en la tierra tu camino,

y en todas las naciones tu salvación.


3 ¡Los pueblos te alaben, oh Dios!

¡Todos los pueblos te alaben!

4 Alégrense y gócense las naciones,

porque tú juzgarás a los pueblos con equidad

y guiarás a las naciones de la

tierra. (Selah)


5 ¡Los pueblos te alaben, oh Dios!

¡Todos los pueblos te alaben!

6 La tierra dará su fruto;

nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

7 Dios nos bendiga,

y témanlo todos los confines de la tierra.

Las marchas triunfales de Dios


68 (Al músico principal. Salmo de David. Cántico)

1 Dios se levantará,

y se dispersarán sus enemigos;

huirán de su presencia los que le aborrecen.

2 Como se disipa el humo,

así los disiparás.

Como se derrite la cera ante el fuego,

así perecerán los impíos delante de Dios.

3 Pero los justos se alegrarán;

se gozarán delante de Dios

y saltarán de alegría.


4 ¡Cantad a Dios!

¡Cantad salmos a su nombre!

¡Preparad camino al que cabalga sobre las nubes!

Jehovah es su nombre.

¡Alegraos delante de él!

5 Padre de los huérfanos y juez de las viudas

es Dios en su santa morada.

6 Es el Dios que hace habitar en familia a los solitarios

y saca a los cautivos a prosperidad,

pero los rebeldes habitan en sequedales.


7 Oh Dios, cuando saliste delante de tu pueblo,

cuando marchaste por el

desierto, (Selah)

8 la tierra tembló;

también los cielos gotearon ante Dios.

Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios;

a tu posesión exhausta reanimaste.

10 Tu rebaño ha habitado en ella.

Por tu bondad, oh Dios,

has provisto para el pobre.


11 El Señor da la palabra,

y una gran hueste de mujeres anuncia la buena nueva:

12 "¡Huyen, huyen los reyes de los ejércitos!"

Y en casa las mujeres reparten el botín.

13 Aunque os recostabais entre los rediles,

las alas de la paloma se cubrieron de plata,

y sus plumas con la amarillez del oro.

14 Cuando el Todopoderoso esparció allí a los reyes,

el monte Salmón se cubrió de nieve.


15 ¡Monte de Dios es el monte de Basán!

¡Alto es el monte de Basán!

16 Oh montes de elevados picachos,

¿por qué miráis con hostilidad

al monte que Dios ha deseado como morada?

Ciertamente Jehovah habitará allí para siempre.


17 Los carros de Dios son miríadas de miríadas,

y millares de millares.

¡Entre ellos el Señor viene del Sinaí al santuario!

18 Subiste a lo alto, tomaste cautivos.

Tomaste tributos de los hombres,

aun de los rebeldes,

para que allí habitase Jehovah Dios.


19 ¡Bendito sea el Señor!

Día tras día lleva nuestras cargas

el Dios de nuestra salvación. (Selah)

20 Nuestro Dios es Dios de salvación;

de Jehovah el Señor es el librar de la muerte.

21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos;

la cabelluda coronilla del que camina en sus pecados.

22 El Señor dijo:

"De Basán los haré volver;

los haré volver de lo profundo del mar,

23 para que laves tus pies en sangre,

y también la lengua de tus perros en la de tus enemigos.


24 ¡Ved las marchas triunfales de Dios,

las marchas triunfales de mi Dios y Rey, en el santuario!

25 Los cantores van delante,

los músicos detrás,

y en medio van las jóvenes tocando tamboriles.

26 ¡Bendecid a Dios en la congregación!

¡Bendecid al Señor, vosotros de la estirpe de Israel!

27 Allí está Benjamín, el más joven, dirigiéndoles.

Allí están los jefes de Judá con su multitud,

los jefes de Zabulón y los jefes de Neftalí.


28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza.

¡Confirma, oh Dios, lo que has hecho en nosotros!

29 Por causa de tu templo en Jerusalén,

los reyes te traerán obsequios.

30 Reprende a la fiera del cañaveral,

a la manada de toros con los becerros de los pueblos.

Atropella a los que persiguen la plata.

Dispersa a los pueblos que se complacen en las batallas.


31 Vendrán dignatarios de Egipto;

Etiopía extenderá sus manos hacia Dios.

32 Reinos de la tierra, cantad a Dios;

¡cantad al Señor! (Selah)

33 Cantad al que cabalga en los cielos,

los cielos milenarios;

él emitirá su voz, su poderosa voz.

34 ¡Reconoced el poderío de Dios!

Sobre Israel sea su magnificencia,

y su poder en los cielos.

35 Temible eres, oh Dios, en tu santuario.

El Dios de Israel es quien da poder y vigor a su pueblo.

¡Bendito sea Dios!

Oración de un alma angustiada


69 (Al músico principal. Sobre Sosanim. Salmo de David)

1 ¡Sálvame, oh Dios,

porque las aguas han entrado hasta mi alma!

2 Estoy hundido en el lodo profundo, donde no hay suelo firme.

He llegado a las profundidades de las aguas,

y la corriente me ha arrastrado.

3 Cansado estoy de llamar;

mi garganta se ha enronquecido.

Mis ojos han desfallecido esperando a mi Dios.

4 Los que me aborrecen sin causa se han aumentado;

son más que los cabellos de mi cabeza.

Se han fortalecido mis enemigos que me destruyen sin razón.

¡He tenido que devolver lo que no había robado!


5 Oh Dios, tú conoces mi insensatez;

mis pecados no te son ocultos.

6 No sean avergonzados por mi culpa

los que esperan en ti,

oh Señor Jehovah de los Ejércitos.

No sean confundidos por mí

los que te buscan, oh Dios de Israel.

7 Por tu causa he sufrido afrenta;

confusión ha cubierto mi cara.

8 He venido a ser extraño a mis hermanos,

y extranjero para los hijos de mi madre.

9 Pues el celo por tu casa me ha consumido,

y las afrentas de los que te afrentan han caído sobre mí.

10 Me afligí a mí mismo con ayuno;

también esto me ha servido de afrenta.

11 Además, me puse cilicio como vestido

y llegué a servirles de refrán.

12 Hablaban contra mí los que se sentaban en el tribunal,

y los borrachos cantaban canciones contra mí.

13 Sin embargo, oh Jehovah, yo dirigía a ti mi oración

en el tiempo de tu buena voluntad.

Oh Dios, respóndeme por tu gran bondad,

por la verdad de tu salvación.

14 Sácame del lodo; no sea yo sumergido.

Sea yo librado de los que me aborrecen,

y de las profundidades de las aguas.

15 No me arrastre la corriente de las aguas;

no me trague el abismo,

ni la fosa cierre su boca sobre mí.


16 Escúchame, oh Jehovah,

porque buena es tu misericordia.

Mírame conforme a tu inmensa compasión.

17 No escondas tu rostro de tu siervo,

porque estoy angustiado;

apresúrate a escucharme.

18 Acércate a mi alma y redímela;

líbrame a causa de mis enemigos.

19 Tú conoces mi afrenta,

mi confusión y mi oprobio.

Delante de ti están todos mis enemigos.

20 La afrenta ha quebrantado mi corazón,

y estoy acongojado.

Esperé que alguien se compadeciera de mí, y no hubo quién.

Busqué consoladores y no hallé ninguno.

21 Además, me dieron hiel en lugar de alimento,

y para mi sed me dieron de beber vinagre.


22 Séales una trampa la mesa que tienen delante;

lo que es para bien, séales tropiezo.

23 Oscurézcanse sus ojos para no ver,

y haz que siempre tambaleen sus lomos.

24 Derrama tu ira sobre ellos,

y el furor de tu enojo los alcance.

25 Quede desolada su casa,

y en sus tiendas no haya morador.

26 Porque persiguieron a quien tú heriste,

y comentan el dolor de los que tú llagaste.

27 Añade maldad sobre su maldad,

y no entren en tu justicia.

28 Sean borrados del libro de los vivientes,

y no sean contados con los justos.


29 Yo estoy afligido y dolorido.

Tu liberación, oh Dios, me ponga en alto.

30 Alabaré con cánticos el nombre de Dios;

lo exaltaré con acciones de gracias.

31 Esto agradará a Jehovah más que sacrificios de toros

o de novillos que echan cuernos y pezuñas.

32 Lo ven los humildes y se alegran.

Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón.

33 Porque Jehovah escucha a los necesitados;

y no menosprecia a sus prisioneros.


34 Alábenle los cielos y la tierra,

los mares y todo lo que se mueve en ellos.

35 Porque Dios salvará a Sion

y reedificará las ciudades de Judá.

Habitarán allí y la poseerán.

36 Los descendientes de sus siervos la heredarán,

y los que aman su nombre habitarán en ella.

Oración pidiendo liberación


70 (Al músico principal. Salmo de David. Para conmemorar)

1 ¡Ten a bien, oh Dios, librarme!

¡Oh Jehovah, apresúrate a socorrerme!

2 Sean avergonzados y humillados los que buscan mi vida.

Vuelvan atrás y sean confundidos los que desean mi mal.

3 Vuelvan a causa de su vergüenza

los que dicen: "¡Ajá, ajá!"


4 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan.

Digan siempre los que aman tu salvación:

"¡Dios sea engrandecido!"

5 Aunque yo sea pobre y necesitado,

¡apresúrate y ven a mí, oh Dios!

Tú eres mi ayuda y mi libertador.

¡Oh Jehovah, no te tardes!

Oración de un anciano en peligro


71 1 En ti, oh Jehovah, me he refugiado;

no sea yo avergonzado jamás.

2 Socórreme y líbrame en tu justicia.

Inclina a mí tu oído y sálvame.

3 Sé tú mi roca fuerte

a donde recurra yo continuamente.

Has mandado que yo sea librado,

porque tú eres mi roca y mi fortaleza.


4 Oh Dios mío,

líbrame de la mano de los impíos,

de la mano de los perversos y opresores.

5 Porque tú, oh Señor Jehovah, eres mi esperanza,

mi seguridad desde mi juventud.

6 Por ti he sido sustentado desde el vientre;

tú eres quien me sacó del seno de mi madre.

Siempre será tuya mi alabanza.


7 Para muchos he sido objeto de asombro,

pero tú eres mi fuerte refugio.

8 Esté llena mi boca de tu alabanza,

de tu gloria todo el día.

9 No me deseches en el tiempo de la vejez;

no me desampares cuando mi fuerza se acabe.

10 Porque mis enemigos han hablado contra mí,

y los que acechan mi vida consultan unidos

11 diciendo: "Dios lo ha abandonado.

Perseguidlo y capturadlo,

porque no hay quien lo libre."


12 Oh Dios, no te alejes de mí;

Dios mío, apresúrate a socorrerme.

13 Sean avergonzados y desfallezcan los adversarios de mi alma.

Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal.


14 Pero yo siempre esperaré;

te alabaré más y más.

15 Mi boca proclamará tu justicia

y tu salvación, todo el día,

aunque no sepa enumerarlas.

16 Celebraré los poderosos actos del Señor Jehovah;

haré memoria de tu justicia,

que es sólo tuya.


17 Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud;

hasta ahora he manifestado tus maravillas.

18 Aun en la vejez y en las canas,

no me desampares, oh Dios,

hasta que proclame a la posteridad

las proezas de tu brazo,

tu poderío a todos los que han de venir,

19 y tu justicia, oh Dios, hasta lo sumo.

Porque has hecho grandes cosas.

¡Oh Dios, quién como tú!


20 Tú, que me has hecho ver

muchas angustias y males,

volverás a darme vida,

y de nuevo me levantarás

desde los abismos de la tierra.

21 Aumentarás mi grandeza

y me volverás a consolar.

22 Asimismo, oh Dios mío,

te alabaré con la lira.

Tu verdad cantaré con el arpa,

oh Santo de Israel.


23 Mis labios se alegrarán,

cuando yo te cante salmos;

aun mi alma, a la cual has redimido.

24 También mi lengua hablará de tu justicia todo el día,

porque fueron avergonzados y confundidos los que procuraban mi mal.

El reinado del rey ideal


72 (A Salomón)

1 Oh Dios, da tus juicios al rey,

y tu justicia al hijo del rey.

2 El juzgará a tu pueblo con justicia,

y a tus pobres con rectitud.

3 Los montes producirán paz para el pueblo;

y las colinas, justicia.

4 Juzgará a los pobres del pueblo;

salvará a los hijos del necesitado

y quebrantará al opresor.

5 Durará con el sol y la luna,

generación tras generación.


6 Descenderá como lluvia sobre la hierba cortada,

como los aguaceros que humedecen la tierra.

7 En sus días florecerá el justo;

habrá abundancia de paz,

hasta que no haya más luna.

8 Dominará de mar a mar,

y desde el Río hasta los confines de la tierra.

9 Delante de él se postrarán los habitantes del desierto,

y sus enemigos lamerán el polvo.

10 Los reyes de Tarsis y de las costas del mar le traerán presentes;

los reyes de Saba y de Seba le presentarán tributo.

11 Ante él se arrodillarán todos los reyes,

y le servirán todas las naciones.


12 Librará al necesitado que suplica,

y al pobre que no tiene quien le socorra.

13 Tendrá piedad del pobre y del necesitado,

y salvará las vidas de los necesitados.

14 De la opresión y de la violencia redimirá sus vidas;

la sangre de ellos será preciosa a sus ojos.

15 Vivirá, y se le dará el oro de Saba.

Se orará por él continuamente;

todo el día se le bendecirá.


16 Haya abundancia de grano en la tierra;

sea copioso en las cumbres de los montes.

Su fruto brotará como el Líbano,

y surgirá como la hierba de la tierra.

17 Para siempre será su nombre;

será perpetuado mientras dure el sol.

En él serán benditas todas las naciones,

y lo llamarán bienaventurado.


18 ¡Bendito sea Jehovah Dios, Dios de Israel!

Sólo él hace maravillas.

19 ¡Bendito sea para siempre su nombre glorioso!

Toda la tierra sea llena de su gloria.

Amén y amén.


20 Aquí terminan las oraciones de David hijo de Isaí.


TERCERA PARTE: SALMOS 73-89



Prosperidad ilusoria de los impíos


73 (Salmo de Asaf)

1 ¡Ciertamente bueno es Dios para con Israel,

para con los limpios de corazón!


2 En cuanto a mí,

por poco se deslizaron mis pies;

casi resbalaron mis pasos,

3 porque tuve envidia de los arrogantes,

al ver la prosperidad de los impíos.

4 Pues no hay para ellos dolores de muerte;

más bien, es robusto su cuerpo.

5 No sufren las congojas humanas,

ni son afligidos como otros hombres.

6 Por eso la soberbia los ciñe cual collar,

y los cubre un vestido de violencia.

7 Sus ojos se les salen de gordura;

logran con creces los antojos de su corazón.

8 Se mofan y hablan con maldad;

desde lo alto planean la opresión.

9 Dirigen contra el cielo su boca,

y sus lenguas recorren la tierra.

10 Por eso mi pueblo va hacia ellos,

y beben de lleno sus palabras.

11 Ellos dicen: "¿Cómo sabrá Dios?"

o "¿Habrá conocimiento en el Altísimo?"

12 He aquí, estos impíos siempre están tranquilos,

y aumentan sus riquezas.


13 ¡Ciertamente en vano he mantenido puro mi corazón

y he lavado mis manos en inocencia!

14 Pues he sido azotado todo el día,

empezando mi castigo por las mañanas.


15 Si yo dijera: "Hablaré como ellos",

he aquí que traicionaría a la generación de tus hijos.

16 Pensé para entender esto;

ha sido duro trabajo ante mis ojos,

17 hasta que, venido al santuario de Dios,

comprendí el destino final de ellos:

18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos,

y los harás caer en la decepción.

19 ¡Cómo han sido desolados de repente!

Se acabaron; fueron consumidos por el terror.

20 Como al despertar del sueño,

así, Señor, al levantarte,

despreciarás sus apariencias.


21 De veras se amargaba mi corazón,

y en mi interior sentía punzadas.

22 Pues yo era ignorante y no entendía;

yo era como un animal delante de ti.

23 Con todo, yo siempre estuve contigo.

Me tomaste de la mano derecha.

24 Me has guiado según tu consejo,

y después me recibirás en gloria.


25 ¿A quién tengo yo en los cielos?

Aparte de ti nada deseo en la tierra.

26 Mi cuerpo y mi corazón desfallecen;

pero la roca de mi corazón y mi porción es Dios, para siempre.

27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;

pues tú destruirás a todo aquel que se prostituye apartándose de ti.

28 En cuanto a mí, la cercanía de Dios constituye el bien.

En el Señor Jehovah he puesto mi refugio para contar todas tus obras.

Lamento por la ruina del templo


74 (Masquil de Asaf)

1 ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?

¿Por qué humea tu furor

contra las ovejas de tu prado?

2 Acuérdate de tu congregación

que adquiriste en tiempos antiguos,

y redimiste para que sea la tribu de tu heredad:

este monte Sion en el cual has habitado.

3 Dirige tus pasos hacia las ruinas perpetuas;

todo lo ha destruido el enemigo en el santuario.


4 Tus adversarios han rugido en medio de tu santuario,

y han puesto sus estandartes por señal.

5 Fueron semejantes a los que levantan el hacha contra el tupido bosque.

6 Ahora, con hachas y barras

han destruido todas tus entalladuras.

7 Han prendido fuego a tu santuario;

han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.

8 Dijeron en su corazón:

"¡Destruyámoslos de una vez!"

Han quemado todos los lugares de culto a Dios en el país.

9 Ya no distinguimos nuestras señales;

ya no hay profeta,

ni con nosotros hay quien sepa hasta cuándo . . .


10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos ha de afrentar el adversario?

¿Ha de ultrajar el enemigo tu nombre perpetuamente?

11 ¿Por qué retraes tu mano,

y retienes tu diestra en tu seno?


12 Sin embargo, Dios es mi Rey desde los tiempos antiguos.

El es quien obra salvación en medio de la tierra.

13 Tú con tu poder dividiste el mar;

rompiste sobre las aguas las cabezas de los monstruos acuáticos.

14 Tú machacaste las cabezas del Leviatán,

y lo diste por comida a los moradores del desierto.

15 Tú abriste el manantial y el arroyo;

tú secaste los ríos inagotables.

16 Tuyo es el día,

tuya es también la noche;

tú estableciste la luna y el sol.

17 Tú fijaste todas las fronteras de la tierra.

El verano y el invierno, tú los formaste.


18 Acuérdate de que el enemigo ha injuriado a Jehovah;

un pueblo vil ha blasfemado tu nombre.

19 No entregues a las fieras la vida de tu tórtola;

no olvides para siempre la congregación de tus pobres.

20 Mira el pacto;

porque los tenebrosos lugares de la tierra

están llenos de moradas de violencia.

21 No vuelva avergonzado el oprimido;

alaben tu nombre el pobre y el necesitado.

22 Levántate, oh Dios; defiende tu causa.

Acuérdate de cómo te injuria el vil todo el día.

23 No olvides el vocerío de tus enemigos;

constantemente sube el tumulto

de los que se levantan contra ti.

La copa del juicio final


75 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Salmo de Asaf. Cántico)

1 ¡Gracias te damos, oh Dios;

damos gracias!

Porque cercano está tu nombre;

se cuenta de tus maravillas.


2 "Cuando yo establezca el tiempo,

juzgaré con rectitud.

3 Cuando se derrita la tierra con todos sus habitantes,

yo mismo sostendré sus

columnas. (Selah)

4 Dije a los jactanciosos: ’No os jactéis.’

Y a los impíos: ’No os enorgullezcáis.

5 No levantéis en alto vuestra frente,

ni habléis con el cuello erguido.’ "

6 Porque ni del oriente, ni del occidente,

ni del desierto viene el enaltecimiento.

7 Pues Dios es el Juez:

A éste abate y a aquél exalta.

8 Ciertamente la copa está en la mano de Jehovah,

con vino espumante mezclado con especias.

Cuando él la vacíe,

todos los impíos de la tierra beberán de ella hasta la última gota.


9 Pero yo siempre anunciaré

y cantaré salmos al Dios de Jacob.

10 El quebrantará todo el poderío de los impíos;

pero el poderío del justo será exaltado.

Manifestación del Dios temible


76 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de Asaf. Cántico)

1 Dios es conocido en Judá;

grande es su nombre en Israel.

2 En Salem está su enramada,

y en Sion su habitación.

3 Allí quebró las ráfagas del arco,

el escudo, la espada y el arma de

guerra. (Selah)

4 ¡Esplendoroso eres tú,

majestuoso más que las montañas eternas!

5 Los hombres de gran valentía

fueron despojados y duermen su sueño;

ninguno de los hombres de guerra pudo usar sus manos.

6 A tu reprensión, oh Dios de Jacob,

fueron paralizados el carro y el caballo.


7 Temible eres tú;

¿quién podrá permanecer en tu presencia cuando se desate tu ira?

8 Desde los cielos hiciste oír el juicio.

La tierra tuvo temor y calló

9 cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar,

cuando te levantaste para librar a todos los mansos de la tierra. (Selah)

10 Ciertamente la ira del hombre te traerá reconocimiento,

y te ceñirás con los sobrevivientes de las iras.


11 Haced votos y pagadlos a Jehovah, vuestro Dios;

todos los que están alrededor traerán obsequios al Temible.

12 El humillará el espíritu de los príncipes;

¡temible es a los reyes de la tierra!

Recuerdos del éxodo


77 (Al músico principal. Para Jedutún. Salmo de Asaf)

1 Mi voz elevo a Dios y clamo;

mi voz elevo a Dios, y él me escucha.

2 A Dios busco en el día de mi angustia.

Sin cesar extiendo a él mis manos en la noche;

mi alma rehúsa el consuelo.

3 Me acuerdo de Dios y gimo;

medito, y mi espíritu

desfallece. (Selah)

4 Tú retienes los párpados de mis ojos;

estoy turbado y no puedo hablar.

5 Considero los días de antaño,

los años antiguos.

6 Recuerdo mi canto en la noche.

Medito en mi corazón,

y mi espíritu investiga.


7 ¿Acaso nos desechará el Señor para siempre?

¿Ya no volverá a ser propicio?

8 ¿Se ha agotado para siempre su misericordia?

¿Se han acabado sus promesas por generación y generación?

9 ¿Se ha olvidado de ser clemente?

¿En su ira ha cerrado su

compasión? (Selah)

10 Y pienso: Mi tristeza es que haya cambio

en la diestra del Altísimo.

11 Me acuerdo de las obras de Jehovah;

sí, me acuerdo de tus maravillas del pasado.

12 Medito en todos tus hechos,

y reflexiono en tus actos.

13 Oh Dios, santo es tu camino.

¿Qué Dios es grande como nuestro Dios?

14 Tú eres un Dios que hace maravillas;

has hecho conocer tu poder entre los pueblos.

15 Con tu brazo has redimido a tu pueblo,

a los hijos de Jacob y de José. (Selah)


16 Las aguas te vieron, oh Dios;

las aguas te vieron y temblaron.

Se estremecieron los abismos.

17 Los nubarrones vertieron sus aguas;

tronaron las nubes;

también se desplazaron tus rayos.

18 El tronar de tu voz estaba en el torbellino;

los relámpagos alumbraron al mundo;

la tierra se estremeció y tembló.

19 Tu camino estaba en el mar,

y tu sendero en las caudalosas aguas.

Pero tus huellas nadie las pudo conocer.

20 Como a un rebaño has conducido a tu pueblo

por medio de Moisés y de Aarón.

Lecciones de la historia de Israel


78 (Masquil de Asaf)

1 Escucha, oh pueblo mío, mi ley;

inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

2 Abriré mi boca en parábolas;

evocaré las cosas escondidas del pasado,

3 las cuales hemos oído y entendido,

porque nos las contaron nuestros padres.

4 No las encubriremos a sus hijos.

A la generación venidera contaremos las alabanzas de Jehovah, y de su poder

y de las maravillas que hizo.


5 El estableció su testimonio en Jacob

y puso la ley en Israel.

Mandó a nuestros padres que lo hicieran conocer a sus hijos,

6 para que lo supiese la generación venidera y sus hijos que nacieran,

para que los que surgiesen lo contaran a sus hijos,

7 para que pusiesen en Dios su confianza

y no se olvidaran de las obras de Dios,

a fin de que guardasen sus mandamientos;

8 para que no fuesen como sus padres:

una generación porfiada y rebelde,

una generación que no dispuso su corazón,

ni su espíritu fue fiel para con Dios.


9 Los hijos de Efraín, armados con excelentes arcos,

volvieron las espaldas en el día de la batalla.

10 No guardaron el pacto de Dios

y rehusaron andar en su ley.

11 Más bien, se olvidaron de sus obras,

de las maravillas que les había mostrado.

12 Delante de sus padres Dios hizo maravillas

en la tierra de Egipto,

en los campos de Tanis.

13 Dividió el mar y los hizo pasar;

hizo que las aguas se detuvieran como en un dique.

14 De día los condujo con una nube,

toda la noche con resplandor de fuego.

15 Partió las peñas en el desierto,

y les dio a beber del gran abismo.

16 Sacó corrientes de la peña

e hizo descender aguas como ríos.


17 A pesar de esto,

volvieron a pecar contra él;

se rebelaron contra el Altísimo en el desierto.

18 Probaron a Dios en su corazón,

pidiendo comida a su antojo.

19 Y hablaron contra Dios diciendo:

"¿Podrá preparar una mesa en el desierto?

20 He aquí que golpeó la peña,

y fluyeron aguas;

y corrieron arroyos en torrentes.

Pero, ¿podrá también dar pan?

¿Podrá proveer carne para su pueblo?"


21 Jehovah lo oyó y se indignó;

fuego se encendió contra Jacob,

y la ira descendió contra Israel.

22 Porque no creyeron a Dios,

ni confiaron en su liberación,

23 a pesar de que mandó a las nubes de arriba,

y abrió las puertas de los cielos;

24 a pesar de que hizo llover sobre ellos maná para comer,

y les dio trigo del cielo.

25 Pan de fuertes comió el hombre;

les envió comida hasta saciarles.


26 Levantó en el cielo el viento del oriente,

y trajo el viento del sur con su poder.

27 Así hizo llover sobre ellos carne como polvo,

aves aladas como la arena del mar.

28 Las hizo caer en medio del campamento,

alrededor de sus tiendas.

29 Comieron hasta hartarse;

les dio satisfacción a su apetito.

30 Pero cuando no habían colmado su apetito,

estando la comida aún en sus bocas,

31 descendió sobre ellos la ira de Dios,

y mató a los más distinguidos de ellos;

derribó a los escogidos de Israel.


32 Con todo, siguieron pecando

y no dieron crédito a sus maravillas.

33 Por eso los consumió en la vanidad,

y consumió sus años con pánico.

34 Cuando los hacía morir,

entonces buscaban a Dios,

y solícitos volvían a acercarse a él.

35 Se acordaron de que Dios es su Roca;

de que el Dios Altísimo es su Redentor.

36 Pero le halagaban con la boca,

y con su lengua le mentían.

37 Pues sus corazones no eran firmes para con él,

ni eran fieles con su pacto.


38 Con todo, él perdonaba misericordioso la maldad y no los destruía.

En muchas ocasiones apartó su ira

y no despertó todo su enojo.

39 Se acordó de que ellos eran carne,

un soplo que va y no vuelve.

40 ¡Cuántas veces lo amargaron en el desierto;

lo entristecieron en la sequedad!

41 Volvían a probar a Dios,

e irritaban al Santo de Israel.


42 No se acordaron de su mano

en el día que los redimió del adversario,

43 cuando impuso en Egipto sus señales

y sus maravillas en los campos de Tanis.

44 Convirtió en sangre sus canales;

también sus corrientes, para que no bebiesen.

45 Envió contra ellos enjambres de moscas que los devoraban,

y ranas que los infestaban.

46 También entregó sus productos a la oruga,

y el fruto de sus labores a la langosta.

47 Sus viñas destruyó con granizo

y sus higuerales con aluvión.

48 Entregó los animales al granizo,

y sus ganados a los rayos.

49 Envió sobre ellos el furor de su ira,

enojo, indignación y angustia,

como delegación de mensajeros destructores.

50 Dio vía libre a su furor;

no eximió sus almas de la muerte;

sus vidas entregó a la epidemia.

51 Hirió a todos los primogénitos de Egipto,

primicias del vigor de las tiendas de Cam.


52 Pero hizo que su pueblo partiera cual manada

y los llevó por el desierto cual rebaño.

53 Los guió con seguridad,

para que no tuvieran miedo;

y el mar cubrió a sus enemigos.

54 Después los trajo al territorio de su santuario;

a este monte que adquirió con su diestra.

55 Arrojó a las naciones de delante de ellos,

les repartió a cordel la heredad,

e hizo habitar en sus tiendas a las tribus de Israel.


56 Pero pusieron a prueba al Dios Altísimo y lo amargaron,

y no guardaron sus testimonios.

57 Más bien, se volvieron atrás

y se rebelaron como sus padres.

Se desviaron como arco engañoso.

58 Lo airaron con sus lugares altos,

y con sus imágenes le provocaron a celos.


59 Dios lo oyó y se encendió en ira;

en gran manera rechazó a Israel.

60 Abandonó el tabernáculo de Silo,

la tienda en que habitó entre los hombres.

61 Entregó su poderío a la cautividad;

y su gloria, en manos del enemigo.

62 También entregó su pueblo a la espada;

se airó contra su posesión.

63 El fuego devoró a sus jóvenes;

sus vírgenes no fueron alabadas.

64 Sus sacerdotes cayeron a espada,

y sus viudas no hicieron lamentación.


65 Entonces se despertó el Señor,

a la manera del que duerme,

como un guerrero que grita excitado por el vino.

66 E hirió a sus enemigos haciéndolos retroceder,

y los puso como afrenta perpetua.


67 Desechó la tienda de José;

no escogió a la tribu de Efraín.

68 Más bien, escogió a la tribu de Judá;

el monte Sion, al cual amó.

69 Allí edificó su santuario como las alturas;

como la tierra, a la cual cimentó para siempre.


70 Eligió a su siervo David;

lo tomó de los rediles de las ovejas.

71 Lo trajo de detrás de las ovejas recién paridas,

para que apacentase a su pueblo Jacob,

a Israel su heredad.

72 Los apacentó con íntegro corazón;

los pastoreó con la pericia de sus manos.

Lamento por la ruina de Jerusalén


79 (Salmo de Asaf)

1 Oh Dios, los gentiles han venido a tu heredad.

Han contaminado tu santo templo,

y a Jerusalén han reducido a montones de escombros.

2 Han dado los cuerpos de tus siervos

como comida a las aves de los cielos;

han dado la carne de tus fieles

a los animales de la tierra.

3 Derramaron como agua su sangre

en los alrededores de Jerusalén;

no hubo quien los enterrase.

4 Somos una afrenta para nuestros vecinos,

burla y ridículo ante los que están a nuestro alrededor.


5 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?

¿Has de estar airado para siempre?

¿Arderá como fuego tu celo?

6 Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen

y sobre los reinos que no invocan tu nombre.

7 Porque han devorado a Jacob,

y han desolado su morada.


8 No recuerdes contra nosotros

los pecados de nuestros antepasados.

Salgan pronto a encontrarnos tus misericordias,

porque estamos muy abatidos.

9 Ayúdanos, oh Dios, salvación nuestra,

por causa de la gloria de tu nombre.

Líbranos y expía nuestros pecados

por amor de tu nombre.

10 ¿Por qué han de decir los gentiles:

"¿Dónde está su Dios?"

Sea dada a conocer a las naciones y ante nuestros ojos

la venganza de la sangre de tus siervos,

que ha sido derramada.

11 Llegue a tu presencia el gemido de los presos.

Conforme a la grandeza de tu brazo,

preserva a los sentenciados a muerte.

12 Devuelve a nuestros vecinos siete veces en sus caras,

la infamia con que te han deshonrado, oh Jehovah.

13 Entonces nosotros,

pueblo tuyo y ovejas de tu prado,

te confesaremos para siempre;

por generación y generación contaremos de tus alabanzas.

Súplica por la restauración


80 (Al músico principal. Sobre Sosanim. Testimonio. Salmo de Asaf)

1 ¡Oh Pastor de Israel, escucha,

tú que conduces a José como a un rebaño!

¡Tú, que estás entre los querubines,

resplandece 2 delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés!

Despierta tu poderío y ven para salvarnos.

3 Oh Dios, ¡restáuranos!

Haz resplandecer tu rostro,

y seremos salvos.


4 Jehovah Dios de los Ejércitos,

¿hasta cuándo has de mostrar tu indignación

contra la oración de tu pueblo?

5 Nos has dado a comer pan de lágrimas.

Nos has dado a beber lágrimas en abundancia.

6 Nos has puesto por escarnio a nuestros vecinos;

nuestros enemigos se mofan de nosotros.

7 Oh Dios de los Ejércitos, ¡restáuranos!

Haz resplandecer tu rostro,

y seremos salvos.


8 Trajiste una vid de Egipto;

echaste a las naciones y la plantaste.

9 Limpiaste el lugar delante de ella.

Hiciste que echara raíz, y llenó la tierra.

10 Los montes fueron cubiertos por su sombra,

y sus ramas llegaron a ser como cedros de Dios.

11 Extendió sus ramas hasta el mar,

y hasta el Río sus renuevos.

12 ¿Por qué has roto sus cercas

de modo que la vendimien todos los que pasan por el camino?

13 El jabalí salvaje la devasta;

las criaturas del campo se alimentan de ella.

14 Oh Dios de los Ejércitos, vuelve, por favor;

mira desde el cielo, considera y visita esta viña.

15 Su cepa que plantó tu diestra

-el hijo que fortaleciste para ti-,

16 está quemada con fuego; la han cortado.

¡Perezcan por la reprensión de tu rostro!


17 Sea tu mano sobre el hombre de tu diestra,

sobre el hijo del hombre que fortaleciste para ti mismo.

18 Así no nos apartaremos de ti;

nos darás vida, e invocaremos tu nombre.

19 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,

¡restáuranos!

Haz resplandecer tu rostro,

y seremos salvos.

Canción festiva


81 (Al músico principal. Sobre Guitit. Salmo de Asaf)

1 ¡Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra!

Aclamad con júbilo al Dios de Jacob.

2 Entonad himnos y tocad el tamboril,

la suave lira y el arpa.

3 Tocad la corneta en luna nueva;

en luna llena, por nuestra solemnidad.

4 Porque estatuto es de Israel,

ordenanza del Dios de Jacob.

5 En José lo instituyó por testimonio,

cuando salió contra la tierra de Egipto.


Escuché un idioma que no conocía:

6 "Aparté su hombro de debajo de la carga;

sus manos fueron apartadas del peso de los cestos.

7 Clamaste en la calamidad, y yo te libré.

Te respondí en lo oculto del trueno.

Te probé junto a las aguas de

Meriba. (Selah)


8 "Escucha, oh pueblo mío,

y testificaré contra ti.

¡Oh Israel, si me oyeras . . . !

9 No haya dios extraño en medio de ti,

ni te postres ante dios extranjero.

10 Yo soy Jehovah tu Dios,

que te hice venir de la tierra de Egipto.

Abre bien tu boca, y la llenaré.


11 "Pero mi pueblo no escuchó mi voz;

Israel no me quiso a mí.

12 Por eso los entregué a la dureza de su corazón,

y caminaron según sus propios consejos.

13 ¡Oh, si mi pueblo me hubiera escuchado;

si Israel hubiera andado en mis

caminos . . . !

14 En un instante habría yo sometido a sus enemigos,

y habría vuelto mi mano contra sus adversarios.

15 Los que aborrecen a Jehovah se le habrían sometido,

y su castigo habría sido eterno.

16 Los habría sustentado con la suculencia del trigo;

con miel de la roca te habría saciado."

Reprensión a los jueces injustos


82 (Salmo de Asaf)

1 Dios está de pie en la asamblea divina;

en medio de los dioses ejerce el juicio:


2 "¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente

y entre los impíos haréis distinción de personas? (Selah)

3 Rescatad al necesitado y al huérfano;

haced justicia al pobre y al indigente.

4 Librad al necesitado y al menesteroso;

libradlo de la mano de los impíos.


5 "Ellos no saben ni entienden;

andan en tinieblas.

¡Todos los cimientos de la tierra son conmovidos!

6 Yo os dije: ’Vosotros sois dioses;

todos vosotros sois hijos del Altísimo.’

7 Sin embargo, como un hombre moriréis

y caeréis como cualquiera de los gobernantes."


8 ¡Levántate, oh Dios; juzga la tierra,

porque tú poseerás todas las naciones!

Súplica contra las naciones hostiles


83 (Cántico. Salmo de Asaf)

1 Oh Dios, no guardes silencio.

No calles, oh Dios,

ni permanezcas inmóvil.

2 Porque he aquí que rugen tus enemigos,

y los que te aborrecen han levantado la cabeza.

3 Contra tu pueblo han consultado astutamente;

han entrado en consejo contra tus protegidos.

4 Han dicho: "Venid y destruyámoslos,

de modo que dejen de ser una nación

y no haya más memoria del nombre de Israel."


5 Han conspirado juntos, de común acuerdo;

han hecho pacto contra ti.

6 Las tiendas de Edom, los ismaelitas,

Moab, los hagrienos,

7 Biblos, Amón, Amalec,

los filisteos con los habitantes de Tiro.

8 También los asirios se han juntado con ellos

y sirven de brazo a los hijos de

Lot. (Selah)


9 Hazlos como a Madián;

como a Sísara y a Jabín,

en el arroyo de Quisón.

10 Perecieron en Endor,

y fueron hechos abono para el suelo.

11 Pon a sus nobles como a Oreb y a Zeeb;

a todos sus príncipes, como a Zébaj y a Zalmuna.

12 Porque han dicho:

"Heredemos nosotros los prados de Dios."


13 Oh Dios mío, hazlos como remolino de hojas,

como paja ante el viento,

14 como fuego que quema el bosque,

como llama que abrasa las montañas.

15 Persíguelos con tu tempestad;

aterrorízalos con tu huracán.

16 Llena sus caras de vergüenza;

y que busquen tu nombre, oh Jehovah.

17 Sean confundidos y turbados para siempre;

sean afrentados y perezcan.

18 Conozcan que tu nombre es Jehovah.

¡Tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra!

Anhelo por la casa de Dios


84 (Al músico principal. Sobre Guitit. Para los hijos de Coré. Salmo)

1 ¡Cuán amables son tus moradas,

oh Jehovah de los Ejércitos!

2 Mi alma anhela y aun desea ardientemente los atrios de Jehovah.

Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.

3 Hasta el pajarito halla una casa,

y la golondrina un nido para sí,

donde poner sus polluelos cerca de tus altares,

oh Jehovah de los Ejércitos,

¡Rey mío y Dios mío!

4 ¡Bienaventurados los que habitan en tu casa!

Continuamente te alabarán. (Selah)


5 ¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,

y en cuyo corazón están tus caminos!

6 Cuando pasan por el valle de lágrimas,

lo convierten en manantial.

También la lluvia temprana lo cubre de bendición.

7 Irán de poder en poder,

y verán a Dios en Sion.


8 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,

oye mi oración.

Escucha, oh Dios de Jacob. (Selah)

9 Mira, oh Dios, escudo nuestro;

pon tu vista en el rostro de tu ungido.

10 Porque mejor es un día en tus atrios,

que mil fuera de ellos.

Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios,

que habitar en moradas de impiedad.

11 Porque sol y escudo es Jehovah Dios;

gracia y gloria dará Jehovah.

No privará del bien

a los que andan en integridad.

12 Oh Jehovah de los Ejércitos,

¡bienaventurado el hombre que confía en ti!

Oración por la paz y la justicia


85 (Al músico principal. Para los hijos de Coré. Salmo)

1 Oh Jehovah, has sido propicio a tu tierra,

has restaurado a Jacob de la cautividad.

2 Has perdonado la iniquidad de tu pueblo;

has cubierto todos sus pecados. (Selah)

3 Has dejado todo tu enojo;

has desistido del ardor de tu ira.


4 Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación;

haz cesar tu ira contra nosotros.

5 ¿Estarás airado con nosotros para siempre?

¿Extenderás tu ira de generación en generación?

6 ¿No volverás a darnos vida,

de modo que tu pueblo se alegre en ti?

7 Muéstranos, oh Jehovah, tu misericordia,

y concédenos tu salvación.


8 Escucharé lo que hable el Dios Jehovah;

pues él hablará paz a su pueblo y a sus fieles,

para que no se vuelvan a la locura.

9 Ciertamente cercana está su salvación

para los que le temen,

para que habite la gloria en nuestra tierra.


10 La misericordia y la verdad se encontraron;

la justicia y la paz se besaron.

11 La verdad brotará de la tierra,

y la justicia mirará desde los cielos.

12 Asimismo, Jehovah dará el bien,

y nuestra tierra dará su fruto.

13 La justicia irá delante de él,

y hará de sus pasos un camino.

Oración por la misericordia divina


86 (Oración de David)

1 Inclina, oh Jehovah, tu oído y escúchame;

porque soy pobre y necesitado.

2 Guarda mi alma, porque soy piadoso;

salva tú, oh Dios mío,

a tu siervo que en ti confía.

3 Ten misericordia de mí, oh Jehovah,

porque a ti clamo todo el día.

4 Alegra el alma de tu siervo,

porque a ti, oh Señor, levanto mi alma,

5 porque tú, oh Señor, eres bueno y perdonador,

grande en misericordia para con los que te invocan.

6 Escucha, oh Jehovah, mi oración;

atiende a la voz de mis súplicas.

7 En el día de mi angustia te llamaré,

porque tú me respondes.


8 Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses,

ni hay nada que iguale tus obras.

9 Vendrán todas las naciones que hiciste

y adorarán, oh Señor, delante de ti.

Glorificarán tu nombre,

10 porque tú eres grande y hacedor de maravillas.

¡Sólo tú eres Dios!


11 Enséñame, oh Jehovah, tu camino,

y yo caminaré en tu verdad.

Concentra mi corazón para que tema tu nombre.

12 Te alabaré, oh Jehovah, Dios mío,

con todo mi corazón;

glorificaré tu nombre para siempre.

13 Porque tu misericordia es grande para conmigo;

tú has librado mi alma de las profundidades del Seol.


14 Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mí,

y una congregación de violentos busca mi vida,

y a ti no te toman en cuenta.

15 Pero tú, oh Señor, Dios compasivo y clemente,

lento para la ira y grande en misericordia y verdad,

16 mírame y ten misericordia de mí.

Da tú fuerzas a tu siervo;

guarda al hijo de tu sierva.

17 Haz conmigo señal para bien;

véanla los que me aborrecen y sean avergonzados,

porque tú, oh Jehovah, me ayudaste y me consolaste.

Canto a Jerusalén, ciudad de Dios


87 (A los hijos de Coré. Salmo. Cántico)

1 Su cimiento está sobre montes de santidad;

2 Jehovah ama las puertas de Sion

más que a todas las moradas de Jacob.

3 ¡Cosas gloriosas se cuentan de ti,

oh ciudad de Dios! (Selah)


4 "Yo inscribiré a Rahab

y a Babilonia entre los que me conocen.

He aquí Filistea, Tiro y Etiopía.

Este nació allí."

5 De Sion se dirá:

"Este y aquél han nacido en ella."

El mismo Altísimo le dará estabilidad.

6 Jehovah dirá, al inscribir a los pueblos:

"Este nació allí." (Selah)

7 Y tanto los que cantan como los que danzan dirán:

"¡Todas mis fuentes están en ti!"

Plegaria en medio de la aflicción


88 (Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al músico principal. Sobre Majalat. Para ser cantado. Masquil de Hemán el ezraíta)

1 Oh Jehovah, Dios de mi salvación,

día y noche clamo delante de ti.

2 Llegue mi oración a tu presencia;

inclina tu oído a mi clamor,

3 porque mi alma está harta de males,

y mi vida se ha acercado al Seol.


4 Soy contado con los que descienden a la fosa;

soy como un hombre sin fuerzas.

5 Estoy libre entre los muertos,

como los cadáveres que yacen en la tumba,

de quienes ya no te acuerdas,

y que han sido arrebatados de tu mano.


6 Me has puesto en la honda fosa,

en lugares tenebrosos, en lugares profundos.

7 Sobre mí reposa tu ira;

me has afligido con todas tus

olas. (Selah)

8 Has alejado de mí a mis conocidos;

me has puesto como abominación para ellos.

Estoy encerrado; no puedo salir.

9 Mis ojos se enfermaron a causa de mi aflicción.

Cada día te he invocado, oh Jehovah;

a ti he extendido mis manos.


10 ¿Acaso harás milagros para los muertos?

¿Se levantarán los muertos para alabarte? (Selah)

11 ¿Se contará en el sepulcro acerca de tu misericordia,

o de tu verdad en el Abadón?

12 ¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla,

y tu justicia en la tierra del olvido?


13 Pero a ti he invocado, oh Jehovah;

de mañana sale a tu encuentro mi oración.

14 ¿Por qué desechas mi alma, oh Jehovah?

¿Por qué escondes de mí tu rostro?

15 Yo estoy pobre y abatido;

desde mi infancia he cargado tus terrores.

¡Ya no puedo más!

16 Sobre mí ha pasado tu ira;

tus terrores me han destruido.

17 De continuo me han rodeado como inundación,

y al mismo tiempo me han cercado.

18 Has alejado de mí a mis amigos y compañeros;

sólo las tinieblas son mi compañía.

Recuerdo de las promesas a David


89 (Masquil de Eitán el ezraíta)

1 Perpetuamente cantaré las misericordias de Jehovah;

con mi boca daré a conocer tu fidelidad de generación en generación.

2 Diré: Para siempre será edificada la misericordia;

en los mismos cielos establecerás tu fidelidad.


3 "Yo hice un pacto con mi escogido;

juré a mi siervo David, diciendo:

4 ’Para siempre confirmaré tu descendencia

y edificaré tu trono por todas las generaciones.’ " (Selah)


5 Los cielos celebrarán, oh Jehovah, tus maravillas;

y tu fidelidad, en la congregación de los santos.

6 Porque, ¿quién en las nubes se comparará con Jehovah?

¿Quién será semejante a Jehovah entre los hijos de los poderosos?

7 Dios es temible en la gran asamblea de los santos;

formidable sobre todos cuantos están a su alrededor.

8 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,

¿quién como tú?

¡Poderoso eres, oh Jehovah!

Tu fidelidad te rodea.


9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;

cuando sus olas se levantan, tú las sosiegas.

10 Tú quebrantaste a Rahab como a un cadáver;

con el brazo de tu poder esparciste a tus enemigos.

11 Tuyos son los cielos,

tuya es también la tierra;

el mundo y su plenitud,

tú los fundaste.

12 Al norte y al sur, tú los creaste;

el Tabor y el Hermón cantarán a tu nombre.

13 Tuyo es el brazo poderoso;

fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.

14 La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono;

la misericordia y la verdad van delante de tu rostro.


15 ¡Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo!

Andarán a la luz de tu rostro,

oh Jehovah.

16 En tu nombre se alegrarán todo el día,

y en tu justicia serán enaltecidos.

17 Porque tú eres la gloria de su poder,

y por tu buena voluntad exaltarás nuestro poderío.

18 ¡Jehovah es nuestro escudo!

¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!


19 Antaño hablaste en visión a tus piadosos

y les dijiste: "Yo he puesto el socorro sobre un valiente;

he enaltecido a uno escogido de mi pueblo.

20 Hallé a mi siervo David

y lo ungí con mi aceite santo.

21 Mi mano estará firme con él;

también mi brazo lo fortalecerá.

22 No lo doblegará el enemigo;

ningún hijo de iniquidad lo quebrantará.

23 Pero yo quebrantaré delante de él a sus enemigos,

y heriré a los que le aborrecen.

24 Mi fidelidad y mi misericordia estarán con él;

en mi nombre será enaltecido su poderío.

25 Asimismo, pondré su mano sobre el mar,

y su mano derecha sobre los ríos.

26 El me dirá: ’Tú eres mi padre;

eres mi Dios y la roca de mi salvación.’

27 Yo también le pondré por primogénito,

más alto que los reyes de la tierra.

28 Para siempre le confirmaré mi misericordia,

y mi pacto será firme para con él.

29 Estableceré su linaje para siempre,

y su trono como los días de los cielos.

30 Si sus hijos dejan mi ley

y no caminan en mis juicios,

31 si profanan mis estatutos

y no guardan mis mandamientos,

32 entonces castigaré con vara su rebelión,

y con azotes sus iniquidades.

33 Pero no retiraré de él mi misericordia,

ni falsearé mi fidelidad.

34 No profanaré mi pacto,

ni cambiaré lo que ha salido de mis labios.

35 Una vez he jurado por mi santidad,

y no mentiré a David:

36 Su descendencia será para siempre;

y su trono, delante de mí, como el sol.

37 Será como la luna, que permanece firme para siempre,

un fiel testigo en medio de las

nubes." (Selah)


38 Pero tú has desechado y menospreciado a tu ungido;

te has airado contra él.

39 Tú has rechazado el pacto de tu siervo,

y su diadema has profanado hasta el suelo.

40 Has roto todos sus vallados

y has convertido en ruinas sus fortalezas.

41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;

es objeto de afrenta a sus vecinos.

42 Has enaltecido la mano derecha de sus enemigos,

y has alegrado a todos sus adversarios.

43 Asimismo, has hecho volver atrás su espada

y no lo levantaste en la batalla.

44 Has hecho cesar el cetro de su esplendor,

y has echado su trono por tierra.

45 Has acortado los días de su juventud,

y le has cubierto de afrenta. (Selah)


46 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?

¿Te esconderás para siempre?

¿Arderá tu ira como el fuego?

47 Recuerda, por favor, cuán pasajero soy.

¿Por qué habrás creado en vano a todos los hijos del hombre?

48 ¿Qué hombre vivirá y no verá la muerte?

¿Librarás su vida del poder del

Seol? (Selah)


49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias

que por tu fidelidad juraste a David?

50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos,

el de muchos pueblos que llevo en mi seno.

51 Porque tus enemigos, oh Jehovah, han deshonrado,

han deshonrado los pasos de tu ungido.


52 ¡Bendito sea Jehovah para siempre!

Amén y amén.


CUARTA PARTE: SALMOS 90-106



El Dios eterno y el hombre fugaz


90 (Oración de Moisés, hombre de Dios)

1 Señor, tú has sido nuestro refugio

de generación en generación.

2 Antes que naciesen los montes

y formases la tierra y el mundo,

desde la eternidad hasta la eternidad,

tú eres Dios.

3 Haces que el hombre vuelva al polvo.

Dices: "¡Retornad, oh hijos del hombre!"


4 Pues mil años delante de tus ojos

son como el día de ayer, que pasó.

Son como una de las vigilias de la noche.

5 Los arrasas; son como un sueño:

En la mañana son como la hierba que crece;

6 en la mañana brota y crece,

y al atardecer se marchita y se seca.

7 Porque con tu furor somos consumidos,

y con tu ira somos turbados.

8 Has puesto nuestras maldades delante

de ti;

nuestros secretos están ante la luz de tu rostro.

9 Pues todos nuestros días pasan a causa de tu ira;

acabamos nuestros años como un suspiro.

10 Los días de nuestra vida son setenta años;

y en los más robustos, ochenta años.

La mayor parte de ellos es duro trabajo y vanidad;

pronto pasan, y volamos.

11 ¿Quién conoce el poder de tu ira y de tu indignación,

como debes ser temido?

12 Enséñanos a contar nuestros días,

de tal manera que traigamos al corazón sabiduría.

13 ¡Vuelve, oh Jehovah! ¿Hasta cuándo?

Ten compasión de tus siervos.

14 Por la mañana sácianos de tu misericordia,

y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.

15 Alégranos conforme a los días de nuestra aflicción,

y a los años en que hemos visto el mal.

16 Sea manifestada tu obra a tus siervos,

y tu esplendor sobre sus hijos.


17 Sea sobre nosotros la gracia de Jehovah nuestro Dios.

La obra de nuestras manos confirma entre nosotros;

sí, confirma la obra de nuestras manos.

Viviendo bajo la protección divina


91 1 El que habita al abrigo del Altísimo

morará bajo la sombra del Todopoderoso.

2 Diré yo a Jehovah:

"¡Refugio mío y castillo mío,

mi Dios en quien confío!"


3 Porque él te librará

de la trampa del cazador

y de la peste destructora.

4 Con sus plumas te cubrirá,

y debajo de sus alas te refugiarás;

escudo y defensa es su verdad.

5 No tendrás temor de espanto nocturno,

ni de flecha que vuele de día,

6 ni de peste que ande en la oscuridad,

ni de plaga que en pleno día destruya.

7 Caerán a tu lado mil

y diez mil a tu mano derecha,

pero a ti no llegará.

8 Ciertamente con tus ojos mirarás

y verás la recompensa de los impíos.


9 Porque a Jehovah, que es mi refugio,

al Altísimo, has puesto como tu morada,

10 no te sobrevendrá mal,

ni la plaga se acercará a tu tienda.

11 Pues a sus ángeles dará órdenes

acerca de ti,

para que te guarden en todos tus caminos.

12 En sus manos te llevarán,

de modo que tu pie no tropiece en piedra.

13 Sobre el león y la cobra pisarás;

hollarás al leoncillo y a la serpiente.


14 "Porque en mí ha puesto su amor,

yo lo libraré;

lo pondré en alto,

por cuanto ha conocido mi nombre.

15 El me invocará, y yo le responderé;

con él estaré en la angustia.

Lo libraré y lo glorificaré;

16 lo saciaré de larga vida

y le mostraré mi salvación."

La dulzura de la alabanza


92 (Salmo. Cántico para el día de sábado)

1 Bueno es alabar a Jehovah,

cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.

2 Bueno es anunciar por la mañana tu misericordia

y tu verdad en las noches,

3 con el arpa de diez cuerdas y la lira,

con el tono suave del arpa.


4 Ciertamente me has alegrado,

oh Jehovah, con tus hechos,

grito de gozo por las obras de tus manos.

5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehovah!

Muy profundos son tus pensamientos.

6 El hombre necio no sabe,

y el insensato no entiende esto:

7 que los impíos brotan como la hierba,

y que todos los que hacen iniquidad

florecen para ser destruidos para siempre.


8 Pero tú, oh Jehovah,

para siempre eres el Altísimo.

9 Porque he aquí tus enemigos, oh Jehovah;

porque he aquí, tus enemigos perecerán.

Serán dispersados todos los que hacen iniquidad.

10 Pero tú enaltecerás mi poder como el de un toro salvaje,

y sobre mí verterás aceite fresco.

11 Mis ojos mirarán sobre mis enemigos;

mis oídos oirán de los malhechores

que se levantaron contra mí.


12 El justo florecerá como la palmera;

crecerá alto como el cedro en el Líbano.

13 Plantados estarán en la casa de Jehovah;

florecerán en los atrios de nuestro Dios.

14 Aun en la vejez fructificarán.

Estarán llenos de savia y frondosos,

15 para anunciar que Jehovah, mi roca, es recto,

y que en él no hay injusticia.

El reinado eterno de Jehovah


93 1 ¡Jehovah reina!

Se ha vestido de magnificencia.

Jehovah se ha vestido de poder y se ha ceñido.

También afirmó el mundo, y no se moverá.

2 Firme es tu trono desde la antigüedad;

tú eres desde la eternidad.


3 Alzaron los ríos, oh Jehovah,

alzaron los ríos su sonido;

alzaron los ríos su estruendo.

4 Jehovah en las alturas es más poderoso

que el estruendo de muchas aguas,

más que las recias olas del mar.


5 Tus testimonios son muy firmes.

La santidad adorna tu casa, oh Jehovah,

a través de los años.

Jehovah, Dios de justicia


94 1 Oh Jehovah, Dios de las venganzas,

oh Dios de las venganzas, ¡manifiéstate!

2 ¡Exáltate, oh Juez de la tierra!

Da su recompensa a los soberbios.


3 ¿Hasta cuándo los impíos,

hasta cuándo, oh Jehovah,

se regocijarán los impíos?

4 Vocean, hablan insolencias

y se confabulan los que hacen iniquidad.

5 A tu pueblo, oh Jehovah, quebrantan;

a tu heredad afligen.

6 A la viuda y al forastero matan;

a los huérfanos asesinan.

7 Han dicho: "No lo verá Jehovah,

ni entenderá el Dios de Jacob."


8 Entended, torpes del pueblo;

vosotros, necios, ¿cuándo seréis entendidos?

9 El que puso el oído, ¿no oirá?

El que formó el ojo, ¿no verá?

10 El que disciplina a las naciones, ¿no reprenderá?

¿No sabrá el que enseña al hombre el saber?


11 Jehovah conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.

12 Bienaventurado el hombre a quien tú, oh Jehovah, disciplinas

y lo instruyes sobre la base de tu ley,

13 para darle tranquilidad en los días de la desgracia;

en tanto que para los impíos se cava una fosa.

14 Porque Jehovah no abandonará a su pueblo,

ni desamparará a su heredad.

15 Más bien, el derecho volverá a la justicia,

y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.

16 ¿Quién se levantará por mí contra los malhechores?

¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?


17 Si Jehovah no me ayudara,

pronto mi alma moraría en el silencio.

18 Cuando yo decía: "Mi pie resbala",

tu misericordia, oh Jehovah, me sustentaba.

19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,

tus consolaciones alegraban mi alma.


20 ¿Se aliará contigo el trono de maldad,

el que por decreto instituye el abuso?

21 Conspiran contra la vida del justo

y condenan la sangre inocente.

22 Pero Jehovah ha sido mi refugio;

mi Dios ha sido la roca de mi confianza.

23 El hará volver sobre ellos su iniquidad,

y los destruirá a causa de su maldad.

Jehovah, nuestro Dios, los destruirá.

Llamado a la adoración


95 1 ¡Venid, cantemos con gozo a Jehovah!

Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.

2 Acerquémonos ante su presencia con acción de gracias;

aclamémosle con salmos.


3 Porque Jehovah es Dios grande,

Rey grande sobre todos los dioses.

4 En su mano están las profundidades de la tierra;

suyas son las alturas de los montes.

5 Suyo es el mar, pues él lo hizo;

y sus manos formaron la tierra seca.


6 ¡Venid, adoremos y postrémonos!

Arrodillémonos delante de Jehovah, nuestro Hacedor.

7 Porque él es nuestro Dios;

nosotros somos el pueblo de su prado,

y las ovejas de su mano.

Si oís hoy su voz,

8 "no endurezcáis vuestros corazones como en Meriba;

como el día de Masá, en el desierto,

9 donde vuestros padres me pusieron a prueba;

me probaron y vieron mis obras:

10 Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación

y dije: ’Este pueblo se desvía en su corazón

y no ha conocido mis caminos.’

11 Por eso juré en mi ira:

’¡Jamás entrarán en mi reposo!’ "

Alabanza al Rey y Juez del universo


96 1 ¡Cantad a Jehovah un cántico nuevo!

¡Cantad a Jehovah, toda la tierra!

2 Cantad a Jehovah; bendecid su nombre.

Anunciad de día en día su salvación.

3 Contad entre las naciones su gloria,

entre todos los pueblos sus maravillas;

4 porque grande es Jehovah,

y digno de suprema alabanza.

El es temible sobre todos los dioses;

5 porque todos los dioses de los pueblos son ídolos,

pero Jehovah hizo los cielos.

6 Gloria y esplendor hay delante de él;

poder y hermosura hay en su santuario.


7 Dad a Jehovah, oh familias de pueblos,

dad a Jehovah la gloria y el poder.

8 Dad a Jehovah la gloria debida a su nombre;

traed ofrendas y venid a sus atrios;

9 adorad a Jehovah en la hermosura de la santidad;

tiemble ante su presencia toda la tierra.

10 Decid entre las naciones:

"¡Jehovah reina!

Ciertamente ha afirmado el mundo,

y no será movido.

Juzgará a los pueblos con rectitud."


11 ¡Alégrense los cielos, y gócese la tierra!

¡Ruja el mar y su plenitud!

12 ¡Regocíjese el campo,

y todo lo que hay en él!

Entonces cantarán con júbilo

todos los árboles del bosque

13 delante de Jehovah, pues él viene.

Porque él viene para juzgar la tierra.

Juzgará al mundo con justicia

y a los pueblos con su verdad.

Manifestación del Rey de gloria


97 1 ¡Jehovah reina!

¡Regocíjese la tierra!

¡Alégrense las muchas costas!


2 Nube y oscuridad hay alrededor de él;

la justicia y el derecho son el fundamento de su trono.

3 El fuego avanza delante de él

y abrasa a sus enemigos en derredor.

4 Sus relámpagos alumbran el mundo;

la tierra mira y se estremece.

5 Delante de Jehovah los montes se derriten como cera,

delante del Señor de toda la tierra.

6 Los cielos anuncian su justicia,

y todos los pueblos ven su gloria.

7 Avergüéncense todos los que sirven a imágenes de talla,

los que se glorían en los ídolos.

¡Todos los dioses póstrense ante él!


8 Sion escuchó y se alegró;

las hijas de Judá se regocijarán

a causa de tus juicios, oh Jehovah.

9 Porque tú, oh Jehovah,

eres supremo sobre toda la tierra;

eres muy enaltecido sobre todos los dioses.


10 Los que amáis a Jehovah,

aborreced el mal.

El guarda la vida de sus fieles;

los libra de manos de los impíos.

11 La luz está sembrada para el justo,

la alegría para los rectos de corazón.

12 Alegraos, oh justos, en Jehovah;

celebrad la memoria de su santidad.

Celebración de las victorias de Dios


98 (Salmo)

1 ¡Cantad a Jehovah un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas!

Victoria le ha dado su diestra y su santo brazo.

2 Jehovah ha dado a conocer su victoria;

ante los ojos de las naciones ha manifestado su justicia.

3 Se ha acordado de su misericordia

y de su fidelidad para con la casa de Israel.

Todos los confines de la tierra

han visto la victoria de nuestro Dios.


4 ¡Cantad alegres a Jehovah, toda la tierra!

Prorrumpid, estallad de gozo y cantad salmos.

5 Cantad salmos a Jehovah con la lira;

con lira y melodía de himnos.

6 Aclamad con trompetas y sonido de corneta

delante del Rey Jehovah.


7 Ruja el mar y su plenitud,

el mundo y los que lo habitan.

8 Aplaudan los ríos;

regocíjense todos los montes

9 delante de Jehovah,

porque viene para juzgar la tierra.

Juzgará al mundo con justicia,

y a los pueblos con rectitud.

Reinado de Dios en Sion


99 1 ¡Jehovah reina, tiemblan los pueblos!

El tiene su trono entre los querubines;

la tierra se estremece.

2 Jehovah es grande en Sion;

es alto sobre todos los pueblos.

3 Alaben su nombre grande y temible.

¡El es santo!


4 Oh poderoso Rey que amas el derecho,

tú has establecido la rectitud;

tú ejerces en Jacob el derecho y la justicia.

5 ¡Exaltad a Jehovah, nuestro Dios!

Postraos ante el estrado de sus pies,

porque él es santo.


6 Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes;

Samuel estaba entre los que invocaban su nombre.

Invocaban a Jehovah, y él les respondía.

7 En columna de nube hablaba con ellos;

y ellos guardaban sus testimonios

y el estatuto que les había dado.

8 Oh Jehovah, Dios nuestro,

tú les respondías;

tú les fuiste un Dios perdonador

y castigador de sus malas obras.


9 ¡Exaltad a Jehovah nuestro Dios!

Postraos ante su santo monte,

porque santo es Jehovah, nuestro Dios.

Exhortación a la gratitud


100 (Salmo de acción de gracias)

1 ¡Cantad alegres a Jehovah,

habitantes de toda la tierra!

2 Servid a Jehovah con alegría;

venid ante su presencia con regocijo.

3 Reconoced que Jehovah es Dios;

él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos.

Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.


4 Entrad por sus puertas con acción de gracias,

por sus atrios con alabanza.

Dadle gracias; bendecid su nombre,

5 porque Jehovah es bueno.

Para siempre es su misericordia,

y su fidelidad por todas las generaciones.

Votos de un gobernante


101 (Salmo de David)

1 De la misericordia y el derecho cantaré;

a ti cantaré salmos, oh Jehovah.

2 Daré atención al camino de la integridad.

¿Cuándo vendrás a mí?

En integridad de corazón andaré en medio de mi casa.

3 No pondré delante de mis ojos cosa indigna;

aborrezco la obra de los que se desvían.

Esta no se me pegará.

4 El corazón perverso será apartado de mí;

no reconoceré al malo.

5 Al que solapadamente difama a su prójimo,

a ése yo lo silenciaré;

no soportaré al de ojos altaneros y de corazón arrogante.

6 Mis ojos pondré en los fieles de la tierra,

para que habiten conmigo.

El que anda en camino de integridad,

ése me servirá.

7 No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;

el que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos.

8 Por las mañanas cortaré de la tierra a todos los impíos,

para extirpar de la ciudad de Jehovah

a todos los que obran iniquidad.

Oración de un afligido


102 (Oración de un afligido, cuando desmaya y derrama su lamento delante de Jehovah)

1 Oh Jehovah, escucha mi oración,

y llegue a ti mi clamor.

2 No escondas de mí tu rostro

en el día de mi angustia;

inclina a mí tu oído.

En el día en que te invoque,

apresúrate a responderme.

3 Porque mis días se han disipado como humo;

mis huesos arden como un brasero.

4 Mi corazón ha sido herido

y se ha secado como la hierba,

por lo cual me olvidé de comer mi pan.

5 Por la voz de mi gemido,

mis huesos se han pegado a mi carne.

6 Soy semejante al búho del desierto;

soy como la lechuza de los sequedales.

7 Estoy insomne;

soy como un pájaro solitario sobre el tejado.

8 Todo el día me afrentan mis enemigos;

los que me escarnecen se han conjurado contra mí.

9 Por eso he comido ceniza como pan,

y mi bebida mezclo con llanto,

10 a causa de tu enojo y de tu ira.

Porque me levantaste y me arrojaste,

11 mis días son como la sombra que se va.

Me he secado como la hierba.


12 Pero tú, oh Jehovah, permanecerás para siempre,

y tu memoria de generación en generación.

13 Levántate, ten misericordia de Sion,

porque ha llegado el tiempo de tener compasión de ella.

14 Tus siervos aman sus piedras,

y de su polvo tienen compasión.

15 Entonces las naciones temerán el nombre de Jehovah,

y todos los reyes de la tierra temerán tu gloria.

16 Por cuanto Jehovah habrá edificado a Sion,

será visto en su gloria.

17 Habrá considerado la oración de los despojados,

y no habrá desechado el ruego de ellos.


18 Sea escrito esto para la generación venidera,

y un pueblo que será creado alabará a Jehovah.

19 Porque miró desde lo alto de su santuario,

Jehovah miró desde los cielos a la tierra,

20 para oír el gemido de los presos,

para librar a los sentenciados a muerte,

21 para contar en Sion del nombre de Jehovah,

y de su alabanza en Jerusalén,

22 cuando los pueblos y reinos se congreguen en uno para servir a Jehovah.


23 Debilitó mi fuerza en el camino

y acortó mis días.

24 Dije: "Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días.

¡Tus años duran por generación y generación!

25 Tú fundaste la tierra en la antigüedad;

los cielos son obra de tus manos.

26 Ellos perecerán, pero tú permanecerás.

Todos ellos se envejecerán como un vestido;

como a ropa los cambiarás, y pasarán.

27 Pero tú eres el mismo,

y tus años no se acabarán.

28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros,

y su descendencia estará firme delante de ti."

Alabanza de un alma agradecida


103 (De David)

1 Bendice, oh alma mía, a Jehovah.

Bendiga todo mi ser su santo nombre.

2 Bendice, oh alma mía, a Jehovah,

y no olvides ninguno de sus beneficios.

3 El es quien perdona todas tus iniquidades,

el que sana todas tus dolencias,

4 el que rescata del hoyo tu vida,

el que te corona de favores y de misericordia;

5 el que sacia con bien tus anhelos,

de modo que te rejuvenezcas como el águila.


6 Jehovah es quien hace justicia y derecho

a todos los que padecen violencia.

7 Sus caminos dio a conocer a Moisés;

y a los hijos de Israel, sus obras.

8 Compasivo y clemente es Jehovah,

lento para la ira y grande en misericordia.

9 No contenderá para siempre,

ni para siempre guardará el enojo.

10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,

ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.

11 Pues como la altura de los cielos sobre la tierra,

así ha engrandecido su misericordia sobre los que le temen.

12 Tan lejos como está el oriente del occidente,

así hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.


13 Como el padre se compadece de los hijos,

así se compadece Jehovah de los que le temen.

14 Porque él conoce nuestra condición;

se acuerda de que somos polvo.


15 El hombre, como la hierba son sus días:

Florece como la flor del campo

16 que cuando pasa el viento, perece;

y su lugar no la vuelve a conocer.

17 Pero la misericordia de Jehovah es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen;

y su justicia sobre los hijos de sus hijos,

18 sobre los que guardan su pacto

y se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.


19 Jehovah estableció en los cielos su trono,

y su reino domina sobre todo.

20 Bendecid a Jehovah, vosotros sus poderosos ángeles

que ejecutáis su palabra obedeciendo la voz de su palabra.

21 Bendecid a Jehovah, vosotros todos sus ejércitos,

servidores suyos que hacéis su voluntad.

22 Bendecid a Jehovah, vosotras todas sus obras,

en todos los lugares de su señorío.

¡Bendice, alma mía, a Jehovah!

Creación y providencia de Dios


104 1 ¡Bendice, alma mía, a Jehovah!

Jehovah, Dios mío, ¡qué grande eres!

Te has vestido de gloria y de esplendor.


2 Tú eres el que se cubre de luz como de vestidura,

que extiende los cielos como una tienda,

3 que construye sus altas moradas sobre las aguas,

que hace de las nubes su carroza,

que anda sobre las alas del viento,

4 que hace a los vientos sus mensajeros,

y a las llamas de fuego sus servidores.


5 El fundó la tierra sobre sus cimientos;

no será jamás removida.

6 Con el océano como con vestido la cubriste;

sobre las montañas estaban las aguas.

7 A tu reprensión huyeron;

se apresuraron al sonido de tu trueno.

8 Subieron las montañas;

descendieron los valles

al lugar que tú estableciste para ellos.

9 Les pusiste un límite,

el cual no traspasarán,

ni volverán a cubrir la tierra.


10 Tú eres el que vierte los manantiales en los arroyos;

corren entre las colinas.

11 Dan de beber a todos los animales del campo;

los asnos monteses mitigan su sed.

12 Junto a ellos habitan las aves del cielo,

y trinan entre las ramas.


13 Tú das de beber a las montañas desde tus altas moradas;

del fruto de tus obras se sacia la tierra.

14 Haces producir el pasto para los animales

y la vegetación para el servicio del hombre,

a fin de sacar de la tierra el alimento:

15 el vino que alegra el corazón del hombre,

el aceite que hace lucir su rostro,

y el pan que sustenta el corazón del hombre.


16 Se llenan de savia los árboles de Jehovah;

los cedros del Líbano, que él plantó.

17 Allí anidan las aves;

en sus copas hace su nido la cigüeña.

18 Los montes altos son para las cabras monteses;

las peñas, para las madrigueras de los conejos.


19 Tú eres el que hizo la luna para las estaciones;

el sol conoce su ocaso.

20 Pones las tinieblas, y es de noche;

en ella corretean todos los animales silvestres.

21 Los leones rugen por la presa

y reclaman a Dios su comida.

22 Sale el sol; se recogen

y se echan en sus cuevas.

23 Sale el hombre a su labor,

y a su labranza hasta el anochecer.

24 ¡Cuán numerosas son tus obras, oh Jehovah!

A todas las hiciste con sabiduría;

la tierra está llena de tus criaturas.


25 Este es el mar grande y ancho,

en el cual hay peces sin número,

animales grandes y pequeños.

26 Sobre él van los navíos;

allí está el Leviatán

que hiciste para que jugase en él.

27 Todos ellos esperan en ti,

para que les des su comida a su tiempo.

28 Tú les das, y ellos recogen;

abres tu mano, y se sacian del bien.

29 Escondes tu rostro, y se desvanecen;

les quitas el aliento, y dejan de ser.

Así vuelven a ser polvo.

30 Envías tu hálito, y son creados;

y renuevas la superficie de la tierra.


31 ¡Sea la gloria de Jehovah para siempre!

Alégrese Jehovah en sus obras.

32 El mira la tierra, y ella tiembla;

toca las montañas, y humean.

33 Cantaré a Jehovah en mi vida;

a mi Dios cantaré salmos mientras viva.

34 Que mi meditación le sea grata,

y que yo me alegre en Jehovah.

35 Sean exterminados de la tierra los pecadores,

y los impíos dejen de ser.

¡Bendice, oh alma mía, a Jehovah!

¡Aleluya!

Dios en la historia de Israel


105 1 ¡Dad gracias a Jehovah!

¡Invocad su nombre!

Dad a conocer entre los pueblos sus hazañas.

2 Cantadle, cantadle salmos;

hablad de todas sus maravillas.

3 Gloriaos en su santo nombre;

alégrese el corazón de los que buscan a Jehovah.

4 Buscad a Jehovah y su poder;

buscad continuamente su rostro.

5 Acordaos de las maravillas que ha hecho,

de sus prodigios y de los juicios de su boca,

6 oh vosotros, descendientes de Abraham, su siervo;

hijos de Jacob, sus escogidos.


7 El es Jehovah, nuestro Dios;

en toda la tierra están sus juicios.

8 Se acordó para siempre de su pacto

-de la palabra que mandó para mil generaciones-,

9 el cual hizo con Abraham;

y de su juramento a Isaac.

10 Lo confirmó a Jacob por estatuto,

como pacto sempiterno a Israel,

11 diciendo: "A ti daré la tierra de Canaán;

como la porción que poseeréis."


12 Cuando eran pocos en número,

muy pocos y forasteros en ella;

13 cuando andaban de nación en nación,

y de un reino a otro pueblo,

14 no permitió que nadie los oprimiese;

más bien, por causa de ellos castigó a reyes.

15 Dijo: "¡No toquéis a mis ungidos,

ni hagáis mal a mis profetas!"


16 Cuando trajo hambre sobre la tierra

y cortó todo el sustento de pan,

17 ya había enviado delante de ellos a un hombre,

a José, que fue vendido como esclavo.

18 Afligieron con grilletes sus pies,

y a su cuello pusieron cadena de hierro,

19 hasta que se cumplió su palabra,

y el dicho de Jehovah lo aprobó.

20 Entonces el rey mandó que lo soltaran;

el soberano de los pueblos lo desató.

21 Lo puso como señor de su casa

y como gobernador de toda su posesión,

22 para que disciplinara a su gusto a los grandes

y a sus ancianos enseñara sabiduría.


23 Después entró Israel en Egipto,

y Jacob fue extranjero en la tierra de Cam.

24 Dios hizo que su pueblo fuera muy fecundo,

y lo hizo más fuerte que sus enemigos.

25 Cambió el corazón de éstos,

para que aborreciesen a su pueblo,

para que contra sus siervos actuaran con engaño.


26 Envió a su siervo Moisés,

y a Aarón, al cual escogió.

27 Puso en ellos las palabras de sus señales,

y sus prodigios en la tierra de Cam.

28 Envió tinieblas y trajo oscuridad,

pero no guardaron sus palabras.

29 Convirtió sus aguas en sangre

y mató sus peces.

30 Su tierra produjo ranas

hasta en las habitaciones de sus reyes.

31 Habló, y llegaron enjambres de moscas

y piojos en todo su territorio.

32 Convirtió sus lluvias en granizo

y en llamas de fuego, en su tierra.

33 Dañó sus viñas y sus higueras

y quebró los árboles de su territorio.

34 Habló, y vinieron langostas,

y pulgón sin número.

35 Comieron toda la hierba de su país

y devoraron el pasto de su tierra.

36 Golpeó, además, a todos los primogénitos de su país,

las primicias de todo su vigor.

37 Los sacó con plata y oro;

no hubo entre sus tribus enfermo.

38 Egipto se alegró de que salieran,

porque su terror había caído sobre ellos.


39 Extendió una nube por cortina,

y fuego para alumbrar de noche.

40 Pidieron, e hizo venir codornices,

y los sació con pan del cielo.

41 Abrió la peña, y fluyeron aguas;

corrieron por los sequedales como río.

42 Porque se acordó de su santa promesa

dada a su siervo Abraham.


43 Así sacó a su pueblo con gozo;

con júbilo sacó a sus escogidos.

44 Les dio las tierras de las naciones,

y heredaron el fruto de las labores de ellas,

45 para que guardasen sus estatutos

y observasen sus leyes.

¡Aleluya!

Confesión de los fracasos de Israel


106 1 ¡Aleluya!

¡Alabad a Jehovah, porque es bueno;

porque para siempre es su misericordia!

2 ¿Quién declarará las proezas de Jehovah?

¿Quién hará oír todas sus alabanzas?

3 Bienaventurados los que guardan el derecho,

los que en todo tiempo hacen justicia.


4 Acuérdate de mí, oh Jehovah,

según tu benevolencia para con tu pueblo.

Visítame con tu salvación,

5 para que vea el bien de tus escogidos,

para que me alegre con la alegría de tu pueblo,

para que me gloríe con tu heredad.


6 Hemos pecado como nuestros padres;

hemos hecho iniquidad;

hemos actuado impíamente.

7 Nuestros padres en Egipto

no entendieron tus maravillas;

no se acordaron de tus innumerables hechos de misericordia,

sino que se rebelaron junto al mar, el mar Rojo.


8 Sin embargo, los libró por amor de su nombre,

para dar a conocer su poder.

9 Reprendió al mar Rojo y lo secó;

los hizo ir por los abismos, como por un desierto.

10 Los libró del enemigo;

los rescató de mano del adversario.

11 Las aguas cubrieron a sus enemigos;

no quedó uno solo de ellos.

12 Entonces creyeron en sus palabras

y cantaron su alabanza.


13 Pero pronto se olvidaron de sus obras

y no esperaron su consejo.

14 Ardieron de apetito en el desierto

y probaron a Dios en la soledad.

15 El les dio lo que pidieron,

pero envió a sus almas debilidad.


16 Después tuvieron celos de Moisés en el campamento,

y de Aarón, el consagrado de Jehovah.

17 La tierra se abrió y tragó a Datán,

y cubrió al grupo de Abiram.

18 El fuego se encendió contra su grupo;

la llama devoró a los impíos.


19 En Horeb hicieron un becerro

y se postraron ante una imagen de fundición.

20 Así cambiaron su gloria

por la de un toro que come hierba.

21 Olvidaron al Dios de su salvación

que había hecho grandezas en Egipto,

22 maravillas en la tierra de Cam,

cosas formidables junto al mar Rojo.

23 El dijo que los hubiese destruido, de no haberse interpuesto Moisés, su escogido, ante él en la brecha,

a fin de aplacar su ira, para que no los destruyera.


24 Sin embargo, aborrecieron la tierra deseable,

y no creyeron en su palabra.

25 Más bien, murmuraron en sus tiendas

y no escucharon la voz de Jehovah.

26 Por tanto, alzó su mano contra ellos

para postrarlos en el desierto,

27 para dispersar a sus descendientes entre las naciones

y esparcirlos por las tierras.


28 Cuando se adhirieron al Baal de Peor,

comieron de los sacrificios de los muertos.

29 Provocaron a Dios con sus obras,

y se desató entre ellos la mortandad.

30 Entonces se levantó Fineas y ejecutó juicio,

y se detuvo la mortandad.

31 Aquello le fue contado por justicia,

de generación en generación y para siempre.


32 También le indignaron en las aguas de Meriba,

y por causa de ellos le fue mal a Moisés;

33 porque hicieron que su espíritu se amargara,

y él habló precipitadamente con sus labios.


34 Tampoco destruyeron a los pueblos,

como Jehovah les había dicho.

35 Más bien, se mezclaron con gentiles,

y aprendieron sus obras.

36 Sirvieron a sus ídolos,

los cuales llegaron a ser una trampa.

37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios;

38 derramaron la sangre inocente,

la sangre de sus hijos y de sus hijas,

que sacrificaron a los ídolos de Canaán.

La tierra fue profanada con los hechos de sangre.

39 Así se contaminaron con sus obras

y se prostituyeron con sus hechos.


40 Por tanto, la ira de Jehovah

se encendió contra su pueblo,

y abominó su heredad.

41 Los entregó en poder de las naciones,

y los que los aborrecían se enseñorearon de ellos.

42 Sus enemigos los oprimieron,

y fueron quebrantados debajo de su mano.

43 Muchas veces los libró,

pero ellos se rebelaron contra su consejo

y fueron humillados a causa de su iniquidad.


44 Con todo, él los vio cuando estaban en angustia,

y oyó su clamor.

45 Se acordó de su pacto con ellos,

y se compadeció conforme a su gran compasión.

46 Asimismo, hizo que tuviesen misericordia de ellos

todos los que los tenían cautivos.


47 ¡Sálvanos, oh Jehovah, Dios nuestro!

Reúnenos de entre las naciones,

para que confesemos tu santo nombre,

para que nos gloriemos en tus alabanzas.

48 ¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel,

desde la eternidad hasta la eternidad!

Y diga todo el pueblo: "¡Amén!"

¡Aleluya!


QUINTA PARTE: SALMOS 107-150



Salmo de gratitud por la liberación


107 1 ¡Alabad a Jehovah, porque es bueno;

porque para siempre es su misericordia!

2 Díganlo los redimidos de Jehovah,

los que ha redimido del poder del enemigo

3 y los que ha congregado de las tierras

del oriente y del occidente,

del norte y del sur.


4 Perdidos anduvieron por el desierto,

en el sequedal;

no hallaron camino hacia una ciudad habitada.

5 Estaban hambrientos y sedientos;

sus almas desfallecían en ellos.

6 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,

él los libró de sus aflicciones.

7 Los dirigió por camino derecho,

para que fuesen a una ciudad en que habitar.

8 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia

y por sus maravillas para con los hijos del hombre!

9 Porque él sacia al alma sedienta

y llena de bien al alma hambrienta.


10 Habitaban en tinieblas y en densa oscuridad,

aprisionados en la miseria y en cadenas de hierro,

11 porque fueron rebeldes a las palabras de Jehovah

y aborrecieron el consejo del Altísimo.

12 Por eso sometió sus corazones con dura labor;

cayeron, y no hubo quien les ayudase.

13 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,

él los libró de sus aflicciones.

14 Los sacó de las tinieblas, de la densa oscuridad,

y rompió sus cadenas.

15 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia

y por sus maravillas para con los hijos del hombre!

16 Porque rompió las puertas de bronce

y desmenuzó los cerrojos de hierro.


17 Fueron afligidos los insensatos,

a causa de su camino rebelde

y a causa de sus maldades.

18 Sus almas abominaron toda comida,

y llegaron hasta las puertas de la muerte.

19 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,

él los libró de sus aflicciones.

20 Envió su palabra y los sanó;

los libró de su ruina.

21 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia

y por sus maravillas para con los hijos del hombre!

22 Ofrezcan sacrificios de acción de gracias

y proclamen sus obras con júbilo.


23 Los que descienden al mar en los barcos

y hacen negocios en los océanos,

24 ellos han visto las obras de Jehovah,

y sus maravillas en lo profundo del mar.

25 El habló y desató el viento de la tempestad,

e hizo que se elevaran sus olas.

26 Subieron los cielos, descendieron los abismos;

sus almas se derretían con el daño.

27 Se tambalearon y temblaron como un borracho,

y toda su sabiduría se echó a perder.

28 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,

él los libró de sus aflicciones.

29 El trae calma a la tempestad,

y se apaciguan sus olas.

30 Entonces se alegran porque ellas se aquietan,

y él los guía al puerto que desean.

31 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia

y por sus maravillas para con los hijos del hombre!

32 Exáltenlo en la congregación del pueblo,

y alábenlo en la reunión de los ancianos.


33 El convierte los ríos en desierto

y las fuentes de aguas en tierra sedienta.

34 Convierte las tierras fértiles en salobres

por la maldad de los que las habitan.

35 Convierte el desierto en estanques de agua

y la tierra seca en manantiales.

36 Allí establece a los hambrientos

y fundan una ciudad en que habitar.

37 Siembran campos, plantan viñas

y logran abundante fruto.

38 Los bendice, y se multiplican en gran manera;

y no deja que disminuya su ganado.


39 Cuando son reducidos en número y menoscabados

a causa de la opresión, de la calamidad

y de la congoja,

40 derrama menosprecio sobre los príncipes,

y les hace andar errantes, vagabundos, sin camino.

41 Y levanta de la miseria al necesitado

y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.

42 Véanlo los rectos y alégrense;

pero toda maldad cierre la boca.

43 Quien sea sabio y guarde estas cosas

entenderá los hechos misericordiosos de Jehovah.

La liberación divina


108 (Cántico. Salmo de David)

1 Mi corazón está firme, oh Dios;

cantaré y entonaré salmos, aun con mi alma.

2 ¡Despertad, oh arpa y lira!

Despertaré al alba.

3 Te alabaré entre los pueblos, oh Jehovah;

a ti cantaré salmos entre las naciones.

4 Porque grande, más que los cielos,

es tu misericordia;

y hasta las nubes, tu verdad.

5 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;

y sobre toda la tierra, tu gloria!

6 Salva con tu diestra y respóndenos,

de modo que sean librados tus amados.


7 Dios ha hablado en su santuario:

"¡Cómo me regocijo!

Repartiré Siquem

y mediré el valle de Sucot.

8 Mío es Galaad, y mío es Manasés.

Efraín es la fortaleza de mi cabeza;

Judá es mi cetro.

9 Moab es la vasija en que me lavo;

sobre Edom echaré mis sandalias,

y sobre Filistea lanzaré mi grito de victoria."


10 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?

¿Quién me conducirá hasta Edom?

11 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,

y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?

12 Danos socorro ante el enemigo,

pues vana es la liberación que da el hombre.

13 Con Dios haremos proezas,

y él aplastará a nuestros enemigos.

Apelación a la justicia divina


109 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Oh Dios de mi alabanza,

no guardes silencio,

2 pues la boca del impío y la del engañador

se han abierto contra mí;

han hablado contra mí con lengua engañosa.

3 Con palabras de odio me han rodeado;

sin causa han luchado contra mí.

4 En pago de mi amor me han acusado,

aunque yo oraba.

5 Me han devuelto mal por bien,

y odio por amor.


6 Levanta contra él a un impío,

y un acusador esté a su mano derecha.

7 Cuando sea juzgado, que resulte culpable,

y que su oración sea tenida por pecado.

8 Sean pocos sus días,

y tome otro su oficio.

9 Queden huérfanos sus hijos,

y su mujer quede viuda.

10 Anden sus hijos vagabundos y mendigando;

procuren su pan lejos de sus casas arruinadas.

11 Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene,

y extraños saqueen el fruto de su trabajo.

12 No tenga quien le haga misericordia,

ni haya quien se compadezca de sus huérfanos.

13 Su posteridad sea destruida;

en la segunda generación sea borrado su nombre.

14 Sea recordada ante Jehovah la maldad de sus padres;

no sea borrado el pecado de su madre.

15 Estén siempre delante de Jehovah,

y elimine él de la tierra la memoria de ellos.

16 Porque no se acordó de mostrar misericordia,

y persiguió al hombre pobre, necesitado y quebrantado de corazón, hasta matarlo.

17 Amó la maldición; ¡que ésta le venga!

No quiso la bendición; ¡que se aleje de él!

18 Vístase de maldición como de su manto,

y entre ella como agua en sus entrañas

y como aceite en sus huesos.

19 Séale como vestido que lo cubra,

y como cinturón que siempre lo ciña.

20 Este sea el pago de parte de Jehovah

para con los que me acusan,

para los que hablan mal contra mi vida.


21 Pero tú, oh Jehovah el Señor,

favoréceme, por amor de tu nombre;

líbrame, porque buena es tu misericordia.

22 Yo soy pobre y necesitado,

y mi corazón está herido dentro de mí.

23 Voy como la sombra cuando se extiende;

soy sacudido como la langosta.

24 Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno,

y mi carne está desfallecida por falta de alimento.

25 Fui para ellos objeto de oprobio;

me miraban y movían la cabeza.

26 Ayúdame, oh Jehovah, Dios mío;

sálvame conforme a tu misericordia.

27 Entiendan que ésta es tu mano,

y que tú, oh Jehovah, has hecho esto.

28 Que maldigan ellos, pero bendice tú;

que se levanten, pero sean avergonzados.

Y que tu siervo se regocije.

29 Sean vestidos de ignominia los que me calumnian,

y vístanse con su vergüenza como de manto.

30 Agradeceré a Jehovah en gran manera con mi boca;

en medio de muchos le alabaré.

31 Porque él se pondrá a la derecha del necesitado,

para salvar su vida de los que le juzgan.

El sacerdocio del Mesías


110 (Salmo de David)

1 Jehovah dijo a mi señor:

"Siéntate a mi diestra,

hasta que ponga a tus enemigos

como estrado de tus pies."

2 Jehovah enviará desde Sion el cetro de tu poder;

domina en medio de tus enemigos.

3 En el día de tu poder,

tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente

en la hermosura de la santidad.

Desde el nacimiento de la aurora,

tú tienes el rocío de la juventud.


4 Jehovah juró y no se retractará:

"Tú eres sacerdote para siempre,

según el orden de Melquisedec."

5 El Señor está a tu mano derecha;

aplastará a los reyes en el día de su ira.

6 Juzgará entre las naciones;

las llenará de cadáveres.

Aplastará a los jefes sobre la extensa tierra.

7 Beberá del arroyo en el camino,

por lo cual levantará su cabeza.

Bondad y fidelidad divinas


111 1 ¡Aleluya!

Daré gracias a Jehovah con todo mi corazón,

en la reunión y en la congregación de los rectos.

2 Grandes son las obras de Jehovah,

buscadas por todos los que se complacen en ellas.

3 Gloria y hermosura es su obra,

y su justicia permanece para siempre.

4 Hizo memorables sus maravillas;

clemente y misericordioso es Jehovah.

5 Da alimento a los que le temen;

para siempre se acordará de su pacto.

6 El poder de sus obras manifestó a su pueblo,

al darle la heredad de las naciones.

7 Las obras de sus manos son verdad y justicia;

fieles son todas sus ordenanzas.

8 Son afirmadas eternamente y para siempre,

hechas con verdad y rectitud.

9 Ha enviado redención a su pueblo;

para siempre ha ordenado su pacto.

Santo y temible es su nombre.


10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehovah.

Buen entendimiento tienen todos los que ponen esto por obra.

Su loor permanece para siempre.

Prosperidad del que teme a Jehovah


112 1 ¡Aleluya!

Bienaventurado el hombre que teme a Jehovah,

y en sus mandamientos se deleita en gran manera.

2 Su descendencia será poderosa en la tierra;

la generación de los rectos será bendita.

3 Bienes y riquezas hay en su casa;

su justicia permanece para siempre.


4 En las tinieblas resplandece la luz para los rectos;

él es clemente, misericordioso y justo.

5 El hombre de bien tiene compasión y presta,

y administra sus cosas con justicia.

6 Por eso no resbalará jamás;

para siempre será recordado el justo.

7 De las malas noticias no tendrá temor;

su corazón está firme, confiado en Jehovah.

8 Afianzado está su corazón; no temerá,

hasta que vea en sus enemigos su deseo.

9 Esparce, da a los necesitados;

su justicia permanece para siempre,

y su poderío será exaltado en gloria.


10 Lo verá el impío y se irritará;

crujirá los dientes y se consumirá.

El deseo de los impíos perecerá.

Dios levanta a los pobres


113 1 ¡Aleluya!

¡Alabad, oh siervos de Jehovah,

alabad el nombre de Jehovah!

2 Sea bendito el nombre de Jehovah

desde ahora y para siempre.

3 Desde el nacimiento del sol y hasta donde se pone,

sea alabado el nombre de Jehovah.

4 Alto sobre todas las naciones es Jehovah;

sobre los cielos es su gloria.


5 ¡Quién como Jehovah nuestro Dios!

El que mora en lo alto

6 y se humilla para mirar en el cielo y en la tierra.

7 Levanta del polvo al pobre,

y al necesitado enaltece desde la basura,

8 para hacerle sentar con los nobles,

con los nobles de su pueblo.

9 El hace habitar en familia a la estéril,

feliz de ser madre de hijos.

¡Aleluya!

Recuerdos de la salida de Egipto


114 1 Cuando Israel salió de Egipto,

la casa de Jacob de un pueblo extranjero,

2 Judá fue su santuario,

e Israel su señorío.


3 El mar lo vio y huyó;

el Jordán se volvió atrás.

4 Los montes brincaron como carneros,

y las colinas como corderitos.

5 ¿Qué tuviste, oh mar, para que huyeras?

¿Y tú, oh Jordán, para que te volvieras atrás?

6 Oh montes, ¿por qué brincasteis como carneros;

y vosotras, oh colinas, como corderitos?


7 Ante la presencia del Señor tiembla la tierra;

ante la presencia del Dios de Jacob,

8 quien convirtió la peña en estanque de aguas

y el pedernal en manantial de aguas.

Contraste entre Jehovah y los ídolos


115 1 No a nosotros, oh Jehovah,

no a nosotros,

sino a tu nombre da gloria

por tu misericordia y tu verdad.

2 ¿Por qué han de decir las naciones:

"¿Dónde está su Dios?"

3 ¡Nuestro Dios está en los cielos!

¡Ha hecho todo lo que ha querido!


4 Los ídolos de ellos son de plata y oro,

obra de manos de hombres.

5 Tienen boca, pero no hablan;

tienen ojos, pero no ven;

6 tienen orejas, pero no oyen;

tienen nariz, pero no huelen;

7 tienen manos, pero no palpan;

tienen pies, pero no andan;

no emiten sonido con sus gargantas.

8 Como ellos, son los que los hacen

y todos los que en ellos confían.


9 ¡Oh Israel, confía en Jehovah!

El es su ayuda y su escudo.

10 ¡Oh casa de Aarón, confía en Jehovah!

El es su ayuda y su escudo.

11 ¡Los que teméis a Jehovah, confiad en Jehovah!

El es su ayuda y su escudo.


12 Jehovah se acuerda de nosotros;

él nos bendecirá.

Bendecirá a la casa de Israel,

bendecirá a la casa de Aarón.

13 Bendecirá a los que temen a Jehovah,

a pequeños y a grandes.

14 Jehovah aumentará bendición sobre vosotros,

sobre vosotros y sobre vuestros hijos.


15 Benditos seáis de Jehovah,

quien hizo los cielos y la tierra.

16 Los cielos de los cielos son de Jehovah;

pero él ha dado la tierra a los hijos del hombre.

17 No alaban a Jehovah los muertos,

ni cuantos descienden al silencio.

18 Pero nosotros bendeciremos a Jehovah

desde ahora y para siempre.

¡Aleluya!

Gratitud al ser librado de la muerte


116 1 Amo a Jehovah,

pues ha escuchado mi voz y mis súplicas,

2 porque ha inclinado a mí su oído.

Por tanto, le invocaré todos mis días.


3 Me rodearon las ataduras de la muerte;

me encontraron las angustias del Seol.

En angustia y en dolor me encontraba.

4 Entonces invoqué el nombre de Jehovah,

diciendo: "¡Libra, oh Jehovah, mi vida!"

5 Clemente y justo es Jehovah;

sí, misericordioso es nuestro Dios.

6 Jehovah guarda a los ingenuos;

estaba yo postrado, y él me salvó.

7 Vuelve, oh alma mía, a tu reposo,

porque Jehovah te ha favorecido.


8 Porque tú has librado

mi vida de la muerte,

mis ojos de las lágrimas

y mis pies de la caída.

9 Andaré delante de Jehovah

en la tierra de los vivientes.

10 Creí; por tanto, hablé,

estando afligido en gran manera.

11 Y dije en mi apresuramiento:

"Todo hombre es mentiroso."


12 ¿Qué daré a Jehovah

por todas sus bendiciones para conmigo?

13 Alzaré la copa de la salvación

e invocaré el nombre de Jehovah.

14 Cumpliré mis votos a Jehovah

delante de todo su pueblo.

15 Estimada es en los ojos de Jehovah

la muerte de sus fieles.

16 Escúchame, oh Jehovah, porque yo soy tu siervo;

soy tu siervo, hijo de tu sierva.

Tú rompiste mis cadenas.


17 Te ofreceré sacrificio de acción de gracias

e invocaré el nombre de Jehovah.

18 Cumpliré mis votos a Jehovah

delante de todo su pueblo,

19 en los atrios de la casa de Jehovah,

en medio de ti, oh Jerusalén.

¡Aleluya!

Llamado a la alabanza


117 1 ¡Alabad a Jehovah, naciones todas!

¡Pueblos todos, alabadle!

2 Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia,

y la verdad de Jehovah es para siempre. ¡Aleluya!

La misericordia eterna de Jehovah


118 1 ¡Alabad a Jehovah, porque es bueno;

porque para siempre es su misericordia!


2 Diga, por favor, Israel:

"¡Para siempre es su misericordia!"

3 Diga, por favor, la casa de Aarón:

"¡Para siempre es su misericordia!"

4 Digan, por favor, los que temen a Jehovah:

"¡Para siempre es su misericordia!"


5 A Jehovah invoqué desde la angustia,

y Jehovah me respondió poniéndome en lugar espacioso.

6 Jehovah está conmigo;

no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

7 Jehovah está conmigo, con los que me ayudan.

Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.

8 Mejor es refugiarse en Jehovah

que confiar en el hombre.

9 Mejor es refugiarse en Jehovah

que confiar en los poderosos.


10 Todas las naciones me rodearon;

en el nombre de Jehovah yo las destruiré.

11 Me rodearon y me asediaron;

en el nombre de Jehovah yo las destruiré.

12 Me rodearon como abejas,

ardieron como fuego de espinos;

en el nombre de Jehovah yo las destruiré.


13 Fui empujado con violencia, para que cayese;

pero Jehovah me socorrió.

14 Jehovah es mi fortaleza y mi canción;

él es mi salvación.

15 ¡Voz de júbilo y de salvación

hay en las moradas de los justos!


¡La diestra de Jehovah hace proezas!

16 ¡La diestra de Jehovah está levantada en alto!

¡La diestra de Jehovah hace proezas!

17 No moriré, sino que viviré,

y contaré las obras de Jehovah.

18 Duramente me castigó Jehovah,

pero no me entregó a la muerte.


19 ¡Abridme las puertas de la justicia!

Entraré por ellas y daré gracias a Jehovah.

20 Esta es la puerta de Jehovah;

por ella entrarán los justos.

21 Te daré gracias,

porque me has respondido

y has sido mi salvación.


22 La piedra que desecharon los edificadores

ha venido a ser la principal del ángulo.

23 De parte de Jehovah es esto;

es una maravilla a nuestros ojos.

24 Este es el día que hizo Jehovah;

nos gozaremos y nos alegraremos en él.

25 ¡Oh Jehovah, sálvanos, por favor!

¡Oh Jehovah, haznos prosperar!

26 ¡Bendito el que viene en el nombre de Jehovah!

Desde la casa de Jehovah os bendecimos.


27 Jehovah es Dios

y nos ha resplandecido.

Atad ramas festivas junto a los cuernos del altar.

28 Mi Dios eres tú; a ti te daré gracias.

Oh Dios mío, a ti te ensalzaré.

29 ¡Alabad a Jehovah, porque es bueno;

porque para siempre es su misericordia!

Elogio de la palabra de Dios




a Alef



119 1 Bienaventurados los íntegros de camino,

los que andan según la ley de Jehovah.

2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios

y con todo el corazón le buscan.

3 Pues no hacen iniquidad

los que andan en sus caminos.

4 Tú mandaste que tus ordenanzas

fuesen muy guardadas.

5 ¡Ojalá fuesen estables mis caminos

para guardar tus leyes!

6 Entonces yo no sería avergonzado

al observar todos tus mandamientos.

7 Te alabaré con rectitud de corazón,

cuando aprenda tus justos juicios.

8 Tus leyes guardaré;

no me abandones por completo.




b Bet



9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?

Con guardar tu palabra.

10 Con todo mi corazón te he buscado;

no dejes que me desvíe de tus mandamientos.

11 En mi corazón he guardado tus dichos

para no pecar contra ti.

12 ¡Bendito seas tú, oh Jehovah!

Enséñame tus leyes.

13 Con mis labios he contado

todos los juicios de tu boca.

14 Me he gozado en el camino de tus testimonios

más que sobre toda riqueza.

15 En tus ordenanzas meditaré;

consideraré tus caminos.

16 Me deleitaré en tus estatutos;

no me olvidaré de tus palabras.




g Guímel



17 Haz bien a tu siervo,

para que viva y guarde tu palabra.

18 Abre mis ojos,

y miraré las maravillas de tu ley.

19 Peregrino soy yo en la tierra;

no encubras de mí tus mandamientos.

20 Se consume mi alma por anhelar

tus preceptos en todo tiempo.

21 Increpaste a los arrogantes;

malditos los que se desvían de tus mandamientos.

22 Aparta de mí el oprobio y el desprecio,

porque he guardado tus testimonios.

23 Aunque los gobernantes se sienten y hablen contra mí,

tu siervo meditará en tus leyes.

24 Tus testimonios son mi delicia,

y también mis consejeros.




d Dálet



25 Mi alma está pegada al polvo;

vivifícame según tu palabra.

26 Mis caminos te declaré, y me respondiste;

enséñame tus leyes.

27 Hazme entender el camino de tus ordenanzas,

y meditaré en tus maravillas.

28 Mi alma llora de ansiedad;

sostenme conforme a tu palabra.

29 Aparta de mí el camino de engaño,

y enséñame tu ley.

30 He escogido el camino de la verdad;

he puesto tus juicios delante de mí.

31 Me he apegado a tus testimonios;

oh Jehovah, no me avergüences.

32 Por el camino de tus mandamientos correré,

porque das amplitud a mi corazón.




h Hei



33 Enséñame, oh Jehovah, el camino de tus leyes,

y lo guardaré hasta el fin.

34 Dame entendimiento, y guardaré

tu ley;

la observaré con todo el corazón.

35 Guíame por la senda de tus mandamientos,

porque en ella me deleito.

36 Inclina mi corazón a tus testimonios,

y no a las ganancias deshonestas.

37 Aparta mis ojos para que no vean la vanidad;

vivifícame en tu camino.

38 Cumple tu promesa

a tu siervo que te teme.

39 Aparta de mí el oprobio que me aterra,

porque buenos son tus juicios.

40 Mira cómo anhelo tus ordenanzas;

vivifícame en tu justicia.




w Vav



41 Venga a mí tu misericordia, oh Jehovah;

y tu salvación, conforme a tu promesa.

42 Entonces daré respuesta al que me afrenta,

porque en tu palabra he confiado.

43 En ningún momento quites de mi boca la palabra de verdad,

porque en tu juicio tengo puesta mi esperanza.

44 Tu ley guardaré siempre,

para siempre jamás.

45 Andaré en libertad,

porque he buscado tus mandamientos.

46 Hablaré de tus testimonios delante de los reyes,

y no quedaré avergonzado.

47 Me deleitaré en tus mandamientos,

los cuales he amado.

48 Alzaré mis manos a tus mandamientos, los cuales he amado,

y meditaré en tus leyes.




z Zayin



49 Acuérdate de la promesa dada a tu siervo,

en la cual me has hecho esperar.

50 Esto es mi consuelo en mi aflicción:

que tu palabra me ha vivificado.

51 Mucho se han burlado de mí los arrogantes,

pero yo no me he apartado de tu ley.

52 Oh Jehovah, me he acordado de tus juicios realizados desde tiempos antiguos,

y he hallado consuelo.

53 La indignación se apoderó de mí,

a causa de los impíos que abandonan

tu ley.

54 Tus leyes han sido cánticos para mí

en el ámbito de mis peregrinaciones.

55 Oh Jehovah, en la noche me he acordado de tu nombre,

y he guardado tu ley.

56 Esto me ha acontecido

porque guardé tus mandamientos.




j Jet



57 Tú eres mi porción, oh Jehovah;

me he propuesto guardar tus palabras.

58 He implorado tu favor de todo corazón;

ten misericordia de mí según tu palabra.

59 Consideré mis caminos

y volví mis pies a tus testimonios.

60 Me apresuré, y no me retardé,

a guardar tus mandamientos.

61 Las cuerdas de los impíos me rodearon,

pero no me olvidé de tu ley.

62 A medianoche me levanto para darte gracias

por tus justos juicios.

63 Compañero soy yo de todos los que te temen

y guardan tus ordenanzas.

64 De tu misericordia está llena la tierra.

Oh Jehovah, enséñame tus leyes.




f Tet



65 Has hecho bien a tu siervo,

oh Jehovah, conforme a tu palabra.

66 Enséñame buen sentido y sabiduría,

porque tus mandamientos he creído.

67 Antes que fuera humillado, yo erraba;

pero ahora guardo tu palabra.

68 Tú eres bueno y bienhechor;

enséñame tus leyes.

69 Los soberbios forjaron engaño

contra mí,

pero yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.

70 El corazón de ellos se ha vuelto insensible como sebo;

pero yo me he deleitado en tu ley.

71 Bueno me es haber sido afligido,

para que aprendiera tus leyes.

72 Mejor me es la ley que procede de tu boca

que miles de piezas de oro y plata.




y Yod



73 Tus manos me hicieron y me formaron;

hazme entender, para que yo aprenda tus mandamientos.

74 Los que te temen me verán y se alegrarán,

porque en tu palabra he puesto mi esperanza.

75 Conozco, oh Jehovah, que tus juicios son justos,

y que conforme a tu fidelidad me has afligido.

76 Que tu bondad me consuele,

conforme a lo que has prometido a tu siervo.

77 Llegue a mí tu misericordia para que yo viva,

porque tu ley es mi delicia.

78 Sean avergonzados los arrogantes,

porque con engaño me han agraviado.

Pero yo meditaré en tus preceptos.

79 Vuélvanse a mí los que te temen

y conocen tus testimonios.

80 Sea mi corazón íntegro en tus leyes,

para que no sea yo avergonzado.




k Kaf



81 Desfallece mi alma en espera de tu salvación;

en tu palabra he puesto mi esperanza.

82 Desfallecen mis ojos en espera de tu palabra,

diciendo: "¿Cuándo me consolarás?"

83 Aunque he sido como un odre en medio del humo,

no me he olvidado de tus leyes.

84 ¿Cuántos son los días de tu siervo?

¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

85 Los arrogantes me han cavado fosas,

lo que no está de acuerdo con tu ley.

86 Todos tus mandamientos son fieles.

Con engaño me persiguen; ayúdame.

87 Casi me han eliminado de la tierra,

pero yo no he abandonado tus ordenanzas.

88 Vivifícame conforme a tu misericordia,

y guardaré los testimonios de tu boca.




l Lámed



89 Para siempre, oh Jehovah,

permanece tu palabra en los cielos.

90 Por generación y generación es tu fidelidad;

estableciste la tierra, y se mantiene firme.

91 Por tu mandato permanecen hasta hoy,

porque todos ellos son tus siervos.

92 Si tu ley no hubiese sido mi delicia,

ya habría perecido yo en mi aflicción.

93 Nunca jamás me olvidaré de tus ordenanzas,

porque con ellas me has vivificado.

94 Tuyo soy; sálvame,

porque he buscado tus ordenanzas.

95 Los impíos me han esperado para destruirme,

pero yo estoy atento a tus testimonios.

96 A todo lo perfecto le veo límite,

pero tu mandamiento es sobremanera amplio.




m Mem



97 ¡Cuánto amo tu ley!

Todo el día ella es mi meditación.

98 Por tus mandamientos me has hecho más sabio que mis enemigos,

porque para siempre son míos.

99 He comprendido más que todos mis instructores,

porque tus testimonios son mi meditación.

100 He entendido más que los ancianos,

porque he guardado tus ordenanzas.

101 De todo mal camino contuve mis pies,

para guardar tu palabra.

102 No me aparté de tus juicios,

porque tú me has enseñado.

103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras,

más que la miel en mi boca!

104 De tus ordenanzas adquiero inteligencia;

por eso aborrezco todo camino de mentira.




n Nun



105 Lámpara es a mis pies tu palabra,

y lumbrera a mi camino.

106 He jurado guardar tus justos juicios,

y lo he de cumplir.

107 Oh Jehovah, afligido estoy en gran manera;

vivifícame conforme a tu palabra.

108 Sean agradables a ti, oh Jehovah, las ofrendas de mi boca;

y enséñame tus juicios.

109 De continuo está mi vida en peligro,

pero no me olvido de tu ley.

110 Los impíos me pusieron trampa,

pero no me desvié de tus ordenanzas.

111 Tus testimonios son mi heredad para siempre,

porque ellos son el gozo de mi corazón.

112 He inclinado mi corazón a poner por obra tus leyes,

de continuo y hasta el fin.




s Sámej



113 Aborrezco a los de doble ánimo,

pero amo tu ley.

114 Mi refugio y mi escudo eres tú;

en tu palabra he puesto mi esperanza.

115 Apartaos de mí, malhechores,

pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.

116 Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;

no me avergüences con respecto a mi esperanza.

117 Sostenme, y seré salvo;

siempre me deleitaré en tus leyes.

118 Desprecias a todos los que se desvían de tus leyes.

pues su astucia es un engaño.

119 Hiciste que todos los impíos de la tierra fueran consumidos como escoria;

por tanto, he amado tus testimonios.

120 Mi cuerpo se estremece por temor

de ti,

y tengo reverencia por tus juicios.




[ Ayin



121 El derecho y la justicia he practicado;

no me abandones ante mis opresores.

122 Sé fiador de tu siervo para bien;

no me hagan violencia los orgullosos.

123 Mis ojos desfallecen por tu salvación

y por tu justa promesa.

124 Haz con tu siervo según tu misericordia

y enséñame tus leyes.

125 Yo soy tu siervo; dame entendimiento,

para que conozca tus testimonios.

126 Ya es hora de actuar, oh Jehovah,

porque han violado tu ley.

127 Por eso amo tus mandamientos

más que el oro, más que el oro puro.

128 Por eso he guardado todas tus ordenanzas;

aborrezco todo camino de mentira.




p Pe



129 Maravillosos son tus testimonios;

por eso los guarda mi alma.

130 La exposición de tu palabra alumbra;

hace entender a los ingenuos.

131 Mi boca abrí y suspiré,

porque anhelaba tus mandamientos.

132 Vuélvete a mí y ten misericordia de mí,

como acostumbras con los que aman tu nombre.

133 Afirma mis pasos con tu palabra;

que ninguna iniquidad se enseñoree

de mí.

134 Rescátame de la violencia de los hombres,

y guardaré tus mandamientos.

135 Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo

y enséñame tus leyes.

136 Ríos de agua corren de mis ojos,

porque ellos no guardan tu ley.




x Tsade



137 Justo eres tú, oh Jehovah,

y rectos son tus juicios.

138 Has ordenado tus testimonios

en justicia y en completa fidelidad.

139 Mi celo me ha consumido,

porque mis enemigos olvidan tus palabras.

140 Sumamente pura es tu palabra;

tu siervo la ama.

141 Aunque soy pequeño y despreciado,

no me he olvidado de tus ordenanzas.

142 Tu justicia es justicia eterna,

y tu ley es la verdad.

143 Aflicción y angustia me han alcanzado,

pero tus mandamientos han sido mi delicia.

144 Justicia eterna son tus testimonios;

dame entendimiento, para que viva.




q Qof



145 Clamo con todo mi corazón:

Respóndeme, oh Jehovah,

y guardaré tus leyes.

146 A ti clamo; sálvame,

y guardaré tus testimonios.

147 Me anticipo al alba e imploro;

tu palabra es lo que espero.

148 Mis ojos se adelantaron a las vigilias de la noche,

para meditar en tus palabras.

149 Oye mi voz conforme a tu misericordia;

oh Jehovah, vivifícame conforme a tu justicia.

150 Se acercan con maldad los que me persiguen;

están lejos de tu ley.

151 Cercano estás tú, oh Jehovah;

todos tus mandamientos son verdad.

152 Hace mucho que he conocido tus testimonios,

los cuales estableciste para siempre.




r Resh



153 Mira mi aflicción y líbrame,

porque no me he olvidado de tu ley.

154 Aboga mi causa y redímeme;

vivifícame conforme a tu palabra.

155 Lejos está de los impíos la salvación,

porque no buscan tus leyes.

156 Grande es tu misericordia, oh Jehovah;

vivifícame conforme a tu justicia.

157 Muchos son mis perseguidores y mis enemigos,

pero de tus testimonios no me he apartado.

158 Veía a los traidores y me disgustaba,

porque no guardaban tu palabra.

159 Mira, oh Jehovah, cómo amo tus ordenanzas;

vivifícame conforme a tu misericordia.

160 La suma de tu palabra es verdad;

eternos son todos tus justos juicios.




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161 Príncipes me han perseguido sin causa,

pero mi corazón tuvo temor de tus palabras.

162 Yo me gozo en tu palabra,

como el que halla abundante botín.

163 La mentira aborrezco y abomino,

pero amo tu ley.

164 Siete veces al día te alabo

por tus justos decretos.

165 Mucha paz tienen los que aman

tu ley,

y no hay para ellos tropiezo.

166 Tu salvación he esperado, oh Jehovah,

y tus mandamientos he puesto por obra.

167 Mi alma ha guardado tus testimonios,

y los he amado en gran manera.

168 He guardado tus ordenanzas y tus testimonios;

todos mis caminos están delante de ti.




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169 Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehovah;

dame entendimiento conforme a tu palabra.

170 Llegue mi súplica delante de ti;

líbrame conforme a tu dicho.

171 Mis labios rebosarán de alabanza,

cuando me enseñes tus estatutos.

172 Cante mi lengua tu palabra,

porque todos tus mandamientos son justicia.

173 Venga tu mano a socorrerme,

porque tus ordenanzas he escogido.

174 Anhelo tu salvación, oh Jehovah,

y tu ley es mi delicia.

175 ¡Que viva mi alma y te alabe,

y que tus juicios me ayuden!

176 He andado errante como oveja extraviada;

busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.

Protección contra la lengua engañosa


120 (Canto de ascenso gradual)

1 A Jehovah llamé estando en mi angustia,

y él me respondió.

2 Libra mi alma, oh Jehovah,

de los labios mentirosos

y de la lengua fraudulenta.

3 ¿Qué se te dará, o qué te aprovechará,

oh lengua engañosa?

4 ¡Afiladas flechas de guerrero

con brasas de retama!


5 ¡Ay de mí, que soy peregrino en Mesec,

y habito en las tiendas de Quedar!

6 Mucho tiempo ha habitado sola mi alma

con los que aborrecen la paz.

7 Yo soy pacífico; pero cuando hablo,

ellos me hacen la guerra.

Jehovah guarda a su pueblo


121 (Canto de ascenso gradual)

1 Alzaré mis ojos a los montes:

¿De dónde vendrá mi socorro?

2 Mi socorro viene de Jehovah,

que hizo los cielos y la tierra.


3 No permitirá que resbale tu pie,

ni se adormecerá el que te guarda.

4 He aquí, no se adormecerá ni se dormirá

el que guarda a Israel.


5 Jehovah es tu protector;

Jehovah es tu sombra a tu mano derecha.

6 El sol no te herirá de día,

ni la luna de noche.


7 Jehovah te guardará de todo mal;

él guardará tu vida.

8 Jehovah guardará tu salida y tu entrada,

desde ahora y para siempre.

Oración por la paz de Jerusalén


122 (Canto de ascenso gradual. De David)

1 Yo me alegré con los que me decían:

"¡Vayamos a la casa de Jehovah!"

2 Ya se posan nuestros pies

ante tus puertas, oh Jerusalén.


3 ¡Oh Jerusalén, que ha sido edificada

como una ciudad toda compacta!

4 Allá suben las tribus,

las tribus de Jehovah,

las congregaciones de Israel,

para alabar el nombre de Jehovah.

5 Porque allá están los tronos para el juicio,

los tronos de la casa de David.


6 Pedid por la paz de Jerusalén:

"Vivan tranquilos los que te aman.

7 Haya paz dentro de tus murallas

y tranquilidad en tus palacios."


8 Por causa de mis hermanos y de mis amigos,

diré yo: "Haya paz en ti."

9 Por causa de la casa de Jehovah nuestro Dios,

imploraré por tu bien.

Plegaria por la compasión divina


123 (Canto de ascenso gradual)

1 A ti, que habitas en los cielos,

levanto mis ojos.

2 He aquí, como los ojos de los siervos

miran la mano de sus amos,

y como los ojos de la sierva

miran la mano de su ama,

así nuestros ojos miran a Jehovah, nuestro Dios,

hasta que tenga compasión de nosotros.


3 Ten compasión de nosotros, oh Jehovah;

ten compasión de nosotros,

porque estamos hastiados del desprecio.

4 Nuestra alma está sumamente hastiada

de la burla de los que están en holgura,

y del desprecio de los orgullosos opresores.

Gratitud por las pruebas superadas


124 (Canto de ascenso gradual. De David)

1 "Si Jehovah no hubiera estado por nosotros",

dígalo, por favor, Israel,

2 "si Jehovah no hubiera estado por nosotros

cuando se levantaron contra nosotros los hombres,

3 entonces nos habrían tragado vivos,

cuando se encendió su furor contra nosotros;

4 entonces las aguas nos habrían inundado;

el torrente habría pasado sobre nosotros;

5 entonces las aguas tumultuosas

habrían pasado sobre nosotros."


6 Bendito sea Jehovah,

que no nos entregó como presa a los dientes de ellos.

7 Nuestra alma escapó como un pájaro

de la trampa de los cazadores.

Se rompió la trampa, y nosotros escapamos.

8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehovah,

que hizo los cielos y la tierra.

Jehovah está alrededor de su pueblo


125 (Canto de ascenso gradual)

1 Los que confían en Jehovah

son como el monte Sion que no se derrumba,

sino que está firme para siempre.

2 Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella,

así Jehovah está alrededor de su pueblo,

desde ahora y para siempre.

3 Porque el cetro de la impiedad

no reposará sobre la posesión de los justos,

no sea que los justos extiendan sus manos a la iniquidad.


4 Haz bien, oh Jehovah, a los buenos,

a los que son rectos de corazón.

5 Pero a los que se apartan tras sus torcidos caminos,

Jehovah los llevará junto con los que obran iniquidad.

¡Sea la paz sobre Israel!

El retorno a Sion


126 (Canto de ascenso gradual)

1 Cuando Jehovah restauró de la cautividad a Sion,

nos parecía que soñábamos.

2 Entonces nuestra boca se llenó de risa;

y nuestra lengua, de cantos de alegría.

Entonces decían entre las naciones:

"Grandes cosas ha hecho Jehovah con éstos."

3 ¡Grandes cosas ha hecho Jehovah con nosotros!

Estamos alegres.


4 Restáuranos, oh Jehovah, de la cautividad,

como los arroyos en el Néguev.

5 Los que siembran con lágrimas,

con regocijo segarán.

6 El que va llorando,

llevando la bolsa de semilla,

volverá con regocijo,

trayendo sus gavillas.

Todo depende de Dios


127 (Canto de ascenso gradual. De Salomón)

1 Si Jehovah no edifica la casa,

en vano trabajan los que la edifican.

Si Jehovah no guarda la ciudad,

en vano vigila el guardia.

2 En vano os levantáis de madrugada

y os vais tarde a reposar,

comiendo el pan con dolor;

porque a su amado dará Dios el sueño.


3 He aquí, heredad de Jehovah son los hijos;

recompensa es el fruto del vientre.

4 Como flechas en la mano del valiente,

así son los hijos que se tienen en la juventud.

5 Bienaventurado el hombre

que llena de ellos su aljaba.

No se avergonzarán aunque hablen con los enemigos en el tribunal.

Bendición del que teme a Dios


128 (Canto de ascenso gradual)

1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehovah

y anda en sus caminos:

2 Cuando comas del trabajo de tus manos,

serás feliz, y te irá bien.

3 Tu mujer será como una vid

que lleva fruto a los lados de tu casa;

tus hijos serán como brotes de olivo

alrededor de tu mesa.

4 Así será bendecido el hombre que teme a Jehovah.


5 ¡Jehovah te bendiga desde Sion!

Que veas el bien de Jerusalén

todos los días de tu vida.

6 Que veas a los hijos de tus hijos.

¡La paz sea sobre Israel!

Súplica contra los opresores de Sion


129 (Canto de ascenso gradual)

1 "Mucho me han angustiado desde mi juventud";

dígalo, por favor, Israel,

2 "mucho me han angustiado desde mi juventud,

pero no han prevalecido contra mí.

3 Los aradores araron sobre mis espaldas;

hicieron largos sus surcos.

4 Pero Jehovah es justo;

cortó las cuerdas de los impíos."


5 Sean avergonzados y vueltos atrás

todos los que aborrecen a Sion.

6 Sean como la hierba sobre los techos,

que se seca antes que crezca.

7 De ella no llena su mano el segador,

ni su regazo el que hace gavillas.

8 Tampoco dicen los que pasan:

"La bendición de Jehovah sea sobre vosotros;

os bendecimos en el nombre de Jehovah."

Esperanza en la redención divina


130 (Canto de ascenso gradual)

1 De lo profundo de mi ser

clamo a ti, oh Jehovah.

2 Señor, escucha mi voz;

estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.

3 Oh Jehovah, si tienes presente los pecados,

¿quién podrá, oh Señor, mantenerse en pie?

4 Pero en ti hay perdón,

para que seas reverenciado.


5 Yo espero en Jehovah; mi alma espera.

En su palabra he puesto mi esperanza.

6 Mi alma espera a Jehovah

más que los centinelas a la mañana;

sí, más que los centinelas a la mañana.


7 Oh Israel, pon tu esperanza en Jehovah,

porque en Jehovah hay misericordia,

y en él hay abundante redención.

8 El redimirá a Israel

de todos sus pecados.

Esperanza y dependencia en Dios


131 (Canto de ascenso gradual. De David)

1 Oh Jehovah, no se ha envanecido mi corazón,

ni mis ojos se han enaltecido,

ni he andado en pos de grandezas,

ni de cosas demasiado sublimes para mí.

2 Más bien, he sosegado y acallado mi alma,

como un niño destetado al lado de su madre.

Como un niño destetado está mi alma dentro de mí.


3 Espera, oh Israel, en Jehovah,

desde ahora y para siempre.

Sion, la morada elegida


132 (Canto de ascenso gradual)

1 Acuérdate, oh Jehovah,

de David y de toda su aflicción,

2 de cómo juró a Jehovah

y prometió al Fuerte de Jacob, diciendo:

3 "No entraré en mi morada,

ni subiré a mi cama.

4 No daré sueño a mis ojos,

ni a mis párpados sopor,

5 hasta que halle un lugar para Jehovah,

una morada para el Fuerte de Jacob."


6 He aquí, en Efrata oímos de ella,

y la encontramos en los campos de Yaar:

7 "Entremos en su tabernáculo;

postrémonos ante el estrado de sus pies."


8 Levántate, oh Jehovah;

ven al lugar de tu reposo;

tú y el arca de tu poder.

9 Tus sacerdotes sean revestidos de justicia,

y tus fieles canten de júbilo.

10 Por causa de tu siervo David,

no rechaces el rostro de tu ungido.


11 Con verdad juró Jehovah a David,

y no se apartará de ello:

"Del fruto de tu cuerpo

pondré sobre tu trono.

12 Si tus hijos guardan mi pacto

y este testimonio que yo les enseño,

sus hijos también se sentarán

en tu trono para siempre."


13 Porque Jehovah ha elegido a Sion

y la ha deseado como morada suya:

14 "Este es mi lugar de reposo para siempre.

Aquí habitaré, porque lo he deseado.

15 Lo bendeciré con abundante provisión;

a sus necesitados saciaré de pan.

16 Asimismo, vestiré de salvación a sus sacerdotes,

y sus fieles darán voces de júbilo.

17 Allí haré surgir el poderío de David;

he preparado una lámpara para mi ungido.

18 A sus enemigos vestiré de vergüenza,

pero sobre él resplandecerá su corona."

La dulce armonía fraternal


133 (Canto de ascenso gradual. De David)

1 ¡He aquí, cuán bueno y cuán agradable

es que los hermanos habiten

juntos en armonía!

2 Es como el buen aceite sobre la cabeza,

el cual desciende sobre la barba,

la barba de Aarón,

y baja hasta el borde de sus vestiduras.

3 Es como el rocío del Hermón

que desciende sobre los montes de Sion;

porque allá enviará Jehovah

bendición y vida eterna.

La alabanza nocturna en el templo


134 (Canto de ascenso gradual)

1 He aquí, bendecid a Jehovah,

vosotros, todos los siervos de Jehovah,

que estáis en la casa de Jehovah por las noches.

2 Alzad vuestras manos hacia el santuario

y bendecid a Jehovah.

3 Jehovah, que hizo los cielos y la tierra,

te bendiga desde Sion.

Los grandes hechos de Dios


135 1 ¡Aleluya!

¡Alabad el nombre de Jehovah!

Alabadle, oh siervos de Jehovah,

2 vosotros que estáis en la casa de Jehovah,

en los atrios de la casa de nuestro Dios.

3 Alabad a Jehovah, porque Jehovah es bueno;

cantad salmos a su nombre, porque es agradable.

4 Porque Jehovah ha escogido a Jacob para sí,

a Israel como su especial tesoro.


5 Porque yo sé que grande es Jehovah;

nuestro Señor es más que todos los dioses.

6 Jehovah ha hecho todo lo que ha querido

en los cielos y en la tierra,

en los mares y en todos los océanos.

7 El hace subir la neblina desde los extremos de la tierra.

Hace los relámpagos para la lluvia

y saca el viento de sus depósitos.


8 El es quien hirió a los primogénitos de Egipto,

tanto del hombre como del animal.

9 El envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto;

sobre el faraón y sobre todos sus servidores.

10 El derrotó a muchas naciones

y dio muerte a reyes poderosos:

11 a Sejón, rey de los amorreos,

a Og, rey de Basán,

y a todos los reinos de Canaán.

12 El dio la tierra de ellos en heredad,

en heredad a Israel su pueblo.


13 Oh Jehovah, eterno es tu nombre;

tu memoria, oh Jehovah, de generación en generación.

14 Ciertamente Jehovah juzgará a su pueblo,

y tendrá misericordia de sus siervos.


15 Los ídolos de las naciones son de plata y oro,

obra de manos de hombres.

16 Tienen boca, pero no hablan;

tienen ojos, pero no ven;

17 tienen orejas, pero no oyen;

tampoco hay aliento en sus bocas.

18 Como ellos, son los que los hacen

y todos los que en ellos confían.


19 ¡Oh casa de Israel, bendecid a Jehovah!

¡Oh casa de Aarón, bendecid a Jehovah!

20 ¡Oh casa de Leví, bendecid a Jehovah!

¡Los que teméis a Jehovah, bendecid a Jehovah!

21 ¡Bendito sea Jehovah desde Sion!

¡El mora en Jerusalén! ¡Aleluya!

Salmo de alabanza antifonal


136 1 Alabad a Jehovah, porque es bueno:

¡Porque para siempre es su misericordia!

2 Alabad al Dios de dioses:

¡Porque para siempre es su misericordia!

3 Alabad al Señor de señores:

¡Porque para siempre es su misericordia!


4 Al único que hace grandes maravillas:

¡Porque para siempre es su misericordia!

5 Al que con entendimiento hizo los cielos:

¡Porque para siempre es su misericordia!

6 Al que extendió la tierra sobre las aguas:

¡Porque para siempre es su misericordia!

7 Al que hizo los grandes astros luminosos:

¡Porque para siempre es su misericordia!

8 El sol para que domine en el día:

¡Porque para siempre es su misericordia!

9 La luna y las estrellas para que dominen en la noche:

¡Porque para siempre es su misericordia!


10 Al que golpeó a Egipto en sus primogénitos:

¡Porque para siempre es su misericordia!

11 Al que sacó a Israel de en medio de ellos:

¡Porque para siempre es su misericordia!

12 Con mano fuerte y brazo extendido:

¡Porque para siempre es su misericordia!

13 Al que dividió el mar Rojo en dos partes:

¡Porque para siempre es su misericordia!

14 E hizo pasar a Israel por medio de él:

¡Porque para siempre es su misericordia!

15 Arrojó al faraón y a su ejército en el mar Rojo:

¡Porque para siempre es su misericordia!

16 Al que encaminó a su pueblo por el desierto:

¡Porque para siempre es su misericordia!

17 Al que derrotó a grandes reyes:

¡Porque para siempre es su misericordia!

18 Y dio muerte a reyes poderosos:

¡Porque para siempre es su misericordia!

19 A Sejón, el rey amorreo:

¡Porque para siempre es su misericordia!

20 Y a Og, el rey de Basán:

¡Porque para siempre es su misericordia!

21 Y dio la tierra de ellos en heredad:

¡Porque para siempre es su misericordia!

22 En heredad a Israel su siervo:

¡Porque para siempre es su misericordia!

23 En nuestra humillación se acordó de nosotros:

¡Porque para siempre es su misericordia!

24 Y nos rescató de nuestros enemigos:

¡Porque para siempre es su misericordia!

25 El da alimento a toda criatura:

¡Porque para siempre es su misericordia!


26 Alabad al Dios de los cielos:

¡Porque para siempre es su misericordia!

Nostalgia por Jerusalén


137 1 Junto a los ríos de Babilonia

nos sentábamos y llorábamos,

acordándonos de Sion.

2 Sobre los sauces en medio de ella,

colgábamos nuestras liras.

3 Los que allá nos habían llevado cautivos nos pedían cantares;

los que nos habían hecho llorar

nos pedían alegría, diciendo:

"Cantadnos algunos de los cánticos de Sion."


4 ¿Cómo cantaremos las canciones de Jehovah en tierra de extraños?

5 Si me olvido de ti, oh Jerusalén,

que mi mano derecha olvide su destreza.

6 Mi lengua se pegue a mi paladar,

si no me acuerdo de ti,

si no ensalzo a Jerusalén

como principal motivo de mi alegría.


7 Acuérdate, oh Jehovah,

de los hijos de Edom,

que en el día de Jerusalén decían:

"¡Arrasadla!

¡Arrasadla hasta los cimientos!"

8 Oh hija de Babilonia, la despojadora:

¡Bienaventurado el que te dé la paga

por lo que tú nos hiciste!

9 ¡Bienaventurado el que tome a tus pequeños

y los estrelle contra la roca!

Gratitud por el favor de Dios


138 (Salmo de David)

1 Te doy gracias con todo mi corazón;

delante de los dioses te cantaré salmos.

2 Me postro hacia tu santo templo

y doy gracias a tu nombre

por tu misericordia y tu verdad,

porque has engrandecido tu nombre

y tu palabra sobre todas las cosas.

3 El día que clamé, me respondiste;

mucho valor infundiste a mi alma.


4 Oh Jehovah, todos los reyes de la tierra te alabarán,

cuando escuchen los dichos de tu boca.

5 Cantarán acerca de los caminos de Jehovah,

pues grande es la gloria de Jehovah.


6 Aunque Jehovah es sublime,

mira al humilde;

pero al altivo lo reconoce de lejos.

7 Aunque yo camine en medio de la angustia,

tú me preservarás la vida.

Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano,

y me salvará tu diestra.

8 Jehovah cumplirá su propósito en mí.

Oh Jehovah, tu misericordia es para siempre;

no desampares la obra de tus manos.

Omnipresencia y omnisciencia de Dios


139 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Oh Jehovah, tú me has examinado y conocido.

2 Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto;

desde lejos entiendes mi pensamiento.

3 Mi caminar y mi acostarme has considerado;

todos mis caminos te son conocidos.

4 Pues aún no está la palabra en mi lengua,

y tú, oh Jehovah, ya la sabes toda.

5 Detrás y delante me rodeas

y sobre mí pones tu mano.

6 Tal conocimiento me es maravilloso;

tan alto que no lo puedo alcanzar.


7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu?

¿A dónde huiré de tu presencia?

8 Si subo a los cielos, allí estás tú;

si en el Seol hago mi cama, allí tú estás.

9 Si tomo las alas del alba

y habito en el extremo del mar,

10 aun allí me guiará tu mano,

y me asirá tu diestra.

11 Si digo: "Ciertamente, las tinieblas me encubrirán,

y se hará noche la luz que me rodea",

12 aun las tinieblas no encubren de ti,

y la noche resplandece como el día.

Lo mismo te son las tinieblas que la luz.


13 Porque tú formaste mis entrañas;

me entretejiste en el vientre de mi madre.

14 Te doy gracias, porque has hecho maravillas.

Maravillosas son tus obras,

y mi alma lo sabe muy bien.

15 No fueron encubiertos de ti mis huesos,

a pesar de que fui hecho en lo oculto

y entretejido en lo profundo de la tierra.

16 Tus ojos vieron mi embrión,

y en tu libro estaba escrito todo aquello

que a su tiempo fue formado,

sin faltar nada de ello.

17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!

¡Cuán grande es la suma de ellos!

18 Si los enumerara, serían más que la arena.

Despierto, y aún estoy contigo.


19 ¡Oh Dios, si dieras muerte al impío,

de modo que los sanguinarios se apartaran de mí!

20 Porque contra ti urden planes;

se rebelan en vano contra ti.

21 ¿Acaso no aborrezco, oh Jehovah, a los que te aborrecen

y contiendo contra los que se levantan contra ti?

22 Los aborrezco por completo;

los tengo por enemigos.


23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;

pruébame y conoce mis pensamientos.

24 Ve si hay en mí camino de perversidad

y guíame por el camino eterno.

Súplica por la protección divina


140 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Líbrame, oh Jehovah, del hombre malo;

guárdame del hombre violento.

2 Ellos maquinan males en su corazón,

y cada día entablan contiendas.

3 Agudizan sus lenguas como una serpiente;

veneno de víbora hay debajo de sus labios. (Selah)


4 Guárdame, oh Jehovah, de manos del impío;

protégeme del hombre violento,

quienes han planeado trastornar mis pasos.

5 Los arrogantes me han escondido trampa y cuerdas;

han tendido red junto a la senda

y me han puesto lazos. (Selah)


6 Dije a Jehovah: "¡Tú eres mi Dios!"

Escucha, oh Jehovah, la voz de mis ruegos.

7 Oh Jehovah, oh Señor, fortaleza de mi salvación,

tú cubres mi cabeza en el día de la batalla.

8 Oh Jehovah, no concedas al impío sus deseos;

ni saques adelante sus planes,

no sea que se enorgullezca. (Selah)


9 En cuanto a los que me rodean,

la maldad de sus propios labios cubrirá sus cabezas.

10 Sobre ellos caerán brasas ardientes.

Dios les hará caer en el fuego,

en profundos hoyos de donde no podrán salir.

11 El hombre suelto de lengua no será firme en la tierra;

al hombre violento el mal le perseguirá a empujones.

12 Yo sé que Jehovah amparará la causa del pobre

y el derecho de los necesitados.

13 Ciertamente los justos darán gracias a tu nombre;

los rectos morarán en tu presencia.

Oración ante la seducción del mal


141 (Salmo de David)

1 Oh Jehovah, a ti clamo;

acude pronto a mí.

Escucha mi voz cuando te invoco.

2 Sea constante mi oración delante de ti, como el incienso;

mis manos alzadas,

como el sacrificio del atardecer.


3 Pon, oh Jehovah, guardia a mi boca;

guarda la puerta de mis labios.

4 No dejes que mi corazón se incline a cosa mala,

para hacer obras perversas

con los hombres que obran iniquidad.

No coma yo de sus manjares.


5 Que el justo me castigue y me reprenda será un favor.

Pero que el aceite del impío no embellezca mi cabeza,

pues mi oración será continuamente contra sus maldades.


6 Sean derribados sus jueces en lugares peñascosos,

y oigan mis palabras, que son agradables.

7 Como cuando se ara y se rompe la tierra,

así son esparcidos nuestros huesos en la boca del Seol.

8 Por eso, oh Señor Jehovah,

hacia ti miran mis ojos.

En ti me refugio; no expongas mi vida.

9 Guárdame de los lazos que me han tendido,

y de las trampas de los que obran iniquidad.

10 Caigan juntos los impíos en sus propias redes,

mientras yo paso a salvo.

Oración de un hombre afligido


142 (Masquil de David. Su oración cuando estaba en la cueva)

1 Con mi voz clamo a Jehovah;

con mi voz pido a Jehovah misericordia.

2 Delante de él derramo mi lamento;

delante de él expreso mi angustia.


3 Cuando mi espíritu está desmayado dentro de mí,

tú conoces mi senda.

En el camino en que he de andar

han escondido una trampa para mí.

4 Miro a la derecha y observo,

y no hay quien me reconozca.

No tengo refugio;

no hay quien se preocupe por mi vida.


5 A ti clamo, oh Jehovah.

Digo: "Tú eres mi refugio

y mi porción en la tierra de los vivientes."

6 Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido;

líbrame de los que me persiguen,

porque son más fuertes que yo.

7 Saca mi alma de la prisión,

para que alabe tu nombre.


Los justos me rodearán,

porque me colmarás de bien.

Oración por liberación y dirección


143 (Salmo de David)

1 Oh Jehovah, escucha mi oración;

atiende mis ruegos.

Respóndeme por tu fidelidad,

por tu justicia.

2 No entres en juicio con tu siervo,

porque no se justificará delante de ti ningún viviente.


3 Porque el enemigo ha perseguido mi alma;

ha postrado en tierra mi vida,

me ha hecho habitar en lugares tenebrosos

como los muertos de antaño.

4 Mi espíritu desmaya dentro de mí;

mi corazón queda asombrado.


5 Me acuerdo de los días de antaño,

medito en todos tus hechos

y reflexiono en las obras de tus manos.

6 Extiendo mis manos hacia ti;

mi alma te anhela como la tierra sedienta. (Selah)


7 Respóndeme pronto, oh Jehovah,

porque mi espíritu desfallece.

No escondas de mí tu rostro,

para que no sea yo como los que descienden a la fosa.

8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,

porque en ti confío.

Hazme conocer el camino en que he de andar,

porque hacia ti levanto mi alma.

9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehovah,

porque en ti me refugio.


10 Enséñame a hacer tu voluntad,

porque tú eres mi Dios;

tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud.

11 Vivifícame, oh Jehovah, por amor de tu nombre;

por tu justicia saca mi alma de la angustia.

12 Por tu misericordia silencia a mis enemigos;

destruye a todos los adversarios de mi alma,

porque yo soy tu siervo.

Oración por victoria y prosperidad


144 (Salmo de David)

1 Bendito sea Jehovah, mi roca,

quien adiestra mis manos para la batalla

y mis dedos para la guerra.

2 Misericordia mía y castillo mío;

mi refugio y mi libertador;

mi escudo, en quien he confiado;

el que sujeta los pueblos debajo de mí.


3 Oh Jehovah, ¿qué es el hombre para que pienses en él?

¿Qué es el hijo del hombre para que lo estimes?

4 El hombre es semejante a un soplo;

sus días son como la sombra que pasa.

5 Oh Jehovah, inclina tus cielos y desciende;

toca las montañas, y humeen.

6 Despide relámpagos y dispérsalos;

envía flechas y túrbalos.

7 Extiende tu mano desde lo alto,

líbrame y rescátame de las aguas caudalosas,

de la mano de los hombres extranjeros,

8 cuya boca habla vanidad

y cuya derecha es mano de mentira.


9 Oh Dios, a ti cantaré un cántico nuevo;

te cantaré con arpa de diez cuerdas.

10 Tú eres el que da victoria a los reyes,

el que rescata a su siervo David de la maligna espada.

11 Rescátame y líbrame

de la mano de los hombres extranjeros

cuya boca habla vanidad

y cuya derecha es mano de mentira.


12 Nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud,

y nuestras hijas como columnas labradas de las esquinas de un palacio.

13 Nuestros graneros estén llenos,

proveyendo toda clase de grano;

nuestros rebaños se multipliquen en nuestros campos

por millares y decenas de millares,

14 y nuestras vacas estén cargadas de crías.

¡Que no haya muerte ni aborto,

ni gemido en nuestras plazas!

15 Bienaventurado el pueblo al cual así le sucede.

¡Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehovah!

Alabanza a Jehovah el Rey


145 (Salmo de alabanza. De David)

1 Te exaltaré, mi Dios, el Rey,

y bendeciré tu nombre

eternamente y para siempre.

2 Cada día te bendeciré,

y alabaré tu nombre

eternamente y para siempre.

3 Grande es Jehovah

y digno de suprema alabanza.

Su grandeza es inescrutable.


4 Una generación celebrará tus obras ante otra generación,

y anunciará tus poderosos hechos.

5 Hablarán del esplendor de tu gloriosa majestad,

y meditaré en tus maravillas.

6 Hablarán de la fuerza de tus portentos,

y contaré de tu grandeza.

7 Manifestarán el recuerdo de tu inmensa bondad

y cantarán tu justicia.


8 Clemente y compasivo es Jehovah,

lento para la ira y grande en misericordia.

9 Bueno es Jehovah para con todos,

y su misericordia está en todas sus obras.

10 Todas tus obras, oh Jehovah, te alabarán;

y tus fieles te bendecirán.

11 Hablarán de la gloria

de tu reino y de tu poder,

12 para anunciar tus proezas a los hijos del hombre;

y la gloria del majestuoso esplendor de tu reino.

13 Tu reino es reino de todos los siglos,

y tu dominio es de generación en generación.


14 Jehovah sostiene a todos los que caen

y levanta a todos los que han sido doblegados.

15 Los ojos de todos tienen su esperanza puesta en ti,

y tú les das su comida a su debido tiempo.

16 Abres tu mano y satisfaces

el deseo de todo ser viviente.


17 Justo es Jehovah en todos sus caminos

y bondadoso en todas sus obras.

18 Cercano está Jehovah a todos los que le invocan,

a todos los que le invocan de verdad.

19 Cumplirá el deseo de los que le temen.

Asimismo, oirá el clamor de ellos y los salvará.

20 Jehovah guarda a todos los que le aman,

pero destruirá a todos los impíos.


21 Mi boca expresará la alabanza de Jehovah:

¡Bendiga todo mortal su santo nombre,

eternamente y para siempre!

Alabanzas al Rey libertador


146 1 ¡Aleluya!

¡Alaba, oh alma mía, a Jehovah!

2 Alabaré a Jehovah en mi vida;

a mi Dios cantaré salmos mientras viva.


3 No confiéis en príncipes ni en hijo de hombre,

porque no hay en él liberación.

4 Su espíritu ha de salir,

y él volverá al polvo.

En aquel día perecerán sus pensamientos.


5 Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob,

cuya esperanza está puesta en Jehovah su Dios;

6 quien hizo los cielos, la tierra, el mar

y todo lo que en ellos hay;

quien guarda la verdad para siempre;

7 quien hace justicia a los oprimidos

y da pan a los hambrientos.


Jehovah suelta a los prisioneros;

8 Jehovah abre los ojos a los ciegos;

Jehovah levanta a los que han sido doblegados;

Jehovah ama a los justos.

9 Jehovah guarda a los forasteros;

sostiene al huérfano y a la viuda,

pero trastorna el camino de los impíos.

10 Jehovah reinará para siempre;

tu Dios, oh Sion, de generación en generación. ¡Aleluya!

Alabanza al Dios providente


147 1 ¡Aleluya!

Ciertamente es bueno cantar salmos a nuestro Dios;

ciertamente es agradable y bella la alabanza.


2 Jehovah edifica a Jerusalén

y reúne a los dispersados de Israel.

3 Sana a los quebrantados de corazón

y venda sus heridas.

4 Cuenta el número de las estrellas;

a todas ellas llama por sus nombres.

5 Grande es el Señor nuestro,

y de mucho poder;

su entendimiento es infinito.

6 Jehovah ayuda a los humildes,

pero a los impíos humilla hasta el suelo.


7 Cantad a Jehovah con acción de gracias;

cantad con arpa a nuestro Dios.

8 El es el que cubre los cielos de nubes,

el que prepara la lluvia para la tierra,

el que hace que las colinas produzcan hierba.

9 Da al ganado su alimento;

y a las crías de los cuervos, cuando gritan.


10 No se deleita en la fuerza del caballo,

ni se complace en los músculos del hombre.

11 Jehovah se complace en los que le temen,

y en los que esperan en su misericordia.


12 ¡Celebra a Jehovah, oh Jerusalén!

¡Alaba a tu Dios, oh Sion!

13 Porque ha fortalecido el cerrojo de tus puertas,

y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.

14 Ha traído paz a tu territorio,

y te ha saciado con abundancia de trigo.


15 Envía su mensaje a la tierra;

velozmente corre su palabra.

16 Pone la nieve como lana,

y derrama la escarcha como ceniza.

17 Echa su hielo como migas de pan.

¿Quién se mantendrá ante su frío?

18 Envía su palabra y los derrite;

hace que sople su viento, y corren las aguas.


19 Ha manifestado sus palabras a Jacob,

sus leyes y sus decretos a Israel.

20 No ha hecho esto con otras naciones,

y no han conocido sus juicios.

¡Aleluya!

Todo el universo alaba a Jehovah


148 1 ¡Aleluya!

¡Alabad a Jehovah desde los cielos!

¡Alabadle en las alturas!

2 ¡Alabadle, vosotros todos sus ángeles!

¡Alabadle, vosotros todos sus ejércitos!

3 ¡Alabadle, sol y luna!

¡Alabadle, vosotras todas las estrellas relucientes!

4 ¡Alabadle, cielos de los cielos,

y las aguas que están sobre los cielos!


5 Alaben el nombre de Jehovah,

porque él mandó, y fueron creados.

6 El los estableció para siempre,

por la eternidad;

les puso ley que no será quebrantada.


7 Alabad a Jehovah desde la tierra,

los grandes animales acuáticos y todos los océanos,

8 el fuego y el granizo,

la nieve y el vapor,

el viento tempestuoso que ejecuta su palabra,

9 los montes y todas las colinas,

los árboles frutales y todos los cedros,

10 los animales y todo el ganado,

los reptiles y las aves que vuelan,

11 los reyes de la tierra y todas las naciones,

los príncipes y todos los jueces de la tierra,

12 los jóvenes y también las jóvenes,

los ancianos junto con los niños.


13 Alaben el nombre de Jehovah,

porque sólo su nombre es sublime;

su majestad es sobre tierra y cielos.

14 El enaltece el poderío de su pueblo;

la alabanza de todos sus fieles,

los hijos de Israel, el pueblo a él cercano.

¡Aleluya!

Exhortación a la alabanza


149 1 ¡Aleluya!

Cantad a Jehovah un cántico nuevo;

sea su alabanza en la congregación de los fieles.

2 Alégrese Israel en su Hacedor;

gócense en su Rey los hijos de Sion.

3 Alaben su nombre con danzas;

canten al son del pandero y de la lira.

4 Porque Jehovah se agrada de su pueblo,

a los humildes adornará con salvación.

5 Los fieles se regocijarán con gloria;

cantarán desde sus camas.


6 Exalten a Dios con sus gargantas,

y con espada de dos filos en sus manos,

7 para tomar venganza de las naciones

y dar castigo a los pueblos,

8 para aprisionar a los reyes con grilletes

y a sus nobles con cadenas de hierro,

9 para ejecutar en ellos la sentencia escrita.

El será esplendor para todos sus fieles.

¡Aleluya!

Todo lo que respira alabe a Jehovah


150 1 ¡Aleluya!

¡Alabad a Dios en su santuario!

¡Alabadle en su poderoso firmamento!

2 ¡Alabadle por sus proezas!

¡Alabadle por su inmensa grandeza!

3 ¡Alabadle con toque de corneta!

¡Alabadle con lira y arpa!

4 ¡Alabadle con panderos y danza!

¡Alabadle con instrumentos de cuerda y flauta!

5 ¡Alabadle con címbalos resonantes!

¡Alabadle con címbalos de júbilo!


6 ¡Todo lo que respira alabe a Jehovah!

¡Aleluya!